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jueves, abril 18, 2024

A otro perro con ese hueso… porque puedes lastimar a tu mascota

El hábito de roer huesos podría tener serias consecuencias en la salud de los animales.

Según un grupo de veterinarios, hay al menos 10 complicaciones que suelen sufrir los perros que comen huesos. “Algunas personas creen que no hay peligro al dar huesos grandes a los perros pero, independientemente de su tamaño, los huesos no son seguros. Regalar un hueso a un animal puede terminar en una visita al veterinario para una posible cirugía de emergencia o puede incluso causarle la muerte”, explica Carmela Stamper, del Centro de Medicina Veterinaria de la Administración de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA).

La especialista aconseja tirar los restos de las comidas en lugares a donde los perros no tengan acceso, y cuidar qué objetos lleva el animal a su boca en los paseos cotidianos por el barrio.

Las 10 complicaciones más comunes

* Dientes rotos.

* Daños en la boca y en la lengua. Suelen tener un sangrado muy intenso y generalmente requieren una visita al veterinario.

* El hueso queda trabado en la mandíbula. Algo muy doloroso para los perros, que hasta suelen asustarse cuando sucede.

* Si un pedazo pequeño de hueso queda trabado en las vías respiratorias, la visita al veterinario es urgente ya que el animal no podrá respirar bien.

* Un fragmento grande de hueso puede quedar varado en el estómago, al no poder pasar al intestino. En esas ocasiones, el perro puede necesitar una cirugía o una endoscopía para retirarlo.

* Si el hueso queda trabado en el intestino, entonces lo más probable es que el perro requiera una cirugía.

* Pequeños pedazos de hueso en el intestino grueso pueden rasparlo desde adentro, generando mucho dolor. En estas ocasiones es necesario ir al veterinario.

* Si el recto del animal sangra mucho entonces hay que ir al veterinario de urgencia.

* Cuando los fragmentos de hueso hacen agujeros en el estómago o el intestino, pueden generar la peligrosa infección bacteriana llamada peritonitis. Estas situaciones de emergencia requieren la inmediata atención de un profesional.

Finalmente, Stamper recomienda que ante la menor duda o al observar un comportamiento extraño en el perro siempre conviene consultar al veterinario.

Con información de agencias

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