En 1993 Naomi Campbell dejó para el recuerdo una de las imágenes más graciosas del mundo de la moda, cuando se tropezó y cayó al suelo con unas altísimas botas de Vivienne Westwood. Ayer la modelo Lindsey Wixson, de 17 años, siguió sus desafortunados pasos sobre la pasarela en el desfile que la propia Campbell había organizado para recaudar fondos para las víctimas del tsumani de Japón.
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Wixson, con un espectacular vestido de gala en tono dorado y grandes volúmenes, se cayó no una sino cuatro veces sobre la pasarela. Al parecer, el problema no eran esta vez los tacones sino la largura de la falda, que se le enredó varias veces entre los pies, para sorpresa del público y de la propia modelo.
La joven, una de las modelos más cotizadas del momento (esta temporada la podemos ver en las campañas de Mulberry, Alexander McQueen, y Jill Stuart), reaccionó con buen humor ante su caída, haciendo una seña de complicidad a los fotógrafos, pero no pudo evitar dos patinazos más, y uno extra al intentar levantarse. Los asistentes a la «front row» llegaron a levantarse para socorrer a la modelo. Afortunadamente, Wixson llegó al final de la pasarela.
Pero este no fue el único incidente del «show». Dos modelos más se cayeron en vivo y en directo: la primera, subida en unos altísimos tacones, reaccionó tapándose la cara, entre sonriente y sonrojada, y la segunda, prosiguió con su camino como si nada hubiese pasado.
Tanto accidente estuvo a punto de eclipsar a las grandes protagonistas del desfile «Fashion For Relief», celebrado en Cannes: Jane Fonda y Yasmin Le Bon, que desfilaron ante multitud de celebridades, como la multimillonaria Ivana Trump, el diseñador Roberto Cavalli o la editora de Vogue Japón, Anna dello Russo.
