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viernes, abril 19, 2024

Delegado de los de antes… pobre PRI

Contrastando con sus éxitos a nivel nacional, el PRI de Guanajuato vive hoy uno de sus peores momentos en la historia reciente (y conste que ya es mucho decir) de ese partido en la entidad.

Los equilibrios y la paz institucional que con muchos trabajos pero con buena voluntad había venido construyendo José Luis González Uribe, están en grave riesgo cuando no definitivamente rotos por la irrupción en el escenario priísta de un Delegado de medio pelo en la escena nacional, que entiende poco o nada los aspectos finos de la política que los guanajuatenses presumimos tanto de practicar y que al contrario, con sus acciones y reacciones demuestra un desconocimiento total a las nuevas formas de hacer política en un territorio hostil como este y que antes fueron tabú en la vieja disciplina orgánica priísta: mucha libertad de acción y poco respeto a las cadenas de mando tradicionales.

El Negro Santillán –como le gusta que le digan- tal vez piensa que ser delegado del PRI en una entidad como esta representa la oportunidad de convertirse en un señor de horca y cuchillo, dueño de vidas y voluntades, disparador por igual de amenazas y consignas, poderoso, escuchado y temido. En fin.

¿En qué año vive el Negro?, ¿se habrá dado cuenta que estamos en 2011, en Guanajuato, no en Campeche, que no nos gobierna su cuate Enrique Alvarez del Castillo y que gracias a los dadivosos programas de Usabiaga y Chema Anaya ya casi no quedan campesinos cenecistas que voten por el PRI?.

¿Sabrá el delegado que hay otro Guanajuato, el del corredor industrial, el de una numerosa población urbana que hace que el estado tenga uno de los padrones electorales más altos del país?.

Por último, ¿habrá revisado el comportamiento electoral de 2009 en ciudades como Irapuato y Celaya, donde la elección a Presidente Municipal virtualmente la perdió el PRI con el voto de la zona rural, aún después de ganar en gran parte de la zona urbana?.

El antecedente de delegado descontextualizado que nos llevó a los priístas a la ruina electoral (y, al parecer, también económica) en 2006 fue Efrén Leyva; por cierto, uno de los responsables principales de la reciente debacle de Manuel Añorve en Guerrero. De Leyva hay anécdotas muy sabrosas y ahora muy comentables. Yo fui testigo de algunas. De su autoritarismo recuerdo una: días antes de la decisión priísta de la lista de candidatos plurinominales me encontré a un amigo que me informó que se había reunido con Leyva quien comentó tajante y sentenciosamente que sobre su cadaver tendrían que pasar para que Amador Rodriguez fuera diputado, porque con la inmensa autoridad de la que estaba investido se encargaría de impedirlo…Y el resultado es que sí fui diputado.

Esta anécdota se reproducirá mil veces en Guanajuato con Santillán. De hecho ya esta sucediendo: da consignas y órdenes a todos los niveles del priísmo que se imagina que se cumplen a rajatabla, emite opiniones que él cree sesudas, prohibe eventos, decreta la asistencia obligatoria a otros (preferentemente los de Gerardo Sánchez, el dirigente nacional de esa CNC expriísta de la que hablábamos arriba) y vive instalado en una nube de irrealidad que le hace sentir que en Guanajuato el delegado del PRI es tan importante que debiera compararse con una especie de gobernador alternativo de la entidad.

El presidente Moreira, que enfrenta el reto de ganar las elecciones del 2012, deberá estar consciente que personajes como el actual delegado priísta, con su parcialidad y sus modos vastos y anticuados, poco o nada hará para que Guanajuato contribuya a esa causa. Al contrario.

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