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jueves, marzo 28, 2024

El Cine de Oro mexicano: Pese al paso del tiempo, sus leyendas lo inyectan de vida y popularidad

México, (EFE).- La época de oro fue uno de los periodos más fructíferos del cine mexicano, extendiéndose entre 1936 y 1959, aunque su apogeo lo vivió coincidiendo con la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Ya han pasado varias décadas desde entonces, pero algunos de sus actores todavía siguen vivos.

ESTRELLAS FULGURANTES

Nacida en 1931, Silvia Pinal fue considerada la última gran diva de esta etapa cinematográfica. “Me da gusto que me digan esto, porque realmente no creo que se lo comenten a mucha gente. Me siento muy agradecida”, dijo la artista a Efe.

Entre los aciertos de Pinal se encuentran Un extraño en la escalera (1954), Un rincón cerca del cielo (1952), El inocente (1955) o La mujer que yo perdí (1949).

Referencia aparte merecen las tres películas que filmó bajo las órdenes de Luis Buñuel, Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del desierto (1964). Pinal sigue activa y con proyectos en la cartera.

Rosita Quintana (1925) fue otro rostro de la época, destacando en cintas como Susana, carne y demonio (1950), de Buñuel; Calabacitas tiernas (1948); y El mil amores (1954), donde actuó con Pedro Infante.

Rosita Quintana y Pedro Infante en El mil amores. Foto: Especial
En 1961, debido a un accidente automovilístico, Rosita se retiró del medio artístico, al que volvería años después. Su última intervención cinematográfica fue Club eutanasia(2005).

Elsa Aguirre (1931), quien se equiparó en belleza con María Félix, fue un referente obligado para el cine mexicano. Aguirre destacó gracias a filmes como Algo flota sobre el agua (1947), Ojos de juventud (1948) o Cuidado con el amor (1954), con Pedro Infante. En total, realizó 38 producciones.

EL ÚNICO ACTOR SOBREVIVIENTE

Ignacio López Tarso disfrutó de un gran éxito en vida. Foto: Marcelo Palacios, Cuartoscuro
Conocido como el mejor intérprete de México, Ignacio López Tarso (1925) disfrutó de un gran éxito en vida, siendo su primera intervención en cine La desconocida (1954).

Posteriormente, participó en El hombre de papel (1963); Nazarín (1958); Macario (1959), que compitió por el Óscar a la mejor cinta extranjera; La sombra del caudillo (1960), La rosa blanca (1961) o Días de otoño (1962).

“Mi intención es divertirme en escena, aunque esté haciendo una tragedia griega. Una cosa es que yo tenga que llorar y otra que mi personaje haga llorar al público. El papel tiene que ser atractivo, divertido”, refirió a Efe.

DE ARRAIGO POPULAR

María Victoria (1932), conocida como la cantante “del pujidito”, debutó en el cine en 1951 gracias a Ismael Rodríguez. Filmó Los paquetes de Paquita (1954), Cupido pierde a Paquita (1954) y Maldita ciudad (1954), aunque también es recordada por su papel televisivo en La criada bien criada (1972).

“A lo mejor se fugó con Tongolele” fue una de las frases célebres de Ustedes los ricos (1948), que hacía alusión al poderío sexual de Yolanda Montes, “Tongolele”, bailarina nacida en Washington en 1932 que saltó al cine gracias a su sensualidad felina.

Entre su filmografía fueron relevantes los trabajos Han matado a Tongolele (1948), El rey del barrio (1949) o ¡Mátenme porque me muero! (1951).

Rosa Carmina (1929) también brilló en títulos como Gángsters contra charros (1948), Cabaret Shangai (1950) o Sandra la mujer de fuego (1954). Se alejó de la actuación en los años 90, siendo la telenovela María Mercedes (1992) su última aparición.

LAS DAMAS JÓVENES DE LA ÉPOCA

Rosita Arenas (1933) tuvo una presencia cinematográfica destacada hasta su retiro, que tuvo lugar Cambiando el destino (1992). Desarrolló una carrera relevante en España, Italia y, sobre todo, en México.

En su filmografía destacan ¿Qué te ha dado esa mujer? (1951), con Pedro Infante y Luis Aguilar; El bruto (1952), dirigida por Luis Buñuel y en la que compartió cartel Pedro Armendáriz; El señor fotógrafo (1952), donde trabajó al lado de Cantinflas; y Escuela de rateros (1956).

Arenas en ¿Qué te ha dado esa mujer?, con Pedro Infante y Luis Aguilar. Foto: Especial

Ana Luisa Peluffo (1931) comenzó como extra en la cinta hollywoodense Tarzán y las sirenas. Pero su consagración no sería hasta 1953, con La fuerza del deseo, generando controversia debido a un desnudo.

“Gracias a Dios, yo poseía gran cultura. Los viajes me permitieron forjarme un criterio amplio y no pensar que iba a despertar para despertar morbo”, dijo a la revista Somos en octubre del 2001.

Tras debutar como extra en La liga de las muchachas (1949), Anabelle Gutiérrez (1932) tuvo papeles en Azahares para tu boda (1950) o Rostros olvidados (1952).

Sin embargo, su interpretación más célebre fue en Escuela de vagabundos (1954) en la que actuó al lado de Miroslava y Pedro Infante, y por la que recibió un Ariel como mejor actuación juvenil.

Hoy, a sus 88 años es recordada por ser la madre de La Chimoltrufia, actuación que realizó para la televisión en la década de 1990.

A este ramillete de intérpretes se une Irma Dorantes (1934), último amor en vida de Pedro Infante y con quien actuó en También de dolor se canta (1950), Ahora soy rico (1952) o Pepe el Toro (1953).

Martha Mijares (1938), conocida como la adolescente del cine mexicano, brilló en una veintena de filmes hasta su retiro, en 1958, con la cinta Quinceañera.

Queta Lavat (1929) también formó parte de esta era y a sus 90 años continúa activa, destacando en el filme Dos tipos de cuidado (1953), al lado de Jorge Negrete y Pedro Infante.

Finalmente, Angélica María (1945) debutó a los cinco años en la cinta Pecado (1950), a la que seguirían otras intervenciones compartiendo escena con Miroslava, Elsa Aguirre, Marga López, Arturo de Córdova, Domingo Soler y otras tantas personalidades.

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