Varios sitios que hacen eco de la boda real llevada a cabo en el principado de Mónaco el fin de semana pasado entre el príncipe Alberto II y Charlene Wittstock, destacan además de las lágrimas de la supuesta “novia triste”, la apariencia de la hermana del novio, Estefanía, quien “ha pasado de una talla 80 a la 100, sin medir el efecto tan desproporcionado que iba a suponer para su cuerpo”, llamando la atención de los flashes de los fotógrafos y creando auténticos “ríos de tinta”.
Es que simplemente basta con comparar la exquisita y elegante figura de Charlene (ex campeona de natación) y la de Estefanía… digamos, voluptuosa, por decir lo menos.
En efecto: de tener una figura delgada y atlética, la princesa rebelde lució tremendo escote que dejó al descubierto sendas prótesis que en nada corresponden a la imagen que ella lucía antes.
Las críticas apuntan a que la hermana de Alberto II no utilizó o no fue informada por su cirujano de que existen simuladores virtuales en los cuales puedes analizar cómo vas a quedar luego de la operación con la talla que has elegido.
El simulador hace primero un escaneo del cuerpo de la paciente, se agrega el tipo de prótesis y luego devuelven la propia imagen, con las distintas medidas y formas de pecho, así se puede elegir la talla que mejor favorezca a la nueva figura.
La operación de Estefanía, si bien la hace lucir despampanante también, le deja un “canal” entre los senos que le quita cualquier toque de naturalidad.
En fin, si lo que importa es la sonrisa ¿no?
