León, Gto. Desalentador panorama enfrentaron los vendedores de tamales durante este martes 2 de febrero, Día de La Candelaria, por las restricciones sanitarias que ha impuesto la pandemia de COVID-19, y las bajas ventas registradas.
Cada año la festividad en las afueras de la parroquia del templo de Nuestra Señora de la Candelaria, traía una oportunidad para los comerciantes con la algarabía de los cientos de visitantes que acudían a cantarle las mañanitas a la Virgen.
Pero este 2021 la pandemia del Coronavirus ha limitado tanto a los fieles católicos, como a los comerciantes leoneses, pues no lograron instalar sus puestos de comida y antojitos, ya que quienes lo hicieron, vivieron el peor de los años en cuestión de ventas.
Las aglomeraciones por las que hasta la dirección de Tránsito Municipal intervenía para permitir el paso entre los visitantes, este año se vieron opacadas por la poca actividad comercial en la zona, pues las familias que acudían, lo hacían agradeciendo desde afuera del templo ubicado sobre la calle Candelaria y la esquina del bulevar Hilario Medina.
Esta festividad también es conocida en todo el país porque es el día en el que a las personas que les salió el muñeco en la rosca del día de reyes, deben hacer tamales para ofrecerlos el 2 de febrero.
“Hoy se salvaron todos los que tenían que pagar tamales porque no hubo pedidos, antes vendíamos 5 ollas en una mañana, hoy no se ha vendido ni una, además no hay mucho trabajo y puede que sea por eso que no haya ventas, también muchas familias no se van a reunir y eso influye porque este día es cuando más ganábamos y ahora estuvieron muy bajas las ventas”, comentó un vendedor de tamales que ofrece sus productos en su puesto ambulante en la vía pública.
Miguel Ángel, vendedor de tamales desde hace 11 años, cada domingo se instalan en las afueras del templo de Nuestra Señora de la Candelaria y el 2 de febrero, el día de las festividades es uno de los días más activos para su familia.
Tamales de chile rojo, de pollo y de azúcar, así como buñuelos atole y champurrado, son algunos de los productos que ofrece el joven leonés.
“Este año está muy tranquilo. No hay nada, el templo está cerrado, nada más lo abren en la misa a las 7 de la mañana y a las 12 del día pero está muy tranquilo. Antes había muchos pedidos, ahora solo hubo 2, es una venta muy baja”, opinó el vendedor.
El tamalero invitó a la población a no olvidarse del comercio e invitaron a consumir los productos locales, ya que ellos viven de lo que consume la gente.
