Redacción (SinEmbargo).- De todos los balazos que escucharon, solo tres impactaron sobre su cuerpo quitándole la vida. Terminó agonizando en el piso de un baño antes de que su novio ingresara para tomarla de los brazos y verla morir. Minutos después, la policía llegaría al lugar del tiroteo. El asesino, novio de la víctima, estaba en el suelo temblando lleno de sangre. La sorpresa de los oficiales fue mayúscula. Oscar Pistorius, héroe deportivo sudafricano, miró a los uniformados sin que el llanto lo dejara hablar.
El emblema más grande de la superación olímpica, había asesinado a la supermodelo Reeva Steenkamp. El escándalo mundial por el suceso recorrió las redes sociales en pocos minutos. En Sudáfrica, un ídolo había caído manchándose las manos de sangre amada. El caso reabrió la desesperanza de un pueblo que constantemente vive atado al pánico de la delincuencia habitual. El hecho de que ese malestar social se haya presentado en una esfera de un personaje ilustre, puso en vilo a toda la sociedad del país africano.
Pistorius perdió sus dos piernas cuando apenas tenía 11 meses de haber nacido. En Londres 2012, compitió en la semifinal de los 400 metros con sus dos prótesis de fibras de carbono. El hecho alimentó la esperanza de millones de seres humanos que eran testigos de algo histórico. Oscar se convirtió en un símbolo de todo lo que significa amar el deporte. El atleta querido, dormía con una pistola calibre 9 mm bajo la almohada después de sufrir algunos intentos de asalto. En ese aspecto, el super hombre, era un sudafricano más.
Charlize Theron es una modelo y actriz sudafricana que ha conquistado Hollywood con su talento. Antes de consagrarse en la farándula, vio como su padre era asesinado por su madre de un balazo. La mamá de Theron fue dejada en libertad tras demostrarse que lo había hecho en defensa propia. “En Sudáfrica todo mundo tiene una arma, es el estilo de vida”, declararía la actriz años después al hablar sobre el suceso en el que su papá alcohólico y abusador había fallecido por el miedo de una señora que temía ser golpeada hasta la muerte.
Oscar Pistorius ha mantenido un argumento similar al de la mamá de Charlize. Al ser preguntado sobre lo que había pasado esa noche, declaró que tras escuchar ruidos en el baño, invadido por los nervios disparó a través de la puerta del baño. Tras el silencio posterior a los disparos, le gritó a su novia. Sin escuchar respuesta alguna, llegó al baño donde entendió que todo cambiaría. La versión del deportista fue despotricada por la fiscalía quién ha acusado al sudafricano de asesinato premeditado, él lo ha seguido negando.
Luego de pasar 9 días en el calabozo pagó una fianza de 85,000 Euros determinada por el juez además de retirarle la licencia para portar armas y sin autorizarle regresar a su mansión de Pretoria donde su novia falleció. Gerrie Nel, el fiscal en la audiencia, anunció que el juicio del atleta se llevará acabo en marzo del 2014. El evento más comentado desde aquel 14 de febrero, día del amor fatídico para Pistorius, tendrá que esperar siete meses más para que se determine el veredicto final. El día del arresto, un policía le advirtió a Oscar que podría pasar toda la vida en prisión. “Sobreviviré, siempre ganó”, contesto Pistorius.
