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viernes, abril 19, 2024

Revelan secretos de los espías de la Primera Guerra Mundial

La CIA mantuvo durante 93 años clasificados bajo secreto seis documentos sobre cómo se comunicaban los espías durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918), ahora son públicos.

Los documentos, fechados en 1918, recogen técnicas de comunicación, sobresalen fórmulas para fabricar tinta invisible.

Uno de ellos detallaba la fórmula, otro, redactado en francés y enviado por los servicios secretos franceses, revelaba la técnica de fabricación alemana, que permitía develar el contenido secreto de espías al servicio del Reich como Mata Hari.

En uno de los documentos se detallan siete fórmulas de cómo fabricar tinta invisible, desarrolladas por el Departamento de Comercio. En otro, se dan instrucciones a los inspectores postales para detectar la tinta invisible en las misivas, enumerándose 50 situaciones a las que se pueden enfrentar, como los documentos ocultos en cápsulas de medicamentos o escritos en las uñas de una persona, y que se hacen visibles aplicando carbón vegetal, según escribía el experto Theodore Kytka en uno de esos documentos.

La paranoia era tal, y se recomendaba: “La regla es sospechar o examinar todo lo posible. La guerra entre el espía o el falsificador y el experto se lleva continuamente por nuevos métodos”, insistía Kytka. Otro método remitía al uso de soluciones de almidó o el uso de yoduro de potasio.

Los servicios de inteligencia estadounidenses enseñaban a sus agentes cómo abrir un sobre lacrado sin que se notara. Para ello, había que mezclar “cinco copitas de arseniato de cobre. Tres onzas de acetona y añadir un litro de alcohol amílico. Calentar en un barreño de agua, y el vapor disuelve el material de sellado por mucílago, cera o aceite”. El espía debía no inhalar el vapor para no perder a un efectivo.

Los avances tecnológicos permiten que ahora, 93 años más tarde, ningún enemigo pueda usar esas técnicas de comunicación sin que los servicios de inteligencia de EE UU puedan descifrarlos. Y eso que las técnicas más arcaicas de espionaje como la tinta invisible son usadas por grupos terroristas, precisamente porque evitan la superioridad tecnológica de los servicios de inteligencia en las comunicaciones digitales.

La ley estadounidense que regula la descalcificación de documentos establece que cada documento puede permanecer clasificado al menos 25 años, prolongables si ponen en riesgo la seguridad nacional. En el 2010 la CIA desclasificó un millón de documentos que tenía guardados en sus archivos, y que pasan a ser de consulta pública. La agencia de espionaje ha comunicado que en breve colgará en su página web estos seis documentos de la Primera Guerra Mundial.

Para leer el comunicado en inglés aqui.

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