Sor Juana Inés de la Cruz fue una auténtica monja, enamorada del conocimiento y ajena a la vanidad de la fama literaria, es una de las conclusiones a las que llega el escritor Alejandro Soriano en su biografía de la poeta mexicana, Sor Juan Inés de la Cruz. Doncella del verbo.
Ganador en 1995 del Premio Nacional de Ensayo Sor Juana Inés de la Cruz, con el trabajo “La invertida escala de Jacob: filosofía y teología en El sueño de Sor Juana Inés de la Cruz”, Alejandro Soriano Vallès es autor de una importante serie de investigaciones sobre la vida y obra de la poeta mexicana.
Alejandro Soriano Vallès en su nuevo libro, el cual busca llenar un vacío existente en los estudios sorjuanistas, a partir de un análisis de diversos aspectos de la vida y obra de la monja mexicana, algunos pormenores sobre su familia y apellido, así como aspectos concernientes a sus últimos días, todo ello tomando como base el estudio minucioso de documentos y manuscritos descubiertos recientemente.
“En Doncella del Verbo estudio las más importantes composiciones poéticas de Sor Juana; en este sentido, también estudio el pensamiento de su autora. A diferencia de otras biografías, Doncella del Verbo no elude dificultades. Esclarece, por ejemplo, el tema central de la vida religiosa de su protagonista. Cada uno de sus argumentos está basado en la información existente. Por supuesto, tiene la prerrogativa de presentar y aprovechar manuscritos hasta ahora desconocidos”, dijo Alejandro Soriano Vallès.
Uno de los aspectos novedosos de este nuevo estudio sobre la también llamada Fénix de América, es la apuesta por rescatar el aspecto religioso de la poeta. “Sor Juana no fue sólo poeta, Juana Inés no fue una mujer disfrazada de monja; fue una monja verdadera que vivió como tal”, afirmó.
La fe y religiosidad de Sor Juana se traducirían en una humildad que desdeña e incluso se siente abrumada por la fama literaria, pues su auténtica pasión era el conocimiento inspirado en la divinidad y no la escritura por sí misma. Tal evidencia, agrega el autor, obliga a realizar nuevas lecturas e interpretaciones de la vida y obra de la Décima Musa y abunda:
Por eso, Doncella del Verbo presenta, entre otras muchas cosas, el entorno conventual y la existencia religiosa de Juana Inés. Con este trasfondo, se entiende a la perfección que, según su propia confidencia, se sintiera abrumada por una fama que jamás buscó. La humildad a que estaba obligada como religiosa, y que por otra parte brotaba naturalmente de su corazón, la hacía querer alejarse de la notoriedad. No obstante, insistió a lo largo de su existencia en que había sido obligada a escribir. Se trató de obligaciones de carácter social, que la empujaron a dar lo mejor de sí en servicio de los demás. Gran parte de la obra de Sor Juana, pues, debe leerse teniendo esto en cuenta. Unas cuantas excepciones pueden mencionarse; entre ellas su poema El sueño y algunas de sus composiciones sacras.
Así pues, el “invencible amor a la verdad” que Sor Juana profesaba permite considerarla una auténtica filósofa, incluso Alberto G. Salceda, la llama “filósofa del amor”, como detalla Alejandro Soriano Vallès. La poderosa mente de la poeta, explica el autor, la llevó a analizar sentimientos profundos, como el amor o las innumerables incógnitas de la vida, análisis plasmados en su poesía y prosa.
“Leer a Sor Juana es responderse”, señala el investigador. “Todo la apasionaba, pero hay temas que evidentemente prefería. Aparte del amor, tuvo predilección por los temas teológicos. Esta es otra confidencia suya. Pero no le interesaba Dios ‘aislado’, por así decir; le interesaba Dios en tanto fundamento de la vida humana. En ese sentido, fue una humanista, una filósofa de lo humano. Nada le era ajeno. Basta leer su obra maestra, El sueño, para comprobarlo”.
El estudio contenido en Doncella del verbo recupera una serie de documentos desconocidos sobre Sor Juana, entre los cuales destaca la Carta de Puebla, que es la contestación del obispo de Manuel Fernández de Santa Cruz a la famosa Respuesta a Sor Filotea escrita por la poeta. En el contexto de estos hallazgos documentales, se abre un importante abanico de posibilidades para la investigación, pues como informa el mismo Alejandro Soriano Alejandro Soriano Vallès, “tan sólo en los últimos seis meses hemos hallado valiosísimos manuscritos que permiten confirmar la tesis central de Doncella del Verbo: que la Décima Musa fue una mujer amada por sus conciudadanos, y que vivió armónicamente su vocación religiosa, encontrando en ella la posibilidad de estudiar y servir a los demás”. En consecuencia, el investigador ya prepara nuevos trabajos donde abundará en los materiales que presenta en Doncella del Verbo.
