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viernes, abril 25, 2025

“amaramara”, el libro póstumo del poeta Juan Gelman, dedicado a su mujer

Un diálogo de amor entre el pintor Arturo Rivera y el poeta Juan Gelman. Foto: Especial

Un diálogo de amor entre el pintor Arturo Rivera y el poeta Juan Gelman. Foto: Especial

Ciudad de México, 17 de octubre (SinEmbargo).- “Siempre te amo por primera vez / Siempre te amo la primera vez”. Son los versos póstumos del poeta argentino Juan Gelman (1930-2014), el último aliento poético de ese hombre que vivió en México hasta los 83 años, luego de haber nacido y padecido en Buenos aires la tragedia ignominiosa impuesta por la tristemente célebre dictadura argentina (1978-1983).

Perdió a su hijo Marcelo Ariel, asesinado de un tiro en la nunca mientras estaba detenido en un campo de concentración.  Perdió a su nuera María Claudia, desaparecida luego de dar a luz una niña. Encontró a su nieta nacida en cautiverio y aquí, en su segunda patria como solía decir, le dio más fuego –por si cabía- a su incendiaria voz poética.

Llegó a nuestro país enamorado de la psicóloga Mara Lamadrid, su mujer durante los últimos 25 años de su vida y a la que dedicó el libro póstumo amaramara, juego verbal de la frase “amar a Mara”, que reúne una selección de poemas ilustrados por el pintor Arturo Rivera y que acaba de salir en México, editado por La Otra, con el apoyo de la Secretaría de Cultura capitalina.

Arturo Rivera vive a tres cuadras de la casa donde vivía el poeta argentino Juan Gelman, fallecido a principios de este año. Eran muy amigos. Uno de los últimos proyectos del escritor fue una serie de 20 cuadros de 30 por 30 centímetros que Juan no llegó a ver y que ahora forman parte de amaramara.

“Le habían dicho que sólo le quedaban tres meses de vida, pero vivió apenas 15 días después de ese diagnóstico”, contó el pintor, profundamente apenado, mientras mostraba los cuadros desde su iPhone y entre los que se encuentra un retrato conmovedor de Gelman, en blanco y negro.

SU POESÍA ÚLTIMA

“La última vez que lo escuché leer su poesía, y no verlo porque lo volví a ver algunas veces en México, pero escucharlo y leer su poesía con esa intensidad, con esa concentración con la que la leía, con ese amor por las palabras, fue aquí en Saltillo en el 2011″, recordó recientemente la escritora Sandra Lorenzano, durante una conferencia sobre Juan Gelman en la feria del libro de Saltillo.

“Su poesía está cargada de memoria, de la memoria propia pero también de la memoria anterior a esa memoria que heredó de su familia de origen judío, del exilio anterior a su verdadero exilio político, cargada del dolor por la muerte de su hijo, por la desaparición de la nieta en cautiverio”, dijo la autora de Fuga en Mí Menor y Vestigios..

Mara Lamadrid, la viuda de Juan Gelman, junto a Eduardo Vázquez, Secretario de cultura del GDF. Foto: FIL

Mara Lamadrid, la viuda de Juan Gelman, junto a Eduardo Vázquez, Secretario de cultura del GDF. Foto: FIL

Se trata de una poesía intensa y “al mismo tiempo muy interesante y muy fuerte en términos de búsqueda estética. Y yo creo que eso era lo que hacía de Juan Gelman el personaje entrañable que era, tan comprometido con su realidad, con su presente y con las palabras”, afirmó la también vicerrectora de la Universidad del Claustro Sor Juana.

En amaramara, Gelman conjuga, al decir del poeta José Ángel Leyva, “el verbo amorar como amarar. El motivo encarna en dos personas del singular, para acogerse en la acción de un nosotros”.

“El poeta nos vuelve cómplices y parte de esa vocación íntima que se vierte en sus lectores con singular fuerza. Su poesía misma es un acto de amor, por supuesto, pero esos poemas adquieren vigencia en el sentimiento del amor a Mara, sin importar el antes y el después: El neologismo brota de su causa y efecto: amaramara”, escribe Leyva en el prólogo.

El libro póstumo de Juan Gelman se presentó el viernes 9 de octubre en la FIL Zócalo, donde el secretario de cultura del GDF, Eduardo Vázquez, afirmó que “en momentos de indignaciones acumuladas, de agravios, de reclamos de justicia, recordar la voz del rebelde Juan Gelman, de ese hombre unido a la palabra, a la resistencia ante la barbarie y el crimen, es una  forma de reivindicación de lo humano, de encontrarnos, de darnos ánimos para hacer lo que él nos enseñó: resistir en nombre de la palabra y en nombre del amor”.

Mara Lamadrid a su tiempo afirmó es “un libro difícil de soportar porque está lleno de inquietud, de extrañeza, pero donde hubo un encuentro extraordinario: entre las imágenes de Arturo y las palabras de Juan se logra una extraña inquietud: la inquietud que hace el amar sin mentiras, sin estupideces”.

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