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jueves, abril 18, 2024

Huachicolero, la película guanajuatense que está en Amazon Prime

León, Gto. Diré que Huachicolero (2019), la película guanajuatense que ya está en Amazon Prime, intenta aproximar una coming of age con el turbulento mundo criminal de los que roban gasolina, logrando con grandes creces el primer objetivo pero tomando de una forma bastante superficial lo que le da título a su película.

El fenómeno del huachicoleo como muchas otras situaciones dentro del país, no se tomó en cuenta hasta las últimas consecuencias, particularmente cobrando infame notoriedad tras la explosión de Tlahuelilpan del año pasado, la cual terminaría con más de 100 muertos. Dicha explosión ocurría también como el chispazo más grave de lo que azotaba al acontecer nacional en su momento, consecuencia innegable de las decisiones del gobierno en la reducción de combustibles a lo largo del país, todo por querer combatir este fenómeno, el cual se oía nuevo para muchas personas dentro de México… algo que dentro de la región de Guanajuato no parecía sorprendernos.

Ya no es un secreto a voces, que Guanajuato es uno de los estados con más robo de hidrocarburos en todo el país, y es un oscuro negocio millonario en donde se han formado cárteles, y colaboraciones debajo de la mesa con funcionarios, crimen organizado y elementos de seguridad, ya sea para obtener una ganancia extra que las instituciones tradicionales no pueden asegurar, o también para salvar el pellejo en una situación bastante desagradable y por demás desmotivadora de nuestro entorno, algo que tomarían en cuenta Edgar Nito y Alfredo Mendoza para la concepción de Huachicolero, particularmente del primero, considerando de origen guanajuatense y que por sus anécdotas personales sabe de antemano el fenómeno que ocurre, y que aquí: está “en caliente”.

Huachicolero, antes que nada es una historia arraigada dentro de lo que se le conoce como el coming of age, es decir: nos narra la vida de un joven y sus andares, su crecimiento social y problemáticas alrededor. Nito y Mendoza terminan contando la vida de Lalo (Eduardo Banda), un joven como muchos otros del entorno guanajuatense quien vive en una comunidad rural en donde la formalidad de la vida de campo comienza a resultar extravagante, dentro de las superposiciones que representan las comodidades urbanas. Lalo no es un chico malo, es muy tímido y trata de ayudarle a su madre con lo que puede, además de trabajar con un anciano dentro del negocio de la compra venta de gasolina de contrabando.

La película nos presenta a su protagonista y su vida de una manera calmada, porque todas las decisiones que va a encarar son determinadas por su actuar, el cual no es precisamente el de la persona más brillante ni consciente de la peligrosidad de su entorno, adquiriendo así un rigor natural y creíble con el cual muchos podrían sentirse identificados en algún momento de sus vidas. Lalo, quien en su búsqueda para ser reconocido como alguien de valor y de paso obtener el cariño de la chica a la que ve eternamente enamorado, termina adentrándose al mundo del huachicoleo de manera más metódica.

Estos momentos a pesar de llevar una línea tradicional que hemos visto una gran cantidad de veces, son los más disfrutables dentro de Huachicolero, porque nos dan una antelación trágica en relación con el mentado acto del robo, el cual es lo primero que vemos a escena disfrazado de una cotidianeidad violenta, como parte de la construcción de este escenario trágico del que formará parte y en cierta forma adhiriéndolo a esta inevitabilidad violenta…, pero termina siendo un tanto hueca porque la película deja registro de que Huachicolero no intenta formular dicha construcción de forma didáctica o explorando situaciones dentro del peculiar entorno, y termina acercándose de una manera discreta, muy superficial a decir verdad.

Esto llega a resentirse sobre todo en el acto final, cuando Huachicolero intenta aproximar esta percepción funesta del protagonista sobre un fenómeno que estuvo mucho tiempo dejado de lado y nunca centrado, salvo un discurso dentro de un montaje a mitad del filme y sobre todo, porque Nito hacia al final termina apostando al factor emocional que intenta plasmar en un montaje medio incomprensible y una escena de shock, con todo y dependencia sonora, como si se tratase de un jump scare, de esos que siempre se trata de evadir en cualquier obra.

Con ello no quiero decir que Huachicolero sea un enorme fracaso, banda; pues a a pesar de sus limitaciones sí logra convencer de esta nobleza pseudo infantil que nos compromete en este argumento, y a quien tenemos en una importancia por verlo salir vivo de esto. Además de que Huachicolero también es un registro sobresaliente de Juan Pablo Ramírez, director de fotografía que ha demostrado tener dotes bastante creativos, en películas como: Los hámsters (Gilberto González Penilla, 2015), 7:19 (Jorge Michel Grau, 2016) y Días de invierno (Jaiziel Hernández, 2020); pues con una cámara en mano, y temblorosa, logra dotar de una mayor cercanía y profundidad emocional a la historia de Lalo, y de vez en cuando otorga al filme de unas secuencias bastante creativas con los rayos de sol que se vislumbran por terrenos inexplorados.

Huachicolero no es precisamente la película definitiva dentro del tema, y logra ser una exploración competente no del fenómeno, sino de aquellos que arrastrados ante este, terminan perdiendo la vida en un anonimato que debería dolernos, pero ante el cual hemos estado petrificados por mucho tiempo.

Aquí el trailer de Huachicolero, que ya está disponible en la plataforma de Amazon Prime.

 

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