León, Gto. Nunca se pudo reponer, el León nunca se pudo levantar de la llamada curva de rendimiento qué al final, terminó por contarle una eliminación temprana con derrota ante Cruz Azul que le ganó tres veces esta campaña, en esta última el resultado 2 por 1.
Y es que la famosa ‘curva’ a la que el equipo culpó toda la campaña, inició con la derrota que sufrió León en Torreón ante el peor Santos de la historia y de ahí para adelante, las calamidades no dejaron de surgir, concluyendo con la eliminación del torneo mexicano y la expulsión del Mundial de Clubes.
Parece claro que hay que subrayar que los Verdes ya venían a la baja desde antes de enterarse del plan que ya fraguaba la FIFA para dejarlo fuera de la competición internacional y con ese golpe final, parece que el equipo nunca pudo ser el mismo en lo anímico al que inició el torneo.
James Rodríguez fue en la última parte de la campaña, más que un líder inspirador, una figura que externó con algunas de sus acciones las frustraciones y la ira acumulada en el grupo que por lo visto no pudo asimilar a tiempo la injusticia que sufrieron ante el TAS.
Lo de Berizzo siempre pareció más un trabajo por recuperar a sus jugadores por lo que no tuvieron que por lo que podían lograr si se enfocaban en buscar vencer al Cruz Azul y eso fue determinante para que no pudieran pelear ante la Máquina de Vicente Sánchez que está bien enfocada en conseguir el doblete este torneo.
En la cacha, hubo errores en el partido de vuelta, con el primer gol de Nacho Rivero y después la sentencia que dictó el tanto en propia puerta de Rodrigo Echeverría. Jhonder Cádiz había empatado las acciones pero después terminó con la frustración como el resto de sus compañeros.
La eliminación de León concluye un semestre que arrancó lleno de ilusiones y que al final dejó con las manos vacías a una afición que lo merece todo, una afición que tendrá que levantar a un equipo que a todas luces quedó golpeado con ese objetivo mundialista que no se cumplió
