Jorge Melguizo y su equipo lograron transformar la ciudad colombiana de Medellín dándole más peso en las acciones de gobierno a la cultura. Mientras fue Secretario de Cultura Ciudadana de Medellín ( 2005- 2007) impulsó los Parques Bibliotecas que le dieron otro sentido a las zonas violentadas de la ciudad.
Estas bibliotecas que se construyeron en los barrios con peor reputación, fueron concebidos como un espacio de convivencia y encuentro, que buscaron la inclusión, que a la par detonan la creatividad y motivan la colaboración.
El comunicador social colombiano, explica a Zona Franca, como convenció a los políticos sobre la importancia de la cultura:
“En el análisis que nosotros hacíamos en Medellín de las múltiples violencias que habíamos vivido, de una situación dramática, durísima, de la tasa de muertes más alta del mundo durante 20 años, decíamos que teníamos que buscar salidas.
“Nos pusimos durante muchos años, en la búsqueda desesperada y convertimos a Medellín en un laboratorio, un laboratorio de propuestas urbanas, sociales, educativas y culturales.
“Y en ese laboratorio fuimos evidenciando una cosa que era obvia, pero que sólo podíamos hacerlo obvio, una vez que lo evidenciáramos: era que los proyectos educativos y culturales tenían la posibilidad de convocar y tenían la posibilidad de intervenir sobre lo estructural y no sólo sobre lo coyuntural.
“Entonces llegamos a la conclusión, que convertimos en slogan, y era que lo contrario a la inseguridad no es la seguridad sino haciendo la convivencia. Y que la convivencia se construye con proyectos educativos y culturales.
“Y cuando llegamos a la alcaldía de Medellín en 2004, un grupo de ciudadanos que jamás habíamos hecho política, dedicamos la mayor parte del presupuesto de educación, lo subimos del 0.6 al 5% el presupuesto para la cultura.
“Y una de las claves de ese presupuesto, fue una combinación de fortalecer la cultura formal, lo que ya existía: orquestas sinfónicas, teatros… la consolidación del sector cultural; dos, conocer, reconocer y valorar y potenciar lo que ya se hace en los barrios de proyectos culturales y que no son ni conocidos ni reconocidos, ni valorados, ni potenciados, por el contrario son invisibilizados… y que esos proyectos de raperos, de grafiteros, de teatro comunitario… había una buena parte de la cultura para la paz que queríamos construir. Y tercero: también hay que generar unas nuevas necesidades culturales, entendida la cultura como derecho. Y esas nuevas necesidades culturales se concretaron mucho en lo que llamamos los Parques Biblioteca, y era: acercar lo mejor de la cultura, en lo mejor de los edificios, en lo mejor de lo público en un factor de inclusión a los barrios con mayores niveles de pobreza y con mayores niveles de violencia.
“Al principio nos decían que íbamos a fracasar, que la gente no iba a leer, en fin… el año pasado, más del 60% de la colección de los Parques Biblioteca, estuvo prestada. Es impresionante, es una cifra tremenda. Leída, no sabemos, ¡pero prestada estuvo! Hay una avidez… la Fiesta del Libro, los Parques Biblioteca, son un plan integral para poner a leer.
“Por causa de la violencia, en Medellín, había 10 librerías en 2004, se habían ido los libreros, habían fracasado, estaba acabado, hoy hay 84 librerías, en el momento en que más libros hemos puesto al servicio público. Porque sólo para los Parques Bibliotecas hemos comprado 200 mil libros en 10 años; que están al acceso libre, pero al mismo tiempo hay 85 librerías nuevas. Una cosa lleva a la otra, es la formación de públicos.
“Hoy la evidencia es muy clara, había una necesidad que nadie había interpretado”.
Son cifras impresionantes, ¿cuáles serían los resultados no cuantificables?
“Yo creo que lo no cuantificable es lo simbólico. En el año 2007, llevábamos 3 meses, 2 años y 19 días de gobierno, y yo iba caminando con Antonio Muñoz Molina, el escritor español, por una calle del centro y pasa un señor y me grita: “¡Melguizo, macano, en Medellín ya se habla de cultura!”. Y yo ese día dije: esa es la mejor calificación. Ahí no hay indicadores, no hay encuestas… yo creo que para muchísima gente, empresarios, que han sido un capital muy importante para estos proyectos, para la comunidad, estos proyectos son de mucha relevancia.
“Hago una hipótesis, si hoy le preguntás a la gente de Medellín cuales son los edificios más importantes de la ciudad, dirán que los Parques Biblioteca y el Parque Explora aparecen en primer lugar… y son proyectos culturales.
“Si vos vas y le preguntás a la gente que es lo más importante, lo más significativo, dirán que los Parques Biblioteca, hemos hecho de los edificios públicos culturales, una referencia principal de la ciudad. En una ciudad que tenía como referencia a Pablo Escobar y que la sigue teniendo todavía, como referencia la muerte. Yo creo que hemos convertido a la cultura en un motivo de orgullo, en un motivo de transformación real.
¿Cómo se ha relacionado la delincuencia con estos proyectos?
“Hay un colectivo de teatro comunitario Nuestra gente, en la segunda zona más pobre de la ciudad. Esa corporación cultural fue creada por jóvenes delincuentes del barrio y tiene 25 años. En esa zona está una de las peores bandas de delincuentes de la ciudad, los Triana. Que yo digo que la única forma de acabar con ellos, es declarándolos patrimonio cultural (risas). En la sala de teatro, llegan los niños de los jefes de la banda, que son amigos de los que crearon la compañía. Y alguna vez llegan de bandas distintas, y hay un pacto, que entran sus niños y los otros no entran, o si entran, no pueden llevar revolver y tienen que dejarlo, en la paquetería. Yo creo que también hay que hay una manera de asumir eso con tranquilidad.
“Los últimos tres o cuatro años ha habido una cosa en la comuna 13 de Medellín, de muerte de raperos. Han matado 8 o 10 raperos jóvenes, los mismos raperos dicen: no es contra nosotros, los mataron por ser jóvenes, no por ser raperos. Pero eso dice dos cosas: 1, que en la Comuna 13 hay un gran movimiento de raperos, muchos jóvenes involucrados y 2do. esas muertes han conmocionado en la ciudad, es noticia. En una ciudad en la que la muerte violenta no era noticia. Y donde la muerte de un joven no era noticia. O peor, donde la muerte de un joven era: algo hizo, por eso lo mataron. Y hoy matan un rapero y es dolor y es indignación.
“Los raperos dicen: nosotros no estamos enfrentándonos con los delincuentes, sino enfrentándonos con la violencia.
“No somos los gestores culturales los que tienen que enfrentarse con el delincuente, pero si con la violencia”.
Pero no sólo en las zonas pobres hay violencia…
“Cuando tenía tres o cuatro años trabajando en la alcaldía, en la Secretaría de Cultura y me convocaron a una reunión la junta del barrio más rico de Medellín, El Poblado. Y me dijeron: “Melguizo, ustedes hablan de inclusión y equidad y eso es falso” y yo les pregunté “¿qué pasó?” y me responde “no hay un Parque Biblioteca en nuestro barrio, no hay una escuela de música sinfónica en nuestro barrio, para nuestros niños y sí son proyectos que tienen los barrios populares”.
“Y yo me decía, internamente, ¡qué maravilla que un barrio rico envidie lo que tienen los barrios pobres!. Y me di cuenta que tenían razón, que nosotros estábamos enfocados en otra parte, pero que si queríamos integrar la ciudad, teníamos que lograr eso. Y conseguimos una propiedad para la escuela de música sinfónica, con los niños de allá. Con la ventaja, además, de que tenemos una casa de música en el centro, junto al Jardín Botánico y los sábados y domingos en ese lugar se encuentran los niños de las 27 escuelas de música. Es decir, los niños de los barrios más ricos y los niños de los barrios más pobres, pero no como el niño pobre con el niño rico, sino como el saxofonista con el saxofonista, el violinista con el violinista y se encuentran a hacer música. Ahí son músicos, no son el niño rico y el niño pobre. Y la orquesta los integra a todos.
Ha aumentado, al menos en el discurso, el interés de los políticos por la cultura, para recomponer la sociedad, ¿a qué cree que se deba?
“Yo creo que hay tres cosas: primero que hay un reconocimiento a experiencias que se han dado en varias ciudades, Medellín es un ejemplo del valor transformador de la cultura con resultados concretos, no con discursos.
“Segundo, que también hay como esa necesidad de buscar respuestas en otros lados, el cansancio sobre las fórmulas tradicionales.
“Y tercero, yo creo que hay una comprensión mayor hoy de la cultura más allá del ornamento, de las Bellas Artes y del entretenimiento; y la cultura como un factor de construcción de una nueva ciudadanía. Yo creo que hemos logrado en muchos lugares eso, pero como vos decías, para muchos es sólo un discurso… porque nosotros lo que hicimos fue al discurso, ponerle presupuesto. Dijimos que la cultura es lo fundamental y le pusimos el 5% del presupuesto de la ciudad, dijimos que la cultura es fundamental y los principales edificios son culturales, dijimos que la cultura es fundamental y las inversiones en cultura son trascendentales. Medellín llegó a tener más presupuesto que el Ministerio de Cultura de todo el país, eso es una cosa tremenda.
“Entonces yo creo que hay construir el discurso, sobre la realidad”.
¿Qué le falta a México para lograrlo?
“No sé, no tengo todos los elementos, pero creo que hay una decisión que es política y es entregarle más presupuesto a la cultura”.
El comunicador social participará en el Encuentro Ciudadano por León el 27 de noviembre, los interesados deben acercarse a las oficinas del Observatorio Ciudadano de León con dirección Belisario Domínguez #112, Int. 8 en la Zona Centro, o al teléfono 7-16-84-53 o por correo electrónico a oficinas@ocl.org.mx.