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domingo, abril 20, 2025

GIFF 2021: OSTROV – LA ISLA PERDIDA.

Laurent Stoop y Svetlana Rodina documentan la eterna y dolorosa incertidumbre de un pueblo pesquero fantasma aún aferrado a las costumbres Soviéticas que ya no existen en la modernidad.

La isla de Ostrov se nos presenta de inmediato como un lugar espectral que emerge de la niebla -capturado por la cámara de Laurent Stoop- con pocos edificios, para que después, la cámara termine posicionada a nivel marino con Iván, uno de tantos protagonistas del documental pero que sirve para lapidar la incoformidad del lugar. Y es que si Iván tiene problemas en este mundo, es porque su trabajo al igual que muchos otros vecinos del lugar, se encuentra pausado.

Ostrov es una isla pequeña que antes de la caída de la URSS se dedicaba a la pesca, especializada en la extracción de caviar negro, un alimento súmamente popular y caro que auguraba un crecimiento exponencialmente positivo para la zona. A partir del cambio de régimen lo que sucede en Ostrov es que dicha pesca se vuelve sistematizada por el gobierno, y por lo tanto la extracción del alimento se vuelve una actividad ilegal. Ostrov a lo largo de estas décadas ha perdido habitantes, pasando de tener 3000 a apenas un puñado, y la pareja documenta el día a día de este grupo de personas, entre la ilusión de una justicia que esperan retribuirse con paciencia, y que se encuentra pausada en las costumbres y defensas de la nación.

Iván es un personaje duro, un tipo macho ruso que no expresa sus sentimientos, mucho menos la desesperación que percibe en su ambiente y su familia que poco a poco se deteriora por la condición en la que existe y por la que ha perdido voz patriarcal. Sus hijos se dedicán a la pesca ilegal -con todo y el peligro de morir- y otro está a punto de irse a fungir en el servicio militar, pero para Iván y muchos otros pueblerinos, esta identidad autoritaria que no poseen en casa la ven siempre en el puro y justo Putin que ironicamente es parte del bombardeo mediático Ucraniano que les llega de rebote a la isla… isla nutrida de un nacionalismo y defensa del valor rojo, pero que no tiene agua potable ni trabajos, ni luz para poder poner una televisión de manera normal.

Stoop y Rodina filman Ostrov: La isla perdida a lo largo de una temporada en donde capturan actividades y costumbres adaptadas al espacio y las presiones, y aunque en un inicio parecería que se nos promete la idea de ver estas redadas de pesca peligrosas de las que oímos constantemente, estas sirven de un telón para que la pareja termine adentrándose en la cotidianeidad del espacio, en tener interés en la formación académica, en el rememoramiento de la segunda guerra mundial, en la pérdida de un ser querido y sobre todo, en la curiosa relación del honor nacionalista que reside en los habitantes quien a pesar de su extremista condición de propagación, para los cineastas esto sirve para hacer hincapié en la inutilidad del sueño de Putin dejando que estos atisbos de realidad  se revelen de manera dura ante los habitantes que son tercos ante su situación… aunque en realidad quién podría culparlos. Ellos al final son simplemente víctimas de un sistema canibalizador disfrazado de populismo.

Ostrov: La isla perdida va en un ritmo lento condicionado a su temática, pero esto enriquece las escenas con los paisajes irreales de tecnología descompuesta en un espacio árido y con animales flacuchos, una bomba temporal que al igual que la promesa de una carta para mejorar el espacio y la condición de la isla, parece que nunca va a poder solucionarse de manera adecuada.

Ostrov: La isla perdida se proyectará en León el 18 de Septiembre en el auditorio Mateo Herrera en punto de las 19:00 horas, y en San Miguel de Allende en el Teatro Santa Ana en punto de las 13: 00 horas.

También se encontrará disponible en línea a partir del 20 de este mes.

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