Estrenos, clásicos y una que otra olvidada en el mundo del streaming.
Beatles ’64 (Fijo en Disney).
La más reciente restauración de Disney respecto al material de los Beatles acaba de llegar en un documental producido por Martin Scorsese y dirigido por David Tedeschi -su editor habitual- nos pone en perspectiva del punto de ebullición americana de 1964 cuando la invasión de los Fabulosos Cuatro llega, haciendo que lo más normal por unos cuantos meses sea escuchar gritos de niñas histéricas y aprovechando para explorar este fenómeno como resultado de piezas clave en el engranaje de la cultura popular que pocas veces ha vuelto a ocurrir.
Un lugar en silencio: Día uno (Disponible en Paramount y Claro Video, a la renta en Prime Video, AppleTV y Microsoft).
Una de las cosas más sorpresivas fue ver que una tercera parte de la franquicia de Un Lugar en silencio fuera dirigida por Michael Sarnoski, quien es famoso por hacer una película de Nicolas Cage con título de Cerdo haciendo qu las audiencias pensaran que estaban a punto de ver una ridícula película de venganza y no una meditación sobre el fracaso de un hombre derrotado. Aquí vuelve a pasar la misma trampa para las audiencias porque con la promesa de una precuela que nos permita entender más a los extraterrestres, Sarnoski termina construyendo un excelente personaje a través de Samira, una mujer que frente a todas las razones para perder en la vida con un avanzado cáncer terminal, comienza a valorar el poco tiempo que le queda en este mundo para tratar de hacer aunque sea un cambio en la invasión de monstruos.
Alien: Romulus (Fijo en Disney).
A veces -sobre todo en el tercer acto- cae presa de su propia nostalgia tramposa, pero lo que Fede Álvarez construye un universo dentro de la saga de Alien como pocas veces ha pasado en estos últimos veinte años: uno palpable, con un lujo de detalle y atención a la practicalidad de los efectos y sobre todo, compartiendo esa aterradora idea no del monstruo ni sus necesidades de fecundar víctimas, sino en la poca confiable tecnología de un universo en donde lo retro permanece como punta de lanza en computadoras arcaicas y verdes.
Dune: La profecía (Fijo en MAX).
Nunca pensé decir esto, pero alguien se ha puesto hacer la titánica tarea de hacer que los textos insostenibles y tediosos de Brian Herbert hijo de FFrank, el autor de Dune, tengan una asimilación canónica dentro de la saga de Dune de Villeneuve y con ello, traducir material apestoso en una novela de intriga y emoción bastante competente.
Bread and Roses (Fijo en Apple).
Un duro documental sobre la realidad de las mujeres en Afghanistan las cuales terminanpor reducir las oportunidades de estudio y lucha por derechos en medio del resurgir del talibán en el poder.
Calabozos y dragones: Honor entre ladrones (Fijo en Netflix, Disney y Paramount, a la renta en Prime Video, AppleTV y Microsoft).
Uno de los mayores pecados en la historia reciente del blockbuster es que llega una película de Calabozos y Dragones, es exquisita en su argumento que respeta las reglas del juego de mesa original y la expansión de su lore, con una comedia estúpida y una trama con corazón, un cast impecable de actores que se sienten que están echándose una partida de rol y con efectos de punza de lanza sea con los digitales o con el hecho de que tengan el cuidado de hacer que existan monstruos por animatronics o marionetas… y que fuera un fracaso de taquilla inmenso.
Vidas pasadas (Fijo en Netflix, a la renta en Prime Video y Apple).
La contención de una vida prometida por el amor pero distanciada por la realidad… es en esa tensión de un deseo y validez a través de dos almas gemelas que se reencuentran que la dinámica torna un giro bastante emotivo, lejos de la realidad de un factor físico existe una necesidad de agradecimiento por el mero hecho de que existió, pero con ello la tragedia de que lo que nunca pasó es eso: un fantasma irreparable.
La conversación (Disponible en Netflix y PlutoTV, a la renta en Apple).
El mismo año que Coppola entrega la mejor parte de El padrino termina filmando un remake de Blow Up de Antonioni y con ello, una magistral clase sobre la paranoia de una América reñida en el caso Watergate a través de un espía moderno con un andar enteramente triste y patético por Gene Hackman que lo vuelve de los pocos directores en los premios de la Academia en tener dos películas directas compitiendo por la estatuilla de la noche y que a decir verdad, se encontraba bastante reñido entre las dos.
Y tu mamá también (Fijo en Disney).
El road movie y coming of age definitivo no sólo dentro de nuestro país, sino en una universalidad del cine en sí. Por el hecho de ahondar en cosas tan naturales como la necesidad de atencer el placer sexual en una época irreverente en donde jamás nos cuestionamos quiénes vamos a ser y con una libertad en la expresión vulgar que ocupa la mexicanidad: abstracta en la necesidad de demostrar lo macho que somos, latente en un secreto perfil homoerótico que pocas veces se habla de manera directa.
Misery (Fijo en VIX y Prime Video, a la renta en Apple).
Una de las mejores adaptaciones de Stephen King se encuentra en la percepción del fanatismo ácido y tóxico que el propio autor sufrió y que, a través de la creación de Annie Wilkes se encuentra un horror absoluto de un control total hacia el autor quien pierde voz y voto porque su pluma es tan anónima como el placer que nos causa declararnos fanáticos incondicionales obsesivos con lo que hagan.