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viernes, abril 26, 2024

Casanova y Don Juan: Demonios y maravillas

Don Juan y Casanova son dos mitos que a través de la leyenda y de sus aventuras y conquistas se hermanan. Los dos han sido objeto de investigación y estudio por parte de prácticamente todas las corrientes de la psicología en el siglo XX, sin contar con que ambos personajes han servido también de inspiración a grandes creadores en el universo de las letras, la música, las artes plásticas y, por supuesto también, en la ópera y el cine.
Federico Fellini –el inmenso cineasta italiano- afrontó en 1976 el proyecto hasta entonces más esperpéntico de su filmografía: “Casanova”, y lo hizo a partir de una inspiración totalmente negativa del personaje a grado tal que el film se convirtió en una contracrónica casanoviana y terminó siendo una puntual demolición del mito.
Nunca ocultó el maestro su animadversión por el personaje, “ese veneciano petulante” lo llamó, y lo plasmó en una cinta que reprodujo fielmente el ambiente estrambótico y decadente de la Venecia de Casanova, con actores y extras maquillados incomprensiblemente, con decorados de intencional mal gusto, con una laguna de papel celofán deliberadamente fantasmagórica, pues aunque pudo filmar en los exteriores originales de la época, prefirió realizar la totalidad de la película en los foros de Cinecittá.
Así y todo, el film despertó la expectación de muchos productores cuando Fellini se los propuso, espectación que se derrumbó en cuanto conocieron el guión del cineasta: elipsis argumental, como la mayoría de sus grandes obras, repleta de transiciones, con historias separadas que solo se hilvanan al final. Triste final por cierto, con un Casanova viejo, decadente, impotente y solo en una laguna veneciana que se incendia y barcos que se hunden. El apocalipsis de la ciudad y el personaje.
Como apocalíptico es, por cierto, el final del “Don Giovanni” de Mozart.
Fascinado también en forma negativa por su propio personaje, Mozart y su libretista Lorenzo Da Ponte –autor de los libretos de otras tres óperas muy apreciadas y reconocidas del catálogo mozartiano: “Las bodas de Fígaro”, “La clemencia de Tito” y “Così fan tutte” (Así son todas)- acometieron el proyecto con muchas reticencias y el resultado es la que hoy puede considerarse la obra maestra de su repertorio de 22 óperas.
“Don Giovanni” tiene además una enorme dificultad para catalogarse entre cualquier tipo de ópera hasta entonces existente: no es una ópera buffa, porque tiene voces y personajes de un gran carácter dramático y no es opera seria o dramática –o al menos no totalmente- porque tiene personajes o al menos transiciones cómicas. Así, Donna Anna, Don Ottavio, el Comendador, son intensamente dramáticos, mientras Zerlina y Leporello lo son más bien buffos. Por su parte, visto el final, Don Giovanni resulta un personaje no solo ruin y desalmado, sino triste y trágico.
La ópera y el cine tienen más similitudes que diferencias y algún día acometeremos en estas páginas de manera más detallada el por qué de esta aseveración. Por lo pronto, nos encontramos ante obras interconectadas en su temática, coincidentes en la aversión de sus creadores al personaje central de su narración y coincidentes también en que ambas son obras maestras en su género.
Final del Juego.
Lamentablemente por derechos de producción y otros temas incomprensibles, no existe ninguna versión subtitulada al español de “Casanova”, solo un DVD he encontrado con subtitulos en inglés.
Por su parte, el próximo sábado 29 de octubre, dentro del programa anual de trasmisiones en vivo vía satélite de las más importantes presentaciones sabatinas del Met de Nueva York, podremos ver en la Sala Mateo Herrera del Foro Cultural un nueva producción del “Don Giovanni” con un gran elenco que incluye a James Levine en el podio, Mariusz Kwiecien, Barbara Frittoli y otra vez Ramón Vargas entre otros.

(Blog “Conservación de los Recuerdos” http://arodriguezleyaristi.com/)

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