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sábado, abril 20, 2024

Tatu-Arte, decisión personal y responsable que “debe” ser para siempre

León, Gto. El Tatu-Arte debería, en teoría ser algo muy bien pensado, porque el tatuaje nato, ese ya no se cae, perderá un poco de color con el tiempo, pero no más; aunque claro, hay técnicas para poder removerlo.

La idea central de hacerse un tatuaje es muy personal, y es ahí cuando surgen los mitos y las leyendas, surgen las dudas y los temores.

El tatuaje es algo ancestral, muchas culturas discuten si ellas fueron las primeras, si en su tribu lo intentaron, hay registros históricos que narran que el humano más antígüo encontrado con tatuajes vivió en una zona congelada, o bien, el paso del tiempo le congeló.

Los tatuajes se hacían en ceremonias místicas donde los tatuadores, en general chamanes o líderes religiosos, pedían a una entidad mágica la protección al tatuado; se usaba para causar temor entre los adversarios, y para un sinfín de ejemplos, quizá también era algo artístico y estético, el problema es que ya nadie de esa época queda vivo.

Hoy en día el tatuaje sigue usándose para definir una identidad, para conmemorar una fecha importante, para inmortalizar a una figura pública o algún familiar, para experimentar el arte o simplemente para verse distinto.

Con ello aumentó el número de artistas visuales que encontraron en el tatuaje una manera de expresarse, de arte y de mantenerse, porque por lo general el tatuaje no es muy económico y se debe principalmente a las áreas urbanas donde se desarrolle, pero principalmente en la reputación que el tatuador tenga, lo que no siempre refleja la calidad del mismo.

Algunos tatuadores como Michelle “Chelle” Torres o como Andrea “Andy” Palacios, encontraron en el tatuaje una válvula de escape para expresar y dar a conocer su ambición artística.

Por ejemplo, “Andy” comenzó como muchos, pintando en hojas blancas estando en la escuela y en prácticamente todas las superficies posibles, poco a poco se fue adentrando al tatuaje como algo nato, hasta que encontró el círculo social que le llevó a practicar y luego a innovar, ello le ha llevado de viaje a muchas latitudes en el país y próximamente quizá, sea reconocida por su calidad.

El caso de “Chelle” es muy parecido, pues también se pintaba donde fuese, con plumas en las manos, en las piernas, su círculo social también le motivó a aprender, a acercarse a otros tatuadores, mismos que le fueron enseñando sus técnicas, para que ella hiciera las propias ‘rayas’, y así tatuara seguido.

Ambas son un lienzo viviente, pues tiene muchos tatuajes realizados por sus amigos tatuadores, aunque hay algunos casos en el que el mismo tatuador se pasa la máquina por encima para experimentar.

Siempre hacerse un tatuaje conlleva riesgos, uno de ellos es evidentemente el rechazo, sigue siendo una realidad que el tatuado muchas veces es estigmatizado por sus tatuajes y por la forma de éstos, como es el caso de Manuel Téllez, quién desde muy joven comenzó a tatuarse con la firme idea de hacerse cada vez más piezas de arte, si bien, el narra que cuando comenzó a hacerlo, no tenía idea de lo que sería después, sus tatuajes le representan un vínculo con su identidad.

Él narra que en algún momento le dijeron que debía taparse sus tatuajes, pues de veían extraños, más lo era el rostro de un diablo que se hizo en el brazo derecho, una persona que atendió en su trabajo le dijo que él era un “satánico” por traer eso; sabe que en la actualidad es más difícil encontrase con personas así, y entre risas confiesa que el si recurriría a las demandas legales para hacer respetar su identidad.

Los médicos como el Dr. Adrian García recomiendan siempre tatuarse en lugares establecidos, pero que tengan un permiso, en el caso de México, de la Secretaria de Salud y que el lugar esté limpio, que el tatuador te muestre el material nuevo, que lo abra en tu presencia, tal es el caso de las agujas y que el material quirúrgico este esterilizado, pues así es casi nulo el riesgo de contagio de alguna enfermedad.

La mayoría de los tatuadores recomendaran pensar bien y cavilar acerca de lo que se hará, pues es muy común que al poco tiempo la gente llegue a los estudios de tatuaje pidiendo, ya sea que el tatuaje sea removido o en algunos casos más comunes, que el tatuaje sea tapado con otro tatuaje, pasa más seguido con los nombres de personas con las que hubo alguna relación sentimental y está ya acabó.

Estudios de tatuaje hay muchos, la mayoría están calificados ante las autoridades de salud para poder hacer las obras de arte sin que exista un riesgo a la salud.

Por su parte, tatuadores y tatuadoras como “Chelle” o “Andy” buscan siempre estar a la vanguardia de su pasión y de su oficio.

Personas como Manuel Téllez siempre estarán pensado en nuevos diseños y en qué parte de su anatomía irán.

Y especialistas como el Dr. Adrian García estarán al pendiente de tratamientos.

El tatuaje es doloroso, es vistoso, va cambiando con las generaciones, pero sobre todo es un arte muy apreciado por el mundo.

 

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