León, Gto.- Gustavo Moreho es lento, pero seguro, porque desde Eddie Reynolds y los ángeles de acero hasta el día de hoy, lleva 8 años sin filmar algo nuevo. “Es algo de lo que estoy consciente pero es porque me gusta ser lento, tengo de hecho varios proyectos que nomás no han podido avanzar, pero ya por fin podemos decir que llevo un borrón y cuenta con mi tercera película”. Entre las percepciones modernas del cine mexicano actual y que también debe a como dé lugar subir los números en comparativa a los resultados de este año, Moreho tiene una propuesta amena a las audiencias próxima a estrenarse.
Lecciones para canallas narra la historia de Barry el Sucio, interpretado por el siempre añorado Joaquin Cosio y quien en la película se presta a un tono de comedia que lo aleja de las percepciones violentas de sus personajes populares, para ser una sanguijuela que aprovecha la torpeza e inocencia de sus víctimas para sacar dinero fácil… lo que no cuenta es que de pronto surge una relación a través de una hija abnegada y en donde la película postula la costumbre de la criminalidad y la fijación nacional de hacerla pasar como normativa, con una historia de intento de redención de parte de una mujer que quiere ver lo bueno de su padre.
Tuve una charla con Gustavo sobre el proceso de forma digital, “Mira, lamento las nuevas formas de tecnología que hacen que todo se consuma tan rápido, pero sin ella no podríamos comunicarnos en persona de un lado a otro del país, qué extrañeza”, me dice mientras tenemos nuestra llamada de Zoom.
Deus: Dada que esta es una película sobre ladrones y timadores, ¿Qué influencias directas tuviste para concebirla?
Gustavo Moreho: Qué bien que eres crítico de cine, de hecho yo también estuve trabajando en mi pasado como como crítico y reportero, y con ello siempre vi cine; mi etapa favorita fueron las películas de los setentas… no precisamente porque las pude ver todas porque para ese entonces era apenas un niño, pero llegaron a mí a base de las cintas que rentabas y ponías en casa, ya me puedo imaginar la cara de desconcierto de nuevas generaciones cuando uno les dice que rentaba películas en físico y las tenías que rebobinar y regresar a la tienda (risas). Fue ese cine de los setentas al que volví para esta película, fueron de gran influencia al lado del co guionista Angel Pulido y recordábamos películas como El golpe de Roy Hill y Luna de Papel…
D: De hecho creo que Luna de papel es la influencia más directa. Desde el momento en donde escuché la historia detrás del nombre de Jenny y mencionaron a Ryan O’Neill, no dejé de pensar en la película de Peter Bogdanovich.
G: Exacto, Luna de papel que muestra la relación entre estos dos y hasta de una amante imperfecta, fue ahí que quisimos tomar esto y hacer una película que no se expresara dentro de un confín moralista o de una senda aleccionaria que es algo bastante normal dentro de las películas.
D: Eso es muy curioso, porque tu película que entra catalogada dentro del habitual terreno de la comedia mexicana, logra esquivar de manera sensata esos elementos que resultan bastante ofensivos la verdad, de volverse entre calcas ofensivas de la condición de clases de nuestro país y de pronto adquirir una senda moral para quedar bien.
G: Así es, al hacer esto lo que quisimos fue dejar que los personajes lograran expresarse de una forma más natural, y mi intención fue la de intuir una expresión más noble en esta relación de padre e hija.
D: Danae Reynaud es una de estas nuevas figuras del cine nacional, de hecho me parece que es el personaje más interesante dentro del filme ¿Cómo fue trabajar con ella?
G: Danae es una gran persona y una muy compleja; su preparación no es precisamente como la de una actriz tradicional porque tiene afinidades dentro del guionismo y dirección al ser egresada de escuela de cine.
D: Y es una nerd…
G: Oh sí, bueno, ella dice noña, pero es reñoña (risas).
D: Pero eso es excelente, los ñoños lo que tienen es una mayor amplitud referencial de lo que intentan plasmar en la escena.
G: Y es algo que tiene Danae, aporta una sensibilidad muy bonita en la película y logra expresar un personaje que está habituado a vivir dentro de un razonamiento del amor, algo completamente opuesto a su padre que tiene una necesidad de subsistencia, que aparte es Joaquín Cosio, y no es demeritada ni minimizada en la escena, lograron algo insuperable.
D: Es de hecho algo que se puede ver en la escena del nombre de Jenny.
G: Sí, es el momento en donde precisamente expongo este sentir de Jenny, y la coraza de supervivencia de Barry.
D: ¿Lecciones para Canallas tendrá nuevas modalidades de estreno?
G: Por el momento contamos con una proyección en salas de cine que me emociona. Tú sabes que siendo una persona de antes, la idea de ver una película en su espacio es algo que me parece lo mejor que nos pudo haber pasado y pues ahora la película es fomentada bajo este perfil de Septiembre en donde literal cada semana habrá un estreno nacional importante, estamos deseosos de que la gente la pueda ver.
D: Hace poco escribí una columna en donde menciono que el principal problema del cine nacional no radica en la producción sino en la distribución. Tu película afortunadamente tiene el cobijo de parte de Cinépolis y su división de distribución, pero el número que se encuentra entre la comparativa nacional del fomento de distribución no pasa ni el 10%, lo que significa que la mayoría del cine no puede verse de manera óptima y de ahí, que estas películas terminen definidas bajo los estrenos de plataformas.
G: Creo que es algo bastante complicado y en donde yo puedo ver, es un asunto más allá de la distribución, dentro de las educaciones de la gente. La gente de Cinépolis proyectó una obra tan maravillosa como Sin señas particulares pero me decían que por más que le daban espacio y campaña, la película simplemente no movió la atención de las audiencias. El cine nacional está definido por dos movimientos claros: tienes al cine de autor, ese de mayor valía pero que ciertamente cuenta con un nicho bastante chico a comparación de las expectativas de ingresos, y es un cine que a duras penas puede establecerse dentro de una proyección de salas tradicionales, de ahí que dependan mucho de festivales para su mayor alcance. El otro es el tan cansado cine comercial que deja un estigma en las audiencias; es ese cine que la gente dice que es lo mismo: comedias románticas, remakes de otras películas, con los mismos actores, yo me siento definido entre los dos, porque mis películas siempre las trato de hacer de forma independiente. No me gusta recibir fomentos porque de ahí dependo de una línea editorial por decirlo así, me gusta tener la libertad de expresar lo que quiero y sé que al final, mis películas son comedias pero que no trato de vender tomándoles el pelo a la audiencia ni de nuevo, buscar ser aleccionador, quiero que sea divertido.
Y también está el asunto reflexivo de sobre a quien llegas. Ya no existe el mercado de blu rays aunque me gustaría ver la película en venta pero es uno extinto, pero si los servicios de streaming se presentan comprando el mejor postor para que esto signifique en algo atractivo para el consumidor y de paso llegar a nuevos mercados, eso no es algo malo per se.
D: Lecciones para canallas también se va a terminar por impulsar dentro del proyecto de semana del cine para Cinepolis en donde una rebaja de precios busca acercar audiencias a las salas de cine, pero ciertamente la vas a tener dura porque de entre todas las decisiones, Cinepolis puso en competencia directa a tu película y a la de muchos otros… con un reestreno de Spider-Man, una película que acaparó el 97% de la sala nacional el año pasado y que ciertamente no necesita más apoyo.
G: Sí, es esta visión falsa de la oferta y la demanda pero estamos conscientes de eso. Mi idea es que la gente pueda ir a ver Lecciones para canallas y pasar un buen rato, de que mi película se vuelva parte de las historias de personas que fueron a verla con sus seres queridos en medio de palomitas, una cita o tus papás, eso me importa demasiado y creo que es tan valioso como el número de impacto frente a ese tipo de películas.