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viernes, abril 19, 2024

Mexicanos piden donativos para tener vacuna propia a doce años de ser epicentro de una pandemia

Ciudad de México, (SinEmbargo).  México fue el epicentro de una pandemia, la de la influenza AH1N1, en 2009 y pese a contar con una empresa estatal productora de vacunas, la falta de inversión de los últimos gobiernos federales hizo que el país dependiera de laboratorios extranjeros para resolver esa crisis sanitaria y la generada por la pandemia del coronavirus que llegó en 2020. Ahora seis proyectos mexicanos desarrollados por universidades están en curso y este año podría estar lista la primera vacuna mexicana contra la COVID-19, si es que los donativos llegan pronto.

A la par que laboratorios y países desarrollan sus vacunas anticovid, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) impulsa seis proyectos mexicanos a través de cooperación internacional: la vacuna basada en el virus de la enfermedad de Newcastle (desarrollada por Laboratorios Avimex, el IMSS, Cinvestav y la UNAM), Nanoplásmidos npJS19 (ITESM/Universidad de Baja California e IPN), despliegue de epítopos (Instituto de Biotecnología de la UNAM), quimera recombatiente multiepitópica (Universidad de Querétaro), Péptidos sintéticos (Grupo Neolpharma e Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM) y Proteína “spike” (Cinvestav y Neolpharma).

El Gobierno de México conformó un grupo de investigadores que trabaja en el proceso de fabricación de la vacuna contra la COVID-19 y en el desarrollo de pruebas que detecten el virus y fármacos que contrarresten la pandemia. Foto: Cortesía Cinvestav.

La mayoría de estos proyectos está en fase preclínica debido a los pocos recursos e infraestructura que tienen los laboratorios de las instituciones académicas del país. Las más avanzadas son las del Instituto de Investigaciones Biomédicas (IIBm) de la UNAM y la de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), esta última convocó el próximo 27 de marzo a un “vacunatón” para reunir donativos y continuar con el desarrollo de su fármaco QUIVAX.

La convocatoria, que inició el 3 de marzo, tiene la intención de que a través de diferentes eventos, que se llevarán a cabo en los siguientes meses, se reúnan recursos suficientes para poder concluir satisfactoriamente la etapa preclínica y las fases 1 y 2 de la vacuna QUIVAX.

“Necesitamos 20 millones de pesos para terminar la etapa preclínica y las fases 1 y 2, que son las que requieren menos personas”, dijo en entrevista la doctora Teresa García Gazca, rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro. “Ya con todo este paquete se evalúa nuestra vacuna y se decide si pasamos a fase 3, que nosotros creemos que sí”.

El “vacunatón” del día 27 de marzo será un evento artístico que comenzará a las 10 de la mañana y concluirá a las 6 de la tarde, ahí se podrán hacer donativos a través de tres cuentas bancarias de la universidad.

“Estaremos llamando a la sociedad y a las empresas para que nos apoyen, que conozcan la vacuna. No estamos improvisando, se tienen más de 20 años de experiencia por parte del doctor Juan Joel Mosqueda, quien es el responsable técnico del proyecto”, aseguró la doctora García Gazca.

FALTA DE RECURSOS

La rectora también destacó que la investigación y el desarrollo de las seis vacunas mexicanas en contra de la COVID-19 están detenidas por la falta de recursos e interés por parte del Gobierno mexicano. “Nosotros hemos estado tocando puertas en Conacyt, en la Secretaría de Salud federal y la de Querétaro, pero sin resultados. Es importante destacar que ha habido poco interés”.

La ingeniera Bioquímica Industrial con posgrado en Ciencia de los Alimentos dijo que hay una desvinculación entre la academia y el Gobierno.

“No estamos caminando de la mano para resolver los problemas del país. México era líder en producción de vacunas hace 70 años, exportábamos vacunas, pero toda esa industria se desmanteló en los años 90, ya no existe y lo poco que existe está atomizado en algunas universidades y centros de investigación. Creo que ahora es el momento para demostrar que se puede confiar en la ciencia y el talento mexicano porque tenemos con qué, lo que necesitamos es el apoyo de los gobiernos”, mencionó.

En este tema coincidió la doctora Cecilia Bañuelos, quien forma parte del equipo multidisciplinario “Consorcio de Científicos Innovadores en Vacunas”, creado por la SRE para ejecutar el plan de acción que conduzca a la fabricación de la vacuna mexicana contra la COVID-19.

“Estamos desprotegidos como comunidad científica y sí, efectivamente no hay recursos económicos suficientes”, dijo en entrevista la doctora en Ciencias en Patología Experimental por el Cinvestav del Instituto Politécnico Nacional (IPN). “Por décadas se ha solicitado un incremento en la inversión para investigación y desarrollo y aunque ha habido esfuerzos, son insuficientes. Esos países que están respondiendo con el desarrollo de vacunas llevan años dedicándose a la investigación y desarrollo”.

Históricamente México ha destinado menos de lo que mandata la ley a ciencia y tecnología, que es un gasto anual de 1 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). En 2021, de acuerdo con el Presupuesto de Egresos de la Federación, este rubro tendrá 102 mil 720 millones de pesos, un incremento del 4.2 por ciento en comparación con el mismo periodo pasado.

“Si el Gobierno dijera: ‘te doy todo lo que no te he dado’, no va a funcionar porque es un proceso de comprar equipos, preparar a la gente y eso lleva tiempo”, mencionó la doctora Bañuelos y enfatizó que la ciencia depende de la voluntad de los políticos. “Aunque tratemos de responder ahorita la comunidad científica mexicana, lo cierto es que no vas a poder enmendar años de descuido en ciencia y tecnología”.

La mayoría de los proyectos de vacunas contra la COVID desarrollados por universidades mexicanas está en fase preclínica. Foto: Cortesía Cinvestav.

La doctora Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM y quien coordina al equipo que desarrolla la vacuna contra la COVID-19 en esa institución académica, explicó en entrevista el panorama de las vacunas en México, donde la empresa estatal Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex) fue abandonada.

“El abandono (a Birmex) ha sido de parte de las políticas públicas, donde no se ha puesto como una prioridad nacional a la fabricación de vacunas en México, sino como algo secundario”, dijo al hablar sobre la compañía estatal fundada el 11 de marzo de 1999.

La virotecnóloga Palomares agregó que en las últimas administraciones, que abarcan los sexenios de Vicente Fox Quesada (2000-2006), Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) y Enrique Peña Nieto (2012-2018), “los gobiernos no han mostrado ningún interés en apoyar a Birmex o en respaldar la producción de vacunas ni de farmacéuticos”.

Palomares reconoció que la nueva dirección de la Licenciada Laura Velázquez ha mostrado voluntad para reimpulsar la producción. Su presupuesto aumentó de 2018 a 2019 un 50.53 por ciento a más de cuatro mil 112 millones de pesos, y otro 43 por ciento en 2020 a más de cinco mil 900 millones de pesos, de acuerdo con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

A mediados de febrero, el Presidente Andrés Manuel López Obrador destacó el proceso de investigación de las vacunas “Soberana 01” y “Soberana 02” que desarrolla Cuba y señaló que en México también se llevan a cabo proyectos para generar una vacuna, que sugirió se llame “Patria”.

México es uno de los países más afectados por la pandemia, ocupando el decimotercer lugar mundial en número de contagios y el tercer puesto en el de muertos, detrás de Estados Unidos y Brasil, según datos de la universidad estadounidense Johns Hopkins.

Al corte del 9 de marzo, el país sumaba un total de 191 mil 789 fallecimientos y dos millones 137 mil 884 casos confirmados de COVID-19.

México fue uno de los primeros en iniciar la vacunación de COVID-19 el 24 de diciembre con el fármaco de Pfizer y BioNTech, pero hasta ahora sólo ha aplicado 2.84 millones de dosis, una cantidad insuficiente para una nación con 126 millones de personas. Incluso la cifra es más baja que la de otros países de América Latina.

Hasta el mes de marzo, México ha precomprado 34.4 millones de dosis de Pfizer, 79.4 millones de la británica AstraZeneca, 35 millones de la china CanSino, 24 de la rusa Sputnik V, y 51.4 millones de la plataforma Covax de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Además, esta semana anunció la precompra de hasta 22 millones de vacunas adicionales de las farmacéuticas chinas Sinovac y Sinopharm.

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