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martes, abril 23, 2024

Las 50 mejores películas de horror de la década (Parte 1)

León Gto.- El momento ha llegado para todos los cinéfilos de corazón, y es que con el fin de la década de los años ’10 del nuevo milenio, las listas sobre lo mejor que hemos visto en las salas de cine aparecen a debate… y justamente acabo de ser partícipe dentro de uno. El debate y listado que presento en esta ocasión formó parte de las actividades de The Dissolve, la extinta página sobre cine que a pesar de 4 años de no estar más en forma tradicional, sigue persistiendo a través de los grupos oficiales en redes sociales, los cuales forman parte de una agradable y nutritivav conversación respecto al tema con gente y críticos de cine de todo el mundo.

Sin más preámbulos, pasemos por las 50 películas obligadas del género, uno de los más flexibles porque en él, podemos no sólo encontrar películas que nos erizan el pelo, sino que podemos encontrar cine de todo sub género y público que además, se presta a la reflexión de nuestros días y temores sociales: hay muchas conocidas, y una que otra que puede complementar ese maratón perfecto, en el último Halloween de estos diez años (razón por la que si existe en servicios de streaming, la adjunto para que no batalles tanto en buscarla… ya si esto no aparece pues un poco de labor de investigación en el mundo del internet de las cosas no hará daño, tal y como en los viejos tiempos):

50.- Dale y Tucker contra el mal (Eli Craig, 2010).

Eli Craig en su filme debut realizó algo bastante simple que nadie en ese punto había realizado: Tomar la inspiración del miedo a los hillbillies propagado por películas como Amarga Pesadilla (John Boorman, 1972), y La Masacre de Texas (Tobe Hooper, 1974), ese que vende la idea de que los incultos y los pocos desarrollados de la sociedad son los que son monstruos, dándole el giro de que estos tras un mal entendido son las víctimas en una humorosa y violenta obra sobre ser tú mismo y no juzgar un libro por su portada.

49.- El juego de Gerald (Mike Flanagan, 2017).

Mike Flanagan es un maestro del horror moderno, con proezas como: Hacer una película de horror con una producción de la WWE – Oculus: el espejo del mal (2013)– además de hacer una película superior a su antecesora –Ouija: El origen del mal (2016) y por sobre todas las cosas, hacer la adaptación de Stephen King que se consideraba imposible de adaptar. Una pareja intenta darle sentido a su relación con unas vacaciones en donde la idea de unos días de placer quedan ofuscados con la muerte del esposo, su amada amarrada en la cama y la puerta abierta con un perro hambriento. Esos elementos tan limitados ofrecen una exploración perfecta de Jesse Burlingame -una Carla Gugino en su mejor papel fílmico- y los problemas que le hicieron ser una mujer sumisa, triste y que en medio de su conflicto encuentra una nueva oportunidad para ser libre de toda mancha del pasado. Este año Flanagan vuelve a hacer una película de King, y no cualquiera: la secuela de El Resplandor (Stanley Kubrick, 1980)… no parece tener temor alguno y eso siempre emociona.

48.- Alien: Covenant (Ridley Scott, 2017).

En una lectura, Alien: Covenant falla como una secuela de Prometeo (Ridley Scott, 2012) y como precuela de Alien: El octavo pasajero (Ridley Scott, 1979)… pero detrás de sus fallas, existe una anarquía valiosa. Scott de inmediato abandona esas pretensiones que le ligan al universo de Alien y decide hacer relato de horror gótico, además explorando a su personaje favorito de toda la saga: David (Michael Fassbender) lo cual no debería de sorprendernos por la fascinación del director frente a figuras con complejo divino y carentes de un valor humano. Es algo pretenciosa, eso no se le niega, pero existe una belleza grotesca en el recorrido que la hace además, la última película de Alien enfocada a una audiencia adulta… además de que James Franco se incendia, eso tiene qué valer algo.

47.- Beyond the Black Rainbow (Panos Cosmatos, 2012).

Panos Cosmatos fácilmente pudo subirse al vagón de la nostalgia apoyado por otras películas que intentaban formular un homenaje a la estética del cine de las décadas pasadas, pero lejos de irse por una aproximación banal que fácilmente ya cualquiera puede replicar incluso con su celular, hace un filme que inspirado por las sensaciones instintivas de JodorowskyTarkovski, hablando con crítica de la aparición de cultos del new age y de estrategias de sanación y experimentación mental ofrecidas por los boomers.

46.- Paranorman (Sam Fell y Chris Butler, 2012).

El estudio de  Laika ofrece siempre un olvido miserable en las audiencias, que no van a ver sus películas, y son de los pocos que se dedican en su entereza a hacer filmes de horror para niños en forma de stop motion, siendo Paranorman la segunda incursión de lleno al género, en esta ocasión recordándole a las audiencias de los filmes de aventura ochentera con personajes diseñados de manera grotesca y que con su humor y temas, intentan exprimir lo que le pueden mostrar a los niños: no de una manera obscena sino para tratar de decirles que el mundo puede ofrecer un divertimento más allá de los muñecos de nieve fofos.

45.- Berberian Sound Studio (2012).

Un hombre encargado del diseño de sonido de un filme grotesco del que no quiere ser partícipe, y que termina arrastrado hacia el vórtice de horror, un embrujo gracias a la interpretación de Toby Jones y su desmoronamiento psicológico, frente a una película de Peter Strickland en tono anárquico que pocas veces se ha visto en la pantalla de este género durante los últimos diez años.

44.- The Inkeepers (Ty West, 2012).

2 trabajadores del hotel Yankee Pedlar Inn se encuentran preocupados por una gran razón: este no puede frente al inminente cambio, y ni su finta de ser un hotel maldito logran atraer clientela renumerable. Lo que seguimos la mayor parte del tiempo es su infierno laboral, con un tedio máximo de parte de dos personas que se encuentran también derrumbadas frente a la idea de que el tiempo avanza y sus labores no son necesarias, y como todas las películas de Ty West, el horror comienza a llegar de manera sutil, avanzando a paso lento tal y como los fantasmas ancianos de su hotel, lo cual también se entrelaza con el aburrimiento de nuestros protagonistas y nos hace pensar en si esto es real o no, y cuando pasa de verdad… se siente una recompensa con secuencias que apagan el corazón y de vez en cuando nos hacen reír.

Más valor para Ti West por favor.

43.- La cura siniestra (Gore Verbinski, 2016).

Gore Verbinski, el hombre que si no hace películas de Piratas del Caribe siempre encuentra un poco aprecio en la taquilla y reconocimiento moderno, a menos que cuentes la vez en la que el director generó la oleada de remakes de películas asiáticas con El aro (2001), la cual es debatible si es mejor que su versión original. Verbinski regresaría al género del horror hace 3 años, con una película extremadamente cara para 20th Century Fox mandada a estrenarse en la temporada de enero cuando nadie espera películas, y obviamente eso generó su olvido inmediado, lo cual es bastante triste si consideramos que a pesar de las fallas de La cura siniestra, lo que hay al final es un viaje hacia la locura confusa, de lógica de pesadilla, tal y como aquella que tanto expresaba Lovecraft, en una película que es bastante probable que haya tenido conflictos por parte de un estudio, quien la mandaría a la condena con su estreno y con un final que  se siente insatisfactorio, pero igual y el viaje estilizado de un lugar detenido en el tiempo no te lo quita nadie, sólo requiere paciencia.

https://www.youtube.com/watch?v=gIPJe-9nIk8

42.- A Girl Walks at Home By Night (2014).

Cruzando fronteras, un filme de blanco y negro moderno, de una cultura lejana -proveniente de Irán- pero filmada en Estados Unidos, y un filme sobre vampiros que habla sobre el poder y necesidad de que una mujer reclame su espacio en una sociedad. La burka adopta una identidad misteriosa y de alguna forma también de poder, es algo que nunca habías pensado en tu vida.

41.- This House Has People In It (Alan Resnick, 2016).

De alguna manera, nadie está preparado para esto: imagina estar viendo Adult Swim por la madrugada y de pronto, la programación desaparece para ver una serie de cámaras que capturan los momentos de una familia, preparándose para el cumpleaños de uno de los niños; comienzas a ver los videos y te das cuenta de que aparecen cosas extrañas que no tienen explicación… para después ver a Madison en el suelo de la cocina, inmóvil. Una vez que entras al corto y material que se extiende a más de una hora, tu vida no vuelve a ser la misma.

40.- Viene de noche (2017).

Un filme de un monstruo.. sin el monstruo. Esto es lo que más molestó a las audiencias en una película víctima del hype y de la promoción, que bien es cierto que nunca mintió; la amenaza de algo que se acerca es una excusa para que uno pueda apreciar la sutileza del filme y sus personajes, personajes que fallan y que tienen una gran moralidad respecto a las cosas que tienen que hacer para sobrevivir.

39.- No Respires (Fede Álvarez, 2016).

Tras haber realizado el vilificado remake de Evil Dead (2013), Fede Álvarez hace un filme que pulula creatividad en su ejecución, en una Detroit azotada por la suciedad y precariedad de sus protagonistas, los cuales terminan entrando a una casa buscando un botín fácil por parte de un ciego, el cual resulta ser más de lo que aparenta. En realidad nunca te sientes tranquilo y en paz con el filme y sus potenciales desenlaces, el cual va cayendo más y más a un agujero de putridez que no te deja en unos días.

38.- Eso: Capítulo Uno (2017).

No hace falta recordarle al mundo, que hace unos años el nombre de Pennywise tomó popularidad. Ya lo era porque de niños fuimos presa del horror gracias a Tim Curry en su inolvidable papel, pero Andy Muschietti llegaría a un proyecto destinado al fracaso del que nadie daba un peso, para hacer de Pennywise uno de los íconos del horror modernos, del agrado de gente que busca sustos fáciles motivados por la aparición de un payaso grotesco en forma del genial Bill Skarsgard. Pero principalmente el éxito de Eso radicó en que Muschietti lograra hacer una adaptación familiar y que la audiencia sintiera lazos fuertes con el club de los perdedores, poseedores de quizás de los mejores trabajos en actuación infantil en años.

37.-A Quiet Place (John Krasinski, 2018).

Shh… Debes callarte, y apreciar Un lugar en silencio, una película de horror con un gimmick barato y simplón, pero que detrás de el maneja una película sobre el posterior intento de supervivencia de una familia, la cual tiene que adaptarse a la nueva forma de subsistir con monstruos atentos a sus presas, en una película creada por John Krasinski creada como casi toda obra magna del horror: a través de sus temores como padre de familia representados en el sacrificio que este haría por ellos. También ayuda a que su esposa -quizás la mejor de toda la historia- aparezca en la película como el papel de su ehm… esposa, y que sea partícipe de uno de los momentos más intensos que uno haya podido presenciar en el cine, en donde la conexión de no hacer ruido traspasa la barrera del filme, con una audiencia que de verdad temblaba al intentar proferir algo.

36.- I Saw The Devil (Kim Yee-Woon, 2011).

Lo que empieza como una película sobre un asesino serial que tiene un modus operandi completamente obsceno, se vuelve un filme en donde una de las víctimas secundarias obtiene la oportunidad de su vida de acabar con el tipo que mató a la persona equivocada, pero a su vez este viaje de gato y el ratón inverso, también nos refleja sobre la violencia en sí, y si de verdad esta logra hacernos sentir mejor una vez que el objetivo se haya revolcado como nunca en la vida. El demonio del título al final de cuentas, es parte de un espejo de todos.

35.- Climax (Gaspar Noé, 2018).

Gaspar Noé sabe que es un monstruo que juega con las sensaciones de su público, pero jamás había estado en el control perfecto de su juego como en Clímax, una película que de principio a fin logra contagiar dos cosas: la emoción del baile, elemento que casi nunca se logra capturar en la pantalla grande fuera de la noción del musical de antaño, porque aquí deseamos movernos al igual que las pobres almas, las cuales terminan adheridas en el peor aquelarre posible, en donde nunca presenciamos sus visiones psicotrópicas, en vez de ello nos volvemos la persona que tiene que soportar el delirio presente en cada uno de los cuartos, de una geografía coherente y perfecta, en donde nosotros tenemos que resolver el misterio de quién carajos fue la persona que pensó que tomar LSD al ritmo de música electrónica noventera era lo mejor.

Y en ese sentido, Gaspar Noé logra  espantarnos, y mucho.

34.- The Love Witch (Anna Biller, 2017).

Una comedia del horror que logra hacer una mezcla perfecta del sarcasmo y tributo a la época que intenta emular, los años sesenta representados con un impecable diseño de producción y fotografía, que además de sus inspiraciones fáciles de deducir, en realidad es la carta de amor de Anna Biller al feminismo de un Hollywood que nunca obtiene esa mirada y entendimiento más allá de las películas de romance y de época.

33.- Cam (Daniel Goldhaber, 2018).

Un tecno thriller moderno, es algo difícil de lograr en tiempos modernos, porque siempre terminas presa de la identidad tecnocrática del momento que intentas adivinar, no por nada las películas de hackers siempre son parodiadas, reflejo de la idea que teníamos como cool en los años noventa. No obstante, tienes películas como Cam de Daniel Goldhaber, que habla de manera accesible para la audiencia -alguien que ha realizado esto es Michael Haneke, pero es bastante complejo, ustedes entenderán- una reflexión sobre quiénes somos en el mundo digital y del cómo nuestras aspiraciones vienen opacadas de las exigencias, del cúmulo de morbosos que tratan a las mujeres que se dedican a las transmisiones eróticas como meros objetos de placer sin identidad.

32.- Bone Tomahawk (S. Craig Zahler, 2015).

Un filme que habla sobre la identidad del hombre, especificamente con la figura del vaquero inmerso en el mundo de violencia y justicia, que llega a enfrentar algo desconocido y salvaje, un grupo de caníbales del antiguo mundo con sus propias reglas que no demuestran moralidad y que conocen sólo el camino del arma. Zahler es valiente de crear un filme del Weird Western, el primero en muchos años tras la fallida Vaqueros vs Aliens (John Favreau, 2013) y que además, presenta escenas de acción como ninguna otra película.

Detalle especial en el diseño de sonido, porque no hay nada más aterrador que escuchar algo que supuestamente ya conoces por años de exposición en el mundo del horror, sonar como no lo esperabas, casi de manera natural.

31.- La Piel Que Habito (Pedro Almodóvar, 2011).

La película más disfrutable del Almodóvar moderno resulta ser su aproximación al mundo del horror, que si bien para la gente indispuesta a ofrecerle esta categoría, omiten que el manchego dirigió una película sobre venganza de parte de personas enfermas, los cuales terminan en ciclos más intensos de patologías extrañas y perturbadoras que van desde el incesto, hasta la pérdida de la identidad masculina. Si eso no es horror no sé qué ve la gente en esto.

30.- Shin Godzilla (Hideaki Anno, 2016).

Dejen que el sujeto detrás de Neon Genesis Evangelion diriga el reboot de la figura más icónica de Japón, la figura que con el paso del tiempo había perdido su identidad como monstruo y como recuerdo escabroso de los temores nucleares. Su Godzilla es un ser eternamente furioso, que vomita sangre, y cuyos poderes no hacen más que vislumbrar la batalla con lo desconocido que a veces el incompetente gobierno intenta derrotar, y que también sirve como filme de panfleto para una sociedad que pese a los embates naturales y causados por su cuenta, sigue aquí.

29.- Kill List (Ben Wheatley, 2012).

¿Qué hacer cuando regreso a la sociedad, tu camino de violencia no lleva a que puedas ser un hombre normal? Eres en el fondo una bestia y eso es algo que aqueja a Jay, un hombre agresivo que intenta sobrellevar su vida familiar en medio de ataques constantes y abusos, los cuales encuentra una posibilidad de reinserción a través del único camino que le queda: volverse un matón. Wheatley siguiendo el ejemplo y paso de otros filmes de culto ingleses, da un giro con una película que poco a poco desenvuelve el fin y objetivo de un hombre, errante y que comienza a disfrutar de sus acciones que le dan poder, pero que si en un principio no entiende el por qué sus víctimas le agradecen, hacia el final queda totalmente desesperanzado.

28.- Unedited Footage of a Bear (Alan Resnick, 2014).

Oh sí, esto tiene un oso, pero la primer obra maestra de Alan Resnick deja en vergüenza a proyectos de gran escala, con un filme que habla sobre los desdobles de identidad de una mujer aparentemente perfecta, que vive en un comercial médico, la cual termina en una pesadilla de la que no puede salir, y que críticamente también no puede evitar de ser un comercial. Al igual que This house has people on it, el acertijo multimedia de Resnick lleva un tanto rato de apreciar, pero no por ello su enigma pierde sentido y momentum con el repaso.

27.- En presencia del diablo (Na Hong-jin, 2016).

Tres horas de Na Hong-jin, tres horas titánicas en las que hace reflexiones sobre el misticismo, la xenofobia, y la confianza que un pueblito comienza a perder poco a poco con la llegada de un oficial que investiga un asesinato misterioso, que poco a poco escala en una oleada de suicidios y enfermedad para los pueblerinos, una película que exige que tengas un razonamiento frente a eventos sin razón alguna, de que tengas la cordura para entender lo que sucede, un acertijo siniestro en donde el enemigo es un demonio que toma apariencia de lo normal y no quiere que sepas si lo que presencias es un acto de su calaña, o de la maldad humana.

26.- Don’t Hug Me I’m Scared (2011).

Debemos tomar en cuenta los proyectos multimedia fuera del catálogo de una pantalla de cine en esta década, por la mera intención de que estos adquirieron una modalidad y compleijdad mucho más profesionales que simples videos virales… quizás el más famoso de todos ellos sea aquel con tres amigos: uno amarillo, uno rojo, y un pájaro, los cuales reciben lecciones a través de canto en apariencia infantiles como ser creativo, el paso del tiempo, el amor y el mundo digital, los cuales en apariencia parecen simular a los programas educativos, pero conforme avanzan imágenes grotescas aparecen en la pantalla frente a los personajes de aparente inocencia, y de manera más horrenda, las ideas que en un inicio aparentaban ser honestas e inocuas, son rechazos a la creatividad y singularidad de las personas, porque no eres nadie, y en realidad sólo eres una masa asustada pidiendo estar abrazada porque no puedes más.

 

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