Antonio Carbajal se despidió del fútbol debajo de la portería del mítico estadio de Wembley, en silencio, vestido con los colores de la selección, tras haber defendido con fiereza la portería de la selección mexicana en el mundial de Inglaterra 1966 tras una brillante carrera.
Hoy, se despide de la vida, una intensa vida, llena de éxitos bajo los tres palos de la portería que da a la puerta cinco en la cancha del estadio León, un homenaje en el cual, participaron familiares y amigos.
No había otra forma de decirle adiós a uno de los personajes más incluyentes del deporte mexicano en la historia, que hoy con el paso de los años y la llegada de los nuevos ídolos, quedó un poco relegado a la memoria de los más grandes, los que quizá no lo vieron jugar, pero escucharon a sus padres y abuelos hablar de él.
Era raro no escuchar a cualquiera que haya jugador fútbol decir, yo entrené con la ‘Tota’ o jugué contra un equipo que entrenaba Carbajal, más que un jugador, se volvió una celebridad a nivel mundial y es que aunque pocos entiendan la relevancia de don Toño, fue un adelantado a su época, ya que solo el fútbol actual, con todos sus avances permitió que otro jugador pudiera participar en cinco copas del mundo.
Pero algo en lo que nadie lo igualará nunca, es en el gran corazón que le permitió ayudar a los niños de ‘La Búsqueda’ esos que tenían problemas de drogadicción y que eran atendidos personalmente por ‘la Total’ que no le temblaba la mano para regañar también a los padres irresponsables, así sus niños lo despidieron hoy entre porras.
Don Antonio tenía una presencia imponente, a dónde llegaba generaba respeto y hoy cuando sus restos entraron a la cancha del Nou Camp, esa presencia se hizo nuevamente presente. Un personaje que rebasó en fama mundial a cualquier equipo del fútbol mexicano y que se volvió una referencia.
El homenaje empezó poco después de las 14 horas y aunque Carbajal no fue un hombre que pudiera grandes reconocimientos, seguro desde el lugar que ahora se encuentra disfruto sentir ese cariño de la gente, con un ‘Carajo’ y esa risa contagiosa que lo caracterizaba.
Así los familiares y amigos, directivos del Club León y aficionados, cantando ‘Vive’ de José María Napoleón, despidieron a una de las máximas leyendas de la ciudad, Antonio ‘La Tota’ Carbajal, un ejemplo de lucha, de esfuerzo, de amor por la camiseta, pero principalmente un ejemplo de que la vida tiene una finalidad y su misión quedó muy clara, ayudar a los niños que más lo necesitaban.
