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lunes, abril 15, 2024

Deconstructing PAN, Deconstructing PRI

“Deconstructing Harry” es una hilarante y enredada comedia de Woody Allen filmada en 1997 en la que el propio Allen escenifica a un personaje involuntariamente autodestructivo que vive creando situaciones caóticas que van en aumento a lo largo del film.
Esta interpretación del término es, desde luego, muy liberal. Nada que ver con las teorías deconstructivistas del filósofo francés Jacques Derrida, pero sí con los personajes caóticos que se dedican a dinamitar, aún sin estar conscientes de ello, todos los escenarios en los que se mueven.
Por ello, el nombre de este artículo tiene que ver con el proceso de descomposición al interior de los dos partidos más importantes de la entidad. En ambos casos, los responsables de la deconstrucción están identificados y tienen nombre propio: En el PAN es una persona “moral”, el Yunque; en el PRI, una persona física, el Delegado Santillán Oceguera, pero como es un personaje muy menor, sus aventuras de deconstrucción las trataremos en otra ocasión, cuando haya tiempo.
A unos días de la elección del dirigente estatal panista, lo que se iba a desarrollar como un plácido ejercicio de consenso y punto de partida –por muy precario que pareciera- de coincidencias para el futuro con sectores de la disidencia oficialista, se ha convertido abruptamente en un enredo, por el intento de retomar el poder en la sede panista por parte de los viejos señores de la guerra que militan en la Cofradía y que, aferrados a una visión fundamentalista y anticonstitucional de la política, intentan emprender su propia cruzada frente a cualquier relevo generacional e ideológico que vendría a ser más pragmático, descontaminado y presumiblemente más dialogante.
Estos ayatollahs occidentales –De los Cobos, Mosqueda, Diosdado, Torres Origel, Román Cifuentes entre otros- se han visto reforzados en su misión con la inclusión sorpresiva del Gobernador –por sus viejos pactos con el Yunque- en su proyecto de hacer Presidenta del Partido a Alejandra Reynoso.
Para ello, Juan Manuel Oliva ha echado mano de toda su capacidad de operación –económica e ideológica- y ha venido reuniéndose consistentemente con consejeros con derecho a voto para convencerlos al precio que sea de otorgarle su voto a Reynoso sin importarle al parecer que cualquier resultado lo lleva fatalmente a un callejón sin salida: ganador de un proceso con un PAN más dividido aún y con grandes sectores lastimados que convertirían su triunfo en una amarga victoria pírrica, o derrotado por los grupos y la fuerzas que un día lo aclamaron y se le rindieron.
Mientras tanto, la oposición no oculta su deseo de un triunfo de Reynoso porque esperan con ello en los hechos algún tipo de fractura del PAN local “estilo Aguascalientes”.
Cabe esperar que finalmente el próximo sábado 25 impere la sensatez y Gerardo Trujillo sea electo Presidente del PAN. Sin embargo cabe esperar también que el Yunque no se vaya con las manos vacías y logre la Secretaría General, como ya lo hizo a nivel nacional con Cecilia Romero.
Por el contrario, si triunfa Reynoso podrían suceder cosas por lo menos “raras”, como la entrega fast track de su credencial de militante a Gerardo Mosqueda o la reinstalación de su propia Santa Inquisición para continuar las tareas persecutorias de Gerardo de los Cobos, por ejemplo, contra sus viejos demonios que un día encarnó Alberto Cifuentes y hoy quién sabe quien. Pero habrá, seguro.

(http://arodriguezleyaristi.com/ Blog “Sobre Política y otras Ficciones”)

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