En un partido poco brillante la selección mexicana venció a un débil combinado hondureño que poco pudo hacer para evitar su desastroza caída que pone en riesgo el puesto en el banquillo del colombiano José Luis Pinto.
Honduras está muy lejos de ser ese equipo peligroso que en las dos eliminatorias mundialistas, aunque México tampoco fue un derroche de talento, con un futbol opaco hizo lo que estaba obligado a hacer.
El partido de México fue somnífero, aburrido, soso, lacrimógeno para los más apasionados, con muy pocas opciones de gol y con nulas emociones.
Rodolfo Pizarro aprovechó un centro de Orbelín Pineda a los tres minutos y ahí se acabó la historia del partido, lo que pasó los otros 87 se quedan simplemente para la anécdota.
Los catrachos se fueron de la Copa Oro sin anotar y aún así lograron que la figura del partido fuera Jesús Corona quien evitó un gol olímpico de Alexander López en un tiro de esquina.
México enfrentará el domingo en semifinales a Jamaica con quienes se enfrentó en la ronda de grupos y el marcador fue un empate sin goles.
Ahora parece que los dirigidos a la distancia por Juan Carlos Osorio tienen buenas posibilidades de llegar a la final, con todo y el funcionamiento poco espectacular pero efectivo que ha implementado el colombiano para brillas en Concacaf.
