La sal es mala. Eso nos han repetido infinidad de veces doctores, nutriólogos…
Un nuevo estudio publicado en el Journal of American Medical Association, sugiere que las dietas bajas en sodio pueden no ser tan saludable después de todo. El equipo, dirigido por Jan Staessen, de la Universidad de Lovaina, en Bélgica, se examinaron 3,681 europeos de mediana edad que, al comenzar el estudio, no tenían enfermedades cardíacas.
Después de seguir a estos voluntarios durante un promedio de ocho años, los investigadores llegaron a una conclusión sorprendente. Los que comieron la menor cantidad de sal eran los más propensos a morir de enfermedades cardíacas. Aquellos que consumían más no eran más propensas a desarrollar hipertensión que el grupo de bajo contenido de sodio.
Pero ya han salido detractores de este estudio, la Escuela de Salud Pública de Harvard fue despectiva. “Las conclusiones del estudio son ciertamente equivocados”, declaró a la escuela, señalando que un amplio cuerpo de investigación ha puesto de manifiesto una “relación clara y directa” entre el consumo elevado de sal y un mayor riesgo de enfermedad cardíaca.
El estudio reconoce sus propias limitaciones, incluyendo el tamaño pequeño de la población estudiada y la posibilidad de que los estadounidenses negros pueden ser más sensibles al sodio que los europeos blancos. Y en ninguna parte los autores del estudio cuestionan la afirmación de que los pacientes hipertensos deben comer menos sodio.
Con información de The Economist
