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martes, abril 23, 2024

Filiberto Ramírez Puente: Una trayectoria de pasión inagotable por la enseñanza

León, Gto. Filiberto Ramírez Puente nació en la capital del estado en 1931, y desde los primeros años de su vida migró con su familia a León, donde tuvo la oportunidad de formarse en la Escuela Superior de Música para así arrancar con una distinguida trayectoria en la que ha conformado una gran número de agrupaciones corales en diversas instituciones y escuelas de la ciudad.

Filiberto Ramírez Puente (1965) Foto: Especial

Siendo un destacado estudiante y con excelente resultado en su examen recepcional, Filiberto Ramírez fue invitado a continuar su formación en el Conservatorio de las Rosas de Morelia, Michoacán. Bajo la tutela del Presbítero José Ma. Villaseñor, quien observó su desempeño y pasión por el aprendizaje permitió al joven alumno formarse con el músico italiano Romano Picutti, pianista y experto en el manejo coral que dirigió a los Niños Cantores de Viena y al Coro de Niños Cantores de Morelia convirtiendo a este último conjunto en el más importante coro del país.

El acercamiento con el músico italiano permitió a Filiberto ser testigo y partícipe de las técnicas de instrucción impartidas por Picutti a los niños integrantes del Coro de Morelia, experiencia que marcó su camino profesional sembrando en él la semilla de la enseñanza musical.

Una de las técnicas aprendidas de Picutti consta en memorizar las letras y armonías del coro, misma que ha sido sello de su trabajo como maestro y del estilo de los conjuntos que ha formado.

“Es un proceso: escuchar de uno por uno a los cantantes y saber ubicarlos en un rango vocal. Poco a poquito van creciendo y se va aumentando el trabajo y el repertorio.Las voces pueden ser agudas, medias o gruesas, es cosa de saber en qué se pueden acomodar los niños, se acoplan y después es algo muy sencillo subir y bajar de rangos. El acoplamiento de las voces es lo que se oye bonito”. Comentó el maestro acerca de su método de enseñanza.

Romano Picutti Foto: Especial

Tras un año en Morelia, Filiberto Ramírez regresó a León como Licenciado en Composición, Canto Gregoriano y Órgano, títulos que le permitieron obtener la dirección de los coros de la Catedral de la Madre Santísima de la Luz en 1956, labor que desempeñó durante más de una década.

Posteriormente se incorporó como profesor en la Escuela Superior de Música de León, donde formó el Coro “Miguel Bernal Jiménez” y la Coral Leonesa, cargo que ocupó durante 13 años.

Su vocación por la enseñanza avivada con una formación musical de excelencia lo impulsó a conformar coros polifónicos en instituciones educativas, eclesiásticas y gubernamentales. Su labor como docente se expandió a las actividades culturales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto América, Colegio La Paz, Colegio Tepeyac de las Madres Blancas, Colegio Guanajuato, la Escuela de Enfermería de la Universidad de Guanajuato, entre otras instituciones que a la fecha suman a Filiberto Ramírez más de seis décadas de trayectoria ininterrumpida.

Filiberto Ramírez Puente dirigiendo a uno de los coros infantiles en presencia de Gustavo Díaz Ordaz Foto: Especial

Entre sus múltiples aportaciones a la cultura de la ciudad, Filiberto Ramírez fundó el Coro de Voces Infantiles de León, conjunto que llegó a participar en ocho ediciones de los Juegos Culturales e Infantiles, impulsados en desde 1961 por el Instituto Nacional de Protección a la Infancia (actualmente Desarrollo Integral de la Familia).

Esta celebración cultural y deportiva reunía a los infantes más destacados del país en un encuentro multidisciplinario en el cual el Coro de Voces Infantiles de León se coronó tras varias participaciones con el primer lugar en 1979, superando al Coro de Puebla y al entonces dominante Coro de los Niños Cantores de Morelia.

Coro Voces Infantiles de León tras obtener el triunfo en 1979 Foto: Especial

El Coro Voces Infantiles de León participó en concursos y giras en el interior de la República con destacadas participaciones. Su popularidad en la ciudad creció tras realizar su primera grabación con RCA y vendiendo las copias en algunas de la zapaterías más concurridas de León.

Manteniendo a algunos de sus integrantes originales, la agrupación se reunió 32 años después bajo el nombre Coro Voces Varoniles de León. A 45 años de su fundación el coro polifónico representativo de la ciudad continúa ensayando y presentándose en celebraciones eclesiásticas importantes.

Filiberto Ramírez Puente y el Coro Voces Varoniles de León Foto: Especial

Su destacada labor docente le valió en 2004 el reconocimiento “Ignacio Manuel Altamirano”
por 50 años ininterrumpidos en su labor como maestro.por parte del Gobierno Federal y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación.

“Ese trabajo es un placer, cuando empieza uno a oír a los coros cantar es algo muy hermoso. Es un proceso que muchos ya no siguen, desde escoger a los niños y acomodarlos en su lugar. Es trabajoso pero tiene un alcance muy bonito.” Comentó un nostálgico Filiberto Ramírez.

A sus 87 años Filiberto Ramírez es imparable. Pese a su edad y las condiciones de salud que esta implica, su pasión por la música continúa llegando a quienes estén dispuestos a aprender. Sus intenciones de conformar una nueva generación de coros infantiles continúan, aunque en sus palabras “ya no hay una disciplina y es más difícil trabajar con niños”.

En 2018 Filiberto Ramírez Puente obtuvo una mención honorífica en el Premio Miguel Hidalgo y Costilla por su trayectoria y aportaciones a la cultura en el estado de Guanajuato

 

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