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martes, abril 23, 2024

Teatro del Bicentenario: Por fin ¿Casa tomada?

Renée Fleming y Ramón Vargas.
Hasta el día de ayer, en la web oficial del excelente tenor mexicano Ramón Vargas pueden verse las fechas de su agenda y su calendario de presentaciones alrededor del mundo, cada vez con más éxito y aceptación, por la finura de su voz y, dicen quienes lo conocen, por sus atributos personales y su don de gentes.
Así podemos ver por ejemplo que este mes se presenta cinco veces en la Opera de Roma cantando La Bohème con la bellísima soprano rumana Hibla Gerzmava, bajo la dirección de James Conlon, titular de la Orquesta de la Opera de Los Angeles.
El 15 de julio ofrecerá un concierto en el marco del Festival Cesky Krumlov en la República Checa en el que participan además leyendas como Plácido Domingo o el cellista Misha Maisky y al final del mes cantará en tres fechas La Canción de la Tierra de Mahler en la ciudad de México.
Y aquí empieza lo interesante: En su agenda oficial aparece que se presentará tres fechas ( 7, 10 y 13 de agosto) en el Teatro del Bicentenario de esta ciudad, interpretando el Nemorino de “El elisir d’amore” de Gaetano Donizetti. No menciona nada más, ni reparto, orquesta o conductor.
De confirmarse localmente tales presentaciones, este Elixir se convertiría en el acontecimiento operístico de la ciudad en los últimos cuarenta años al menos. Es cierto que en ese tiempo hemos disfrutado de conciertos de Plácido Domingo, el propio Ramón Vargas y otros más, pero un concierto no tiene nada comparable a una ópera en cuanto a concepto, intensidad vocal, grado de dificultad, conjunción visual y auditiva, movimientos, trama, imaginación, acoplamiento de voces, etc. Son dos fenómenos de naturaleza diversa y hasta opuesta y por tanto, sin comparación posible.
Hablar de Ramón Vargas es hacerlo de uno de los artistas de clase mundial en la ópera actual. Dueño de un timbre fino, delicado, de agudos bellísimos, atributos que lo hacen propicio a la interpretación de prácticamente todo el repertorio del bel canto (Bellini, Donizetti, Rossini) y de muchas óperas de Mozart y Verdi que se encuadran en su tesitura.
El tenor mexicano logra además una conjunción que no todos los artistas de la ópera consiguen: la aceptación por igual de los públicos europeos y el norteamericano. En efecto, Vargas es apreciado, y mucho, en el Teatro Real de Madrid, en La Scala, el Liceu de Barcelona, París, o en Zurich, Lucerna o Baden-Baden y Munich por ejemplo.
En el Metropolitan Opera House de Nueva York Ramón Vargas es desde hace 19 años una presencia importante. Este año, con su interpretación del Don Ottavio de la ópera de Mozart “Don Giovanni” en octubre próximo, completará y superará las doscientas presentaciones en ese escenario, desde el 18 de diciembre de 1992 cuando cantó el Edgardo de “Lucia di Lammermoor” con la soprano americana June Anderson.
Doscientas apariciones se dice rápido pero para tener una idea de la importancia de esta cifra, habrá que decir que tenores de larga vida artística del pasado, como DiStefano o Kraus, no lo lograron. Y Luciano Pavarotti, la rutilante estrella de la ópera en los ochentas y parte de los noventas, se presentó en el Met en 378 ocasiones; cifra que creo que Ramón Vargas superará si logra tener una carrera prolongada…
…Como la de Plácido Domingo que, a partir de su debut el 12 de septiembre de 1968 sustituyendo de última hora a Franco Corelli, al lado de la mítica Renata Tebaldi en la “Adriana Lecouvreur” de Francesco Cìlea, se ha presentado en el Met ¡637 ocasiones como tenor!, más otras 133 como conductor de la Orquesta.
La próxima semana recurriremos a la memoria para evocar actuaciones de Ramón Vargas que en su día testificamos. Para mí, todas apasionantes.
Pero la mejor noticia de esta presencia en León es que, por fin, el Teatro del Bicentenario comenzará a ser una casa tomada por la ópera.

(Blog “Conservación de los Recuerdos” http://arodriguezleyaristi.com/ )

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