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jueves, abril 25, 2024

La caja de juguetes fascinó a chicos y grandes

León, Gto.- Este fin de semana el Teatro Estudio del Teatro Bicentenario estuvo repleto con sus tres funciones de familias con niños. Esto es particularmente curioso considerando que para muchos de los asistentes, se trataría de su primer experiencia teatral -y más probable- dentro de las instalaciones del Teatro Estudio, y la cita no pudo ser mejor.

El espacio fue escenografía para la compañía de Mezquite Danza Contemporánea, la cual traía a presentación La caja de juguetes, proyecto que además lograron generar con beneficio del programa nacional de Producción de Danza financiado por el INBA en el año 2017. Claro que esos datos no le importan a los niños, que presenciaron una obra contemplada en extremo para su retención, tanto por su duración de cuarenta minutos, como el atractivo de ver juguetes cobrar vida.

La caja de juguetes se presentó con ciertas variaciones. La primera era en el apartado de los personajes, ya que podíamos ver a un astronauta y a un pirata entre los seleccionados tradicionales -un bufón, un arlequín, una bailarina y un soldado- lo cual le daba un respiro más moderno a la logística de un cuarto infantil. No fue para nada un distractor y se apoyaba frente a una escenografía bastante lograda de parte de Iker Vicente Óscar Caldera (el encargado de la escenotecnia). Esta Caja de juguetes tenía como elementos principales del escenario un biombo en forma de puertas, que mutaba en pequeñas puertitas y era de doble vista para indicar el paso del tiempo, este elemento del tiempo también lo podíamos ver trazado en un reloj de péndulo, con proyección de cañón por el que de vez en cuando se aparecía un ojo, tratando de emular al niño presente dentro de la obra que nos está exponiendo una historia a través de sus pictóricos personajes. Así mismo una caja de cartón cortada de tal manera de que los danzantes pudieran manipular a sus anchas, creando elefantes o un cuartel general.

A pesar de la creatividad expuesta en la presentación, existía un problema dentro de su argumentación. Las coreografías de Isabel Romero no definían a un personaje(s) principal, por lo que momentos en donde la jovialidad invadía a cada personaje hacían confusa la noción de seguir un lógico de seguir . De no ser de que en determinados momentos existían segmentos donde exponían la relación entre tres personajes, nunca se hubiera entendido su relación o aparente conflicto, y esto bajo normativas de la obra tradicional. Un mejor planteamiento dentro de las coreografías hubieran evitado este asunto.

Para nada es un total demérito porque al final de todo la obra pareció conectar con los más pequeños, que iban junto a sus padres a felicitar a los bailarines y quién sabe… igual y en una de esas consideran entregarse con la misma pasión y respeto al arte escénico.

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