Con información de Ernesto Méndez y Miguel Mejía.
Xichú, Gto. Cuando a principios de 2017, el escultor irapuatense Héctor Eduardo Peralta Carranco, llegó a la comunidad de Palomas, en el municipio Xichú, no sospechaba que esa aventura a la Sierra Gorda con sus compañeros del club de motociclistas se convertiría en la antesala de un atractivo negocio: la realización de cuatro esculturas que se anunciaron como de bronce, aunque resultaron ser de broncel, que ni siquiera reflejan fielmente la tradición huapanguera.
La obra artística costó casi tres cuartos de millón de pesos (735 mil pesos) al erario público de un municipio con grandes carencias.

Indígenas… que no son indígenas
Esa localidad, situada casi en los límites con el municipio de Atarjea, está habitada por campesinos mestizos, con características y costumbres idénticas a las de todo el municipio, sin embargo, en una decisión que puede calificarse como irresponsable, por no tener ningún sustento coherente, en noviembre de 2012, al igual que otras cuatro donde tampoco hay indígenas (Mineral La Aurora, Llanetes, Misión de Santa Rosa, El Rusio) Palomas fue decretada como comunidad indígena en el Periódico Oficial del Estado de Guanajuato.
Esto, luego de una maniobra entre el gobierno municipal, entonces encabezado por el panista Perfecto González Carvajal y la Secretaría de Desarrollo Social y Humano (Sedeshu), a cargo de Éctor Jaime Ramírez Barba, buscando acceder con mayores ventajas –usando una falacia–, a diversos recursos federales, como los que maneja la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, o los que en el ramo 33, el Fondo I (FAIS), se destinan para infraestructura social en zonas consideradas de pobreza extrema, entre otros.

Es en Palomas donde el escultor Héctor Eduardo Peralta se encontró con Ángel González, trovador oriundo de esa comunidad, quien le mostró unas pequeñas figuras de músicos elaboradas con hoja de maíz, y le sugirió elaborara unas esculturas de huapangueros.
Se trataba de una propuesta extraña, porque según expertos consultados, el Huapango Arribeño es una antigua tradición comunitaria de la Sierra Gorda que forja sus jerarquías en las topadas, y es tal su vigencia que no necesita enaltecer artificialmente a sus protagonistas. Aunque por otra parte, hay quienes en ese municipio afirman no estar sorprendidos por esa iniciativa, pues Ángel González es un huapanguero que suele usar su tradición para tender puentes con instancias gubernamentales y partidos políticos, y de ese modo conseguir beneficios y recursos públicos.
Respecto a lo anterior, Zona Franca pudo verificar, por ejemplo, que apenas el pasado 30 de abril, en una palapa que le financió entre 2016 y 2017 la Comisión de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), este huapanguero, Ángel González, acogió el acto proselitista del inicio de campaña de Diego Sinhué Rodríguez Vallejo, candidato de la coalición Por Guanajuato al frente (integrada por PAN-PRD-MC) a la gubernatura del estado. Según datos de la Conanp, en esa construcción se invirtieron 261 mil 500 pesos, y aunque tiene como finalidad promover la cultura ambiental, fue utilizada para un acto partidista.

Así mismo, en el actual proceso electoral, este trovador usó la música tradicional de la Sierra Gorda para promover mediante videos, spot y audiciones al candidato del PAN a diputado local por el Distrito II, Armando Rangel Hernández.
La trama y el negocio
Animado por la posibilidad de ese proyecto, el escultor regresó a Irapuato, donde comentó lo sucedido con su paisano y amigo, el promotor cultural Vidal Berrones, quien en ocasiones funge como su representante. Éste consideró viable la oportunidad de realizar esa gestión, porque además, gracias a su relación personal con una persona de origen xichulense, estaba en posibilidad de involucrar en el proyecto a Angélica Villa Aguillón, una empresaria de la cabecera municipal, quien realizaría la función de facilitadora ante la autoridad local.
Villa Aguillón, a su vez, es prima hermana del entonces Secretario particular del alcalde, Osvaldo Villa Flores, y del director de Casa de Cultura, Jesús Salvador Villa Flores; así como cuñada de la contralora municipal, Martha Lucía Rivera Alvarado.
A solicitud de Vidal Berrones, ella le facilitó el vínculo, primero con el alcalde Eloy Leal Reséndiz, y luego, con el gobernador Miguel Márquez Márquez. A éste lo abordaría en una gira que realizó en el municipio el 8 de noviembre pasado.
Así fue como se detonó la realización de un proyecto escultórico, que partiendo de la ocurrencia del trovador Ángel González y sin mayor consenso entre el gremio de huapangueros, propiciaría una alta inversión de dinero público.
De ese modo surgieron cuatro esculturas que se anunciaron como de bronce, aunque en realidad son de broncel (“compuesto de polímeros, mármol y estructura metálica”), y que fueron realizadas por un proveedor (el escultor), que en sus propias declaraciones asume que conoce muy poco esa tradición, aunque el contrato especifica que el proyecto escultórico consiste en la realización de “Piezas que representan un cuarteto de huapangueros arribeños”.
Dicho desconocimiento es palpable en varios detalles de las obras, por ejemplo: habitantes de la sierra entrevistados para este reportaje, dijeron no explicarse por qué en ese cuarteto, instalado en el jardín principal, el que parece cantar es un violinista, siendo que desde hace cien años el trovador es el protagonista de la poesía y el canto.
Proyecto por adjudicación directa, con tres proveedores
Para la concreción del proyecto de las cuatro esculturas (según la ficha técnica: de tamaño natural y con peso de 250 kilos cada una), que habrían sido realizadas sólo milagrosamente en menos de cinco días, fue realizada una la licitación (en la que participaron Héctor Peralta y otros dos supuestos proveedores con cotizaciones más altas que la suya) fue dictaminada el 22 de diciembre y estas ya estaban siendo instaladas la mañana del 28 del mismo mes.
Según los propios documentos oficiales, en el desaseado proceso administrativo de esta obra artística estuvieron involucrados representantes de la Secretaría de Finanzas de Gobierno del Estado, y por parte del gobierno municipal de Xichú, el director de Obra Pública, Rafael Bustamante Cardona; el director de la Casa de la Cultura, Salvador Villa Flores; así como el Comité de Adquisiciones, integrado por: Eloy Leal Reséndiz, alcalde y presidente del comité; Justo Francisco Hernández Cedillo, secretario de Ayuntamiento y 1.er vocal; María Florina Zárate Romero, tesorero y 2.º vocal; Delia Aguilar Landaverde, regidora y 3.er vocal; Pedro Rivera Ramos, regidor y 4.º vocal. También estuvo presente en esa adjudicación, la contralora municipal, Martha Lucía Rivera.
Según pudo confirmarse en esta investigación, en el mes de diciembre el alcalde de Xichú, Eloy Leal, fue quien más presionó a Gobierno del Estado para que aportara los recursos, urgido de que estuvieran instaladas los últimos días del año y así irrumpieran durante el Festival del Huapango Arribeño y de la Cultura de la Sierra Gorda, importante festividad que se realiza desde hace 35 años en la cabecera de ese municipio, pero en cuya organización no participa la alcaldía, pues está a cargo de un comité comunitario y de la sociedad civil.
Los organizadores de dicho festival, mediante un oficio dirigido al Ayuntamiento y fechado el 3 de diciembre de 2017 (del que tiene copia este medio de comunicación) se deslindaron tajantemente de esa iniciativa. Fue tanta la premura para instalarlas que la placa mostraba errores ortográficos y fue retirada días después.

Y como si en sí mismas estas esculturas no fueran un ejemplo de desaseo institucional, en la ficha técnica del expediente, se justifica un cambio de materiales: “Nota: al no ser piezas de bronce no corren el riesgo de ser hurtadas”.
Por su parte, el promotor cultural Vidal Berrones, al día siguiente de ser instaladas, en su portal de Facebook, dejó testimonio de su participación:
“Les comparto esta imagen de la escultura que se llama LOS HUAPANGUEROS, obra urbana artística del escultor Héctor Eduardo Peralta. Tuve el honor de participar en el proyecto elaborando la conceptualización y justificación para su aprobación por el Ayuntamiento y su colocación en la plaza principal del bello Xichú Guanajuato”.
En esa misma publicación, en un diálogo posterior, expone un argumento que a la luz de lo que arroja esta investigación no se corresponde con la realidad:
“Se hizo principalmente porque este año el 31 de diciembre se cumplen 35 años del festival de Huapango y el Ayuntamiento se convenció de dejar huella”.
Finalmente, Berrones, también agregó un comentario sobre el costo: “Cuesta lo mismo que dos patrullas y duran siglos”.
Opacidad y premura
Fue a través de la Plataforma de Infomex Guanajuato, del Instituto Acceso a la Información Pública para el Estado de Guanajuato, que se pudo obtener la información que prueba el desaseo del proceso, desde la gestión hasta la instalación de dichas esculturas.
Ante la negativa de Gobierno del Estado a proporcionar información al respecto, el pasado 12 de enero se solicitó la información a la Unidad de Acceso a la Información Pública del Poder Ejecutivo cuya respuesta fue que turnó el asunto, sin explicar por qué, al Instituto Estatal de Cultura (IEC) “instancia que refiere que no tuvo intervención en el asunto al que hace referencia, motivo por el cual, al no obrar información con relación al objeto peticionado, manifiesta no ser posible la entrega de la información solicitada”.
No obstante, al conocer que se hizo la gestión directa al gobernador y contar con indicios de que efectivamente fue un apoyo de gobierno estatal, se insistió con una nueva petición el 12 de febrero, donde se resaltaba el destino de recursos estatales en dicha obra.

La respuesta llegó una semana después, donde se establece que el asunto fue turnado a la Secretaría de Finanzas, Inversión y Administración (SFIA), la cual habría respondido que “no se encontró ningún registro de compra relacionado a la escultura ‘Los Huapangueros’ durante el año referido (2017)”.
Por lo tanto, Gobierno del Estado dijo desconocer que se hayan destinado recursos a la escultura, pese a que el mismo gobernador había anunciado su compromiso de apoyar el proyecto el 08 de noviembre pasado.
Información municipal evidencia al Estado
Paralelamente, se solicitó información a la Unidad Municipal de Acceso a la Información Pública (UMAIP) de Xichú, la cual respondió oportunamente.
En el listado de documentos entregados se comprobó la intervención de Gobierno del Estado, a través del Convenio de Transferencia de Recursos, el cual fue firmado por el titular de la SFIA, Juan Ignacio Martín Solís.
En dicho documento se establece que a petición del Gobierno Municipal de un apoyo por 750 mil pesos “para la adquisición de cuatro esculturas monumentales en homenaje a los poetas campesinos y trovadores de la región”, se otorgó dicho apoyo el 19 de diciembre a través de una “transferencia de recursos al municipio”.
A cambio, le requieren al municipio aplicar los recursos para el fin por el cual fueron entregados y “resguardar toda la información comprobatoria que acredite el correcto ejercicio de los recursos transferidos” para su disposición de la SFIA y de los órganos de revisión y fiscalización competentes; y por último un informe final sobre el ejercicio de los recursos transferidos.
Inmediatamente, cayendo el dinero, ese mismo día el titular de la Casa de la Cultura municipal, Jesús Salvador Villa Flores le instruye –“de la manera más atenta”- al alcalde Eloy Leal Reséndiz a darle seguimiento al proceso de adjudicación de las “cuatro estatuas monumentales”.
Por lo que un día después, el secretario del Comité de Adquisiciones, el director de Obras Públicas, Rafael Bustamante Cardona, emitió la convocatoria para sesionar y adjudicar dicha escultura, el 22 de diciembre.
Ese 20 de diciembre, según el expediente, se convocó a tres escultores al proceso de adjudicación directa para el suministro e instalación de las cuatro esculturas (una por músico), siendo los invitados Héctor E. Peralta Carranco, Susana Botello Corona y Rogelio Enrique Fernández Zorrilla (los dos primeros con domicilio en Irapuato, Gto, y el tercero en la Ciudad de México), a quienes les solicitaron su presupuesto correspondiente, debido a que el 22 de diciembre se realizaría el proceso de adjudicación, especificando que tendrían un lapso de 30 días naturales para entregar la obra instalada, es decir, hasta el 21 de enero.
En un hecho relevante y como una evidencia más de que se construyó todo un montaje administrativo para justificar el proyecto, en el oficio de invitación a los tres escultores se incluye el párrafo: “El tiempo de entrega e instalación de calentadores será de 30 días naturales a partir del 23 de diciembre del año en curso al 21 de enero de 2018”.
La Adjudicación
El 22 de diciembre se llevó a acabo la sesión 008 del Comité de Adquisiciones, donde presentaron las tres propuestas:
-Héctor Eduardo Peralta Carranco por 735 mil pesos.
-Susana Botello Corona por 1 millón 044 mil pesos.
-Rogelio Enrique Fernández Zorrilla por 1 millón 276 mil pesos.
Cabe mencionar que sólo en la primera propuesta se presentaban los gastos desglosados.
Al final, dicho comité determinó adjudicar la obra a Héctor Eduardo Peralta y se determinó notificarle de inmediato para que pasara a firmar el contrato correspondiente a la Dirección de Obras Públicas.
Aunque no se incluyó en el listado de documentos el oficio al escultor Héctor Eduardo Peralta para notificarle que había ganado la adjudicación, sí se incluye la ficha técnica, la cual especifica que la obra se llama “Los Huapangueros” que consta de cuatro piezas de aproximadamente 1.75 metros de altura cada una y que serían elaboradas de broncel que “es un compuesto de polímeros, mármol y estructura metálica que resulta en un material de alta resistencia a los golpes, fuego e intemperie junto con el paso del tiempo”.
Asimismo, señala que el peso será de 250 kilogramos cada pieza y con acabados de imitación bronce. Además de que al color de las esculturas se le deberá dar mantenimiento cada cinco años.
En una nota al final de dicha ficha se resalta: “Al no ser piezas de bronce, no corren el riesgo de ser hurtadas”.
Finalmente, a escasos seis días de haber adjudicado la elaboración de las esculturas, éstas fueron instaladas e inauguradas en la plaza “Fernando Rosas” del municipio, evento que estuvo amenizado por el trovador Ángel González.
Lo que se difundió oficialmente como una iniciativa para honrar a los huapangueros, en realidad no tenía ese origen, ni ese propósito, y ocultaba una trama de corrupción administrativa y tráfico de influencias.
Pero además, no pasó mucho tiempo, cuando ya se estaba usando la imagen de las esculturas y el arraigo de esa tradición musical serrana para promover la campaña de Diego Sinhue, candidato de la coalición Por Guanajuato al Frente.
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