León, Gto. Sucedió el miércoles, pero apenas se acaba de informar de la muerte de Kazuo Koike, una de las figuras más importantes dentro del cómic japonés y clave de la industria en la década de los setenta. Falleció a los 82 años a causa de una pulmonía que estaba padeciendo, curiosamente a unos días después del fallecimiento de Kazuhiko Kato, otro escritor de manga con quien compartía una rivalidad y quien también pereció consecuencia de pulmonía.
La vida de Koike es bastante curiosa, porque en un principio no buscaba desarrollarse como autor de manga. Nacido en 1936 en Okukamachi, el joven Koike tenía por pasión leer todo tipo de novelas infantiles, lo que en un punto le hizo considerar que su hábito de lectura le daría una oportunidad en una escuela de leyes; en 1959 intenta ingresar en la Facultad de leyes de la universidad de Chuo, para fallar en el examen de admisión 3 veces
Es en 1968 que intenta hacer andar su carrera de novelista y aprovecha una oportunidad ofrecida por la revista Saito que buscaba nuevas plumas, en donde compite dentro de la convocatoria mandando un texto demasiado largo para los estándares del concurso, pero aún así logra ganar, trabajando en materiales de la empresa como Ikonosuke y Golgo 13. En 1970 Koike se vuelve independiente de Saito, y comienza una serie de éxitos durante la década; ese año junto a Goseki Kojima crea el legendario manga Lobo solitario y su cachorro, que sigue el camino de venganza y violencia de Itto Ogami, un antiguo Samurai que busca justicia por el fallecimiento de su esposa, y que vaga por Japón al lado de su hijo Daigoro, que apenas roza los tres años.
Lobo Solitario y su cachorro se volvería un éxito inmediato en ventas, tanto por el público que buscaba una historia violenta y repleta de momentos eróticos, así como la visión más madura de parte de una épica que hablaba sobre el descontento popular de un hombre al servicio de su gobierno que termina traicionado bajo su efectividad como máquina de matar, y que arrastra a su hijo hacia este camino de aprendizaje y relación de amor en medio de tanta sangre. La saga se terminaría seis años después, pero las aventuras de Ogami y Daigoro llegarían a la pantalla grande con una saga de 4 exitosas películas que abarcaban las primeras historias del manga y que son reconocidas por el nivel de violencia que tienen, con la última película dándole un conteo de muertos a Itto Ogami de 150.
Esta serie de películas tendrían un impacto en norteamérica cuando serían adaptadas en una sola llamada Asesino Shogún, y la franquicia es de las favoritas de directores como Quentin Tarantino y John Woo, además del autor y dibujante de cómics Frank Miller, quien supervisaría la traslación del manga original por el sello de Dark Horse y quien le rendiría homenaje en Ronin.
Koike encontró el éxito narrando historias de espadas y violencia, y la mayoría de sus trabajos más célebres siguen por esa tendencia. Lady Snowblood fue un manga erótico que corrió por el año de 1972 a 1973 que contaba el camino de venganza de Yuki Kashima, una joven que busca a los que asesinaron y violaron a su familia; fue un éxito en ventas se trasladó a dos adaptaciones fílmicas en donde el propio Koike supervisaría el guión y en donde es extremadamente reconocida cierta parte con el tema principal cantado por Meiko Kaji -la protagonista de la saga- que Tarantino se llegaría a “homenajear” a la hora de hacer Kill Bill.
Samurai Executor aparecería en el año de 1972 y se trataría de un spin off de Lobo Solitario y su Cachorro ilustrado por Kojima en donde seguíamos la vida de Kubikiri Asa, otro ronin maestro de la espada que se dedica a asesinar y escuchar las últimas palabras de sus víctimas, quien encontraría un duelo digno a través de Itto Ogami, quien le daría la muerte. Y en el Camino del asesino, el dúo narraría de manera biográfica la vida y obra de Hattori Hanzo, el legendario guerrero ninja.
