Una encuesta realizada por iPass Global Mobile Worforce Report, dictaminando que uno de cada tres usuarios suelen despertarse en mitad de la noche para consultar su email en el teléfono, de hecho, la mitad de los preguntados reconoce no poder dormir si no lo tiene al alcance de la mano.
Otro tercio reconoce haber discutido con su pareja debido a la consulta constante del smartphone, no sólo durante la comida sino también en medio de una conversación. No es de extrañar pues que la mayor parte de la muestra se diga soltera.
Estos dispositivos, han alterado drásticamente nuestra escala de valores, dando prioridad a la rapidez por encima de la calidad: un 40% de consultados admite haber salido de una reunión para atender una llamada… pese a que otro 40% lo considere completamente descortés.
Los gadgets de moda están transformándonos en seres sociales de puertas cerradas.
Estamos perdiendo el rumbo de la socialización por culpa de teléfonos que lo mismo nos hacen contactar con una persona, que ignorarla en pos de otra conexión cuando finalmente decidimos tomar un café con ella. Lo curioso del asunto es que ambos cafés terminarán fríos y los presentes están más pendientes de comunicar la cita a sus contactos que de experimentarla entre sí.
Las mesitas de noche, mucho han cambiado: nada de libros y gafas, todo geek que se precie colocará su smartphone en primera línea. No es necesaria una lámpara, si queremos luz ya nos la dará el teléfono cuando en plena noche extendamos el brazo para ver la última notificación resonante.
Los smartphones, además, han diluido hasta lo invisible la barrera entre la vida personal y profesional. Y dentro de la personal, extinguido el concepto clásico de la amistad en tanto requiera la periódica reunión física de los firmantes. Con un teléfono inteligente en el bolsillo y los jefes al acecho en alguna de nuestras redes sociales, cualquier momento es bueno para interrumpir esa puesta de sol con una urgencia o notar los reproches del mandamás que sabe perfectamente cómo pasaste la tarde en plan bucólico mientras su alto cargo le requería pernoctar en la oficina.
Muchos usuarios han conocido a cientos de personas gracias a Twitter, Facebook y demás. Gente a la que de un modo u otro terminan comprendiendo mejor que a la mayoría de los que frecuentan a diario.
Con información de agencias
