Isabel (Daniella Valenciano) está en la cocina de su suegra, decorando un pastel de cumpleaños. Mientras que le reclaman el mal sabor del café que preparó, los niños juegan a su alrededor, gritando… le dicen que se apure con el pastel; su esposo se está poniendo ebrio con sus hermanos y llega con el nuevo bebé de la familia que le fascina por ser un varón -siendo que en su hogar tiene dos niñas con Isabel- pero de inmediato se aburre y se lo encarga… y le dicen que se apure con el pastel; las mujeres de la familia se desesperan y su suegra le quita el betún e Isabel, que estuvo preparando primero ese pastel con felicidad recibe regaños de todas mientras ella termina deshaciendo la decoración que con tanta paciencia estaba creando, y le dejan el pastel para decirle que se apure.
Isabel de pronto tiene un quiebre, y decide hurgar el pastel con su dedo, robando betún, aunque no se queda sólo con eso, encaja el dedo en él, comienza a girar este en circunferencia del postre y lo comienza a amasar en furia mientras se lleva bocados a la boca: una señora de la audiencia grita efusivamente un sí mientras aplaude, porque quizás ella ha vivido la misma mierda, porque Antonella Sudasassi en una sorpresiva ópera prima logra capturar esa sensibilidad y complicidades socioculturales por las que una mujer de Costa Rica -aunque por la reacción, deja claro de que esto es un problema universal- pasa para hacer sentir bien a todos los de su círculo menos a ella, porque ella está siempre en un tono servicial.
Esta es una película de ritmo pausado, en donde Isabel -interpretada por Daniella Valenciano- limpia, barre, juega con sus hijas, atiende a su esposo y repite el proceso hasta el cansancio. Tiene sueños y piensa en la capacidad que ella tiene para coser, situación en donde es más creativa y podría ayudar a su pareja en las labores económicas, el cual no es mal padre pero sí es un hombre que no ahonda en los deseos y necesidades de Isabel. E Isabel tiene sólo como oportunidad de expresarse en feminidad es con su hermosa cabellera y el constante miedo de perderla, además de la incesante aparición de unos insectos que sirven como metáfora a la Dalí, del repudio de esta a tener un tercer hijo, de no ser saciada… que por ello termina tratando de buscar una independencia, un paso a la vez.
Ese quizás sea el mayor beneficio de la película, revelar que el empoderamiento de esta mujer ocurre de manera real y con una familia, que lejos de desfragmentarse, le entienden porque por primera vez en años, voltean a ver a aquella que siempre recoge sin fin, y de cierta forma Antonella nos hace pensar en nuestras propias madres, el sacrificio que estas hicieron por nosotros, y nos exige una rebaba de entendimiento.
Al término de la función, El despertar de las hormigas tuvo presencia de la directora, la cual habló un poco sobre su proyecto y respondió preguntas del público:
Antonella Sudasassi: Esta es mi primera película, es un proyecto en tres partes que detalla la vida de una mujer en diferentes etapas, el primero era sobre una niña y su acercamiento a la sexualidad en cortometraje, esta es la segunda y luego viene un documental. Nació hace 5 años y surgió de un interés de explorar el papel de la mujer en mi familiar, mi madre materna tiene 11 hijos y mi mama 5, el hecho de ser madre es estar siempre a los demás, yo recuerdo a mi tía que se ponía al último porque siempre estaban primero los demás, si quedaba chance, quise hacer esta reflexión, de carácter un poquito anecdótico.
¿Qué influencias tuviste a la hora de filmar?
A S: En el proceso de desarrollo vi muchas películas de Lucrecia Martell, creo que es una referencia para todo el cine latinoamericano, Lynne Ramsey, Andrea Arnold, sobre todo Ramsey que cuenta todo en detalles, de que entre comillas no pasa nada pero son los detallitos lo que cuentan las cosas y el énfasis psicológico.
¿Cómo lograste la actuación tan natural de las niñas?
A S: En el inicio del proceso estas dos niñas vivían en el pueblo en donde grabamos, visitaba el lugar 3 meses antes de filmar para que se conocieran y que se conocieran con la cámara, también que conocieran a la madre y que generaran un lazo entre ella y las niñas para que se parecieran hermanas, fue ponerlas a comer helados, contarse historias, para prepararnos a filmar lo que hacíamos era contar situaciones a las niñas para grabar. Era de que le limpiararan los mocos y que la niña no se asustara.
Hay un boom en donde los actores ya no son actores, son gente común y corriente ¿Qué opinan los que estudian y que esté pasando esto?
A S: No creo poder darte una respuesta. En costa rica no hay escuela de actores para cine y eso es un impedimento, con Daniela lo hicimos, fue de achicar su actuación, tuvo que hacer un trabajo y eso tiene qué ver con las experiencias de la persona, yo no estoy en contra de actuar con los actores, ellos tienen un rango mucho mayor. Esta película particularmente la hicimos hace 5 años y no tenía esta tendencia, tenía más el interés de retratar la vida cotidiana de ahí, yo me fui a vivir con familias de allá y quería captar esa realidad.
¿Cuál es el significado de las hormigas?
A S: El proyecto se llama el despertar de las hormigas y es una metáfora, no me gusta explicar qué significa pero sé que estoy aquí para respuestas. La figura de la hormiga se usa para temas de sexualidad y quería mostrar el trabajo constante, si la hormiga algo representa es ese empuje, de que los cambios se dan de pasito de hormiga, no es que de un día para otro se empodera, sino que empieza un pequeño cambio, lo del pelo es un recurso metafórico para dar a entender el estado de ánimo, no sé si han soñado de que se les caen los dientes y ese síntomas del estrés.
El despertar de las hormigas se presentará en Cinemex Plaza Pozuelos de Guanajuato Capital el 26 de Julio en punto de las 18:00 horas.
