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viernes, abril 19, 2024

Este es el cerebro y así aprendemos

En los últimos 10 años, los neurocientíficos han sido capaces de descifrar algunos de los misterios del cerebro y nos ha permitido aprender muchísimo más sobre el su desarrollo, y que permiten a los neurocientíficos ver al cerebro en acción.

Estos avances pueden proporcionar elementos que nos permiten comprender mejor el fortalecimiento del desarrollo positivo del niño y de la juventud.

Alguno de los hallazgos más relevantes son:

  • El cerebro tarda unos 25 años para desarrollarse plenamente y permanece en continuo cambio y ajuste a lo largo de nuestra vida, sobre la base de nuestro medio ambiente y el comportamiento, que está a su vez influenciado por nuestro cerebro. Es un proceso interactivo.
  • La última parte del cerebro en desarrollarse es la corteza pre frontal (justo detrás de nuestra frente) y es el área que nos permite planificar con anticipación, regular las emociones, resolver los problemas y comprender las consecuencias a largo plazo de nuestras acciones. Hasta el momento en que se logra el desarrollo de la corteza pre frontal, los jóvenes tienden a aprovechar la parte emocional del cerebro, lo que podría explicar una mayor asunción de riesgos o comportamientos impulsivos.
  • Las experiencias negativas antes de los tres años de edad puede tener efectos negativos a largo plazo en nuestro comportamiento, en la capacidad de aprender, y en nuestras interacciones con los demás, revelando la necesidad de fomentar una crianza positiva de los padres y la educación durante la primera infancia.
  • Aprendemos mejor cuando estamos motivados y emocionalmente involucrados, lo que aumenta la importancia de garantizar que lo que se enseña en la escuela sea relevante para los estudiantes, y que los estudiantes estén motivados y comprometidos durante el proceso de aprendizaje.
  • El estrés crónico o traumático puede dañar la parte del cerebro relacionada con el lenguaje y el aprendizaje. Mientras más estrés se experimente, mayor será la probabilidad de tener un desempeño pobre en la escuela. La creación de espacios seguros y el fortalecimiento de las relaciones profesor-alumno pueden reducir el estrés y conducir a una experiencia positiva de aprendizaje. Esto es mucho más importante para aquellos que viven en zonas de alta criminalidad o que padecen un estrés crónico. En algunos casos se ha recurrido a la meditación para ayudar a los estudiantes a reducir el estrés, arrojando algunos resultados positivos:
  • Mantener un nivel saludable de estrés puede incrementar el aprendizaje. Estimulando a los estudiantes, animándolos a asumir riesgos e involucrándolos en el proceso de aprendizaje (dentro de un espacio seguro y que al mismo tiempo los apoye) son ejemplos sobre cómo utilizar el estrés moderado para mejorar el aprendizaje.

Con información de agencias

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