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martes, abril 16, 2024

Damián Alcázar: “Los cambios los tenemos que hacer todos. AMLO no es mago, no es Harry Potter”

Ciudad de México, (SinEmbargo). En México hay prioridades: primero hay que preocuparse por la gente de la sierra, no por las becas de artistas e intelectuales, señaló el actor Damián Alcázar, protagonista de El complot mongol

Damián Alcázar, protagonista de la película El complot mongol. Foto: Cuartoscuro.

“Soy de la idea de que hay prioridades en este país. Hay limpiarlo, sacudirlo, sanearlo. Cuesta trabajo, tiempo y dinero. Los cambios los tenemos que realizar todos. Yo voté por él (por Andrés Manuel López Obrador). Hay prioridades que hay que solventar primero. No es mago, no es Harry Potter. Es un poco de pensamiento, ¿no? Que los intelectuales y artistas que tenían sus becas permitan que los habitantes de la sierra… No tienen nada los mexicanos”, dijo Alcázar durante la presentación de El complot mongol, cinta que llegará a los cines este 18 de abril.

“Ya le torceremos el brazo [al Gobierno] cuando sea necesario pedir presupuesto, pero yo veo que necesitamos el apoyo en salas de cine. Se filman ahora más de 100 películas al año, y no podemos ver ni cinco, y no podemos verlas más de cinco días en cartelera”, abundó el histrión.

A Alcázar lo cuestionaron sobre las quejas y manifestaciones de creadores ante la distribución del Presupuesto de Egresos 2019, la cual se dio a conocer en diciembre del año pasado.

Damián ha protagonizado películas como El infiernoLa dictadura perfectaUn mundo maravilloso y La ley de Herodes, caracterizadas por la crítica a las formas en que se gobernó a México.

El complot mongol, basada en la novela homónima de Rafael Bernal, fue dirigida por Sebastián del Amo. Junto a Alcázar, Bárbara Mori, Eugenio Derbez, Roberto Sosa, Salvador Sánchez, Ari Brickman, Hugo Stiglitz y Xavier López “Chabelo” protagonizan la cinta.

La película fue descrita por Jesús Chavarría, en Empire México, como “un disparatado y seductor encuentro entre el cine negro de arrabal y la historieta mexicana, con todo y una agridulce mezcla de ironía, desencanto y humos. Sin abandonar el espíritu de entretenimiento”.

“Quizá el mayor logro de El complot mongol es que nos recuerda el gran talento que hay en México para contar historias policiacas”, de acuerdo con Arturo Magaña, de Cinepremiere.

Durante la presentación en la Ciudad de México, Sebastián del Amo y Damián Alcázar fueron cuestionados sobre si el México que dibujó Bernal es parecido al actual:

“Sí, es una cosa que llama la atención. Si bien El complot mongol cumple cincuenta años desde su publicación, pues sin duda es una novela de actualidad. Si uno lee el periódico y ve que están estas intrigas entre Estados Unidos, Rusia, China, y ahora la manzana de la discordia es Venezuela, pues el panorama no es muy diferente, sin duda. Es curioso, parece que la historia es cíclica. Estamos en un círculo vicioso. Es una de las razones por las que El complot mongol ha tenido tantas adaptaciones a lo largo de la historia. Pretendemos refrescar una historia que tiene muchos fans de hueso colorado y acercarla a nuevos públicos”, detalló Sebastián del Amo.

“Es México. Es el México de los 60. Por aquí hay muchísimos barrios… tal vez por aquí no (cerca de Reforma)… Los policías son los mismos, ¿no? Es el gran acierto de Rafael Bernal, mostrar a México en una historia casi de cómic… Somos los mismos hoy. Por desgracia no avanzamos, no caminamos”, dijo Alcázar.

El complot mongol, publicada en 1969, cuenta con una adaptación cinematográfica (dirigida por Antonio Eceiza), otra radiofónica (producida por Edmundo Cepeda) y hasta un cómic (realizado por Luis Humberto Crosthwaite y Ricardo Peláez Goicoetxea).

La novela fundó el género policiaco en México, y se sigue defendiendo no sólo como un gran ejemplo de la novela policiaca en este país, sino de la novela policiaca a nivel internacional, dijo Mauricio Montiel Figueiras, narrador, poeta e ensayista.

La historia arranca en el México de los años sesenta. Equipos de inteligencia de Estados Unidos y la Unión Soviética, la CIA y la KGB, tratan de desarticular un magnicidio que China intentaría llevar a cabo en la capital mexicana.

“Es uno de los principales motores de la novela policiaca canónica. Pensamos en los grandes novelistas policiacos estadounidenses, Raymond Chandler y Dashiell Hammet. En el caso de Chandler, está presente la denuncia social, frente a la que se desarrollan las distintas tramas policiacas. Y en el caso de Hammet está presente la política. Yo creo que con El complot mongol, Bernal logró conjuntar estos dos hemisferios de la novela policiaca estadounidense canónica”, indicó Mauricio Montiel.

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