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viernes, abril 19, 2024

GIFF 2017: Extraño pero verdadero

Hay algo que encuentro fascinante en la gente que recolecta basura, moviéndose en toda la ciudad recogiendo los desperdicios de la sociedad y que tomamos como seres inexistentes. Son necesarios para el funcionamiento higiénico de nuestra urbe y es una labor que nadie en su sano juicio gustaría hacer.

Eso es lo llamativo que tenía desde el inicio Extraño pero verdadero, una narración por parte de Michel Lipkes que buscaba evadir la crítica social para enfocarse en trazar una historia cruda e inmoral.

El guión de Lipkes en conjunto con Gabriel Reyes –coguionista de Heli (Amat Escalante, 2013)– y Rubén Imaz –director de Epitafio (2015), película que se presentó el año pasado en el festival- presentan una ciudad de México efectivamente sucia, que desconoce a sus personajes principales que desde el inicio del día recolectan basura en camiones irreconocibles uno del otro. Sus personajes principales se mueven a este tema y son tan anónimos que residen en lo ilícito gracias a puertas secretas dentro de edificios departamentales de la ciudad –uno hasta podría considerar que los filmes desarrollados en estos complejos son parte de una antología- o se encuentran hasta las orillas de la urbe en casas extremadamente pequeñas. Es en estas ocasiones y en las interacciones del día a día que se percibe la gracia de uno de los guionistas –que prefirieron seguir en triada a relucir quién escribió qué- porque la construcción de las actividades y las personas tienen un humor nato y algo que raya en el estilo Lyncheano con momentos entrañables y que cambian completamente el humor de lo que se está contando.

Pero estos elementos no son la película, no quieren ser parte de lo principal, que es la agresividad. Desde el inicio Extraño pero verdadero nos recibe con una escena violenta que deja a la audiencia perpleja por la falta de contexto; esta falta de contexto podría parecer fuera de lugar pero resulta que como un boomerang argumental regresa para fortalecer la miseria y lo miserables que son los personajes principales.

Es violenta, llena de un sadismo sexual e insatisfactorio, y el desdén por la vida humana… y eso está bien porque logra someternos a este mundo lleno de blanco y negro. El problema mayoritario de Extraño pero verdadero por desgracia ocurre con el mismo guión, uno que omite personalidades definibles para los personajes que parecen ser obscenos y con fallas por razones desconocidas, y lo peor es un toque presuntuoso y ocasionalmente pedante en sus diálogos y ciertas escenas.

Es como si la película tratase de ser algo más que lo que intenta, como si percibiese una profundidad que se siente fuera de lugar con diálogos poco naturales y una ocasión en la que intenta ser crítica social sobre las diferencias entre pobres y ricos con todo y un soundtrack que incluye un recital de clave que raya en el cliché.

No odie Extraño pero verdadero, es un material valiente para la gente que comienza a cansarse del cine agresivo y busca un escape a nuestra realidad, este lo es… solamente que como sus intenciones a veces los escapes no son paraísos, son pesadillas que nos ahogan en su brea.

Por fortuna Extraño pero verdadero tuvo una sesión de preguntas y respuestas con Rubén Imaz, la única que presencié en lo que va del festival:

¿Cuál fue el significado de los muñecos?

Es dependiendo de a quién le preguntes de los tres, para mí es un poco de lo positivo en esta historia tan oscura, son tesoros de la gente que recoge la basura, ellos sin querer hacen obras de arte y quizás nadie se dé cuenta de ello.

¿Cuál fue el origen del proyecto?

La idea original fue enteramente de Michel, él quiso hacer una película sobre esa gente que es invisible a nuestra sociedad.

¿Por qué los personajes tienen una idea de que todo es desechable?

Con investigación descubrimos que la gente que trabaja en el asunto de la basura llega a este trabajo por diversas razones, huyen de algo o alguien; no podemos decir que son criminales porque los criminales terminan contratando criminales. Ellos forman sus familias dentro de este micro universo, en efecto, estos personajes son desechables pero de alguna forma existe una esperanza para llegar a algo más allá, algo después de la reja.

¿Por qué la decisión de blanco y negro?

Es una estética que me agrada, mi gusto por la estética en blanco y negro es que es algo que asocio al elemento onírico de los sueños, es algo que celebro en el proyecto final; Michel opina lo mismo sobre el elemento onírico de la película y siento que por ciertos momentos nuestras escrituras se entrelazaban acomodando esta visión de grises.

¿Nos puedes decir algo del final?

Yo tengo una interpretación, para mí la serpiente representa el mal de una manera simplista, creado por la basura que nosotros creamos, a todo nivel. Michel hablaba de muchas referencias bíblicas a la hora de la postproducción, podríamos preguntarle pero se encuentra en Polonia promocionando la película.

¿Qué opinas con el asunto de la miseria presente en el proyecto? ¿No es algo aprovechado hacer una película del tema?

Hay un goce estético con lo rudo y la visión, el cine es una atrocidad idealizada y el proyecto lo tomamos como una pesadilla, fueron 3 años de colaboración y esto seguro de que mis representaciones captan este elemento, el vagabundo adquiere un nivel místico que yo buscaba aunque en mi visión era algo más exagerado, con escenas más sacadas en un contexto hórrido.

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