(Agencia México) En una jugada inesperada, el presidente Donald Trump anunció una extensión de 75 días para que TikTok continúe funcionando en territorio estadounidense. Esta decisión, que busca otorgar más margen a la empresa matriz china ByteDance para concretar la venta a una firma norteamericana, ha reactivado el debate sobre la seguridad del país, la protección de datos personales y las fricciones comerciales entre Estados Unidos y China.
La trayectoria de TikTok en Estados Unidos ha sido conflictiva. En 2020, durante su primer mandato, Trump trató de vetar la aplicación, alegando que suponía un peligro para la seguridad nacional debido a sus vínculos con el régimen chino. Aunque esa prohibición no se materializó en aquel momento, el asunto cobró fuerza en 2024, cuando el Congreso aprobó una legislación que obligaba a ByteDance a desprenderse de TikTok y venderla a una compañía que no fuera china. La medida, respaldada tanto por demócratas como por republicanos, pretendía evitar que el gobierno chino utilizara la red social para espiar o influenciar a los usuarios estadounidenses.

Las conversaciones han sido intensas. Compañías como Amazon, Oracle e incluso startups como Perplexity AI han manifestado interés en adquirir TikTok. Trump, por su parte, ha vinculado el futuro de la aplicación con negociaciones comerciales de mayor escala con China, insinuando que podría ofrecer reducciones arancelarias si el gobierno chino respalda un acuerdo.
A pesar de las críticas, Trump ha justificado su postura, argumentando que TikTok es una red social muy popular y exitosa que merece seguir operando en el país. No obstante, los retos judiciales y las inquietudes en torno a la seguridad nacional siguen representando un obstáculo considerable.