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jueves, marzo 28, 2024

La magia de la luz es única en Guanajuato, afirma Gustavo López

Guanajuato.- Lo que no le podrán quitar a Guanajuato es la luz, afirma Gustavo López, el fotógrafo guanajuatense, quien reconoce que le duelen los cambios que ha sufrido la ciudad, por gobiernos que actúan en base a ocurrencias.

Quebec.

El arte de Gustavo López se puede apreciar en la exposición: “Heritage, Historia de Dos Ciudades, Guanajuato y Quebec”, que se montó con motivo de la pasada edición del Festival Internacional Cervantino en el Museo del Pueblo, exposición que aún se puede visitar.

“López se ha valido de la técnica bautizada por el como fotoesgrafía, consistente en dibujar o hacer grabados superpuestos a una fotografía. Busca representar en términos sensoriales y a través de impresiones y experiencias, una posible narración en la que a veces las palabras no alcanzan para contar lo que se quiere expresar”, se dice del trabajo del fotógrafo de Guanajuato en el programa del FIC.

El hecho es como el mismo Gustavo lo dice, vive a la velocidad de la luz, la luz que también es sombras y que es Guanajuato, ciudad que conoce cómo se ha ido transformando, después de que llegó a ser una ciudad casi fantasma en la década de los años 30 y 40 del siglo pasado.

En una plática, más que entrevista, realizada sentados en una de las bancas de la placita que está frente al edificio de la presidencia municipal, Gustavo recuerda que todavía en la década de los 70 del siglo pasado en el lugar había un sitio de taxis, y que uno de los taxistas era un tipo que fue todo un personaje en la ciudad, le apodaban el Pataté, mal hablado y peleonero, que terminó como sacristán en la basílica de Guanajuato.

Gustavo López. Fotografía: Alfonso Ochoa.

Me duele mucho lo que sucede con Guanajuato, lo que norma en esta ciudad es el desconocimiento y la ocurrencia; sin duda que Guanajuato ha influido en mi trabajo, pues la fotografía se hace desde la memoria, sino tienes bagaje de memoria es muy difícil tener capacidad para crear, argumenta Gustavo.

Yo he caminado esta ciudad años y años, y he visto su transformación y destrucción, en lo que todos hemos participado; a Guanajuato le hemos metido un calzado que no es de su medida, anda de puntitas pero le aprietan los zapatos.

Guanajuato de ser una ciudad nostálgica, poética, melancólica, la hemos convertido en un esperpento; a partir de los cambios que se dan con el Guanajuato turístico le hemos cargado el maquillaje, afirma.

Pero bueno, a mi la ciudad me tocó con su luz, y eso no, no lo podrán quitar. En Guanajuato se viven los azules del cielo más profundos que he conocido, azules cobalto; en Guanajuato se llegan a dar atardeceres en rosa o en lila, comenta.

Guanajuato.

Esta ciudad se pone nostálgica en las tardes, con una luz única, dice el fotógrafo, quien señala que precisamente de eso trata la exposición que se exhibe en el Museo del Pueblo, es la historia de la luz en dos ciudades, no es una historia de estampitas, sino de como la luz se comporta en las dos ciudades.

Dos ciudades diametralmente opuestas; Quebec en un montículo amurallado, defensivo, al lado de un río de casi dos kilómetros de ancho, el río San Lorenzo y Guanajuato en una cañada, con una escases de agua tremenda; es un contraste de la arquitectura victoriana a la realidad de nuestro origen, señala.

Como se informa aún se puede visitar la exposición del trabajo del fotógrafo guanajuatense que se exhibe en el Museo del Pueblo, de un artista profundamente guanajuatense, de la historia de la luz en dos ciudades, Quebec y Guanajuato.

 

 

 

 

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