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jueves, abril 25, 2024

¿Qué te emociona más: Marigol o Chicharito?

El Mundial de Fútbol Femenino Alemania 2011 une a propios y extraños, en una pregunta meramente retórica: ¿tiene el mismo impacto este torneo que el masculino realizado en 2006, también en tierras germanas? También la respuesta es unívoca. Todos parecen coincidir en que el mismo deporte, jugado por mujeres, no llama a multitudes tan tumultuosas como las que se sienten convocadas por los equipos masculinos.

Pero lo trascendente de este torneo no radica en lo que de antemano se conoce, sino en lo que las futbolistas mujeres sean capaces de lograr en un entorno tan propicio como el que Alemania ofrece a la promoción de un deporte cuyo futuro es “femenino”, según dijo en Berlín el propio presidente de la FIFA. Sepp Blatter.

Así, la pregunta realmente importante se orienta a saber cuál es el potencial real de crecimiento del balompié femenino, en una época en la que el mundo parece interconectado por la equidad de género y el auge de las redes sociales.

A partir de una experiencia concreta, el seguimiento de los partidos que juega en el Mundial de Alemania la selección mexicana de fútbol femenino, resulta relativamente sencillo comparar la respuesta de los aficionados ante ambos géneros del fútbol.

En Alemania aún se recuerdan los ríos de aficionados aztecas que llegaron hasta tierras germanas tanto en la Copa Confederaciones de 2005, como en el Mundial de Alemania 2006. Aquí en apariencia surgen diferencias abismales.

Este lunes 27 de junio, no aparecieron aficionados vestidos de verde en el trayecto en tren desde Bonn hasta Wolfsburgo, sede del encuentro entre el Tri femenino y su similar de Inglaterra. Tampoco aparecieron al llegar a Wolfsburgo, donde el panorama es dominado por el emblema de una multinacional fabricante de autos.

En descargo de los aficionados mexicanos, la ausencia de británicos fue idéntica en el trayecto a la próspera ciudad de Baja Sajonia.

Pero esta visión tiene sus limitaciones. En el estadio de Wolfsburgo surgió las horas previas al partido contra Inglaterra un contingente muy nutrido tanto de aficionados mexicanos, como de alemanes que simpatizan con el país y el conjunto azteca.

Durante el encuentro, el público se volcó de modo prácticamente unilateral con el seleccionado mexicano. Cuando se produjo el gran gol de Mónica Ocampo, en el minuto 33, el estruendo fue atronador, y durante el segundo tiempo los más de 18.000 aficionados que se dieron cita en la Volkswagen Arena no se cansaron de hacer la famosa “ola”.

Otro indicador del interés que despierta en México el campeonato mundial de Alemania 2011 es la presencia de las dos principales televisoras de ese país, que enviaron reporteros a cubrir los partidos del “Tri femenil”.

En cuanto al público de Wolfsburgo, éste disfrutó del encuentro como experiencia futbolística, y también como encuentro familiar y social. Todos ellos son elementos que hablan claramente del interés y la simpatía que despierta el fútbol femenino.

Pero aún no se puede cantar victoria. Wolfsburgo no es quizá una sede neutral. Ahí se siente especial afecto por México, debido a los lazos entre ambos países por la presencia en Puebla México, así como en Wolfsburgo, del fabricante de autos Volkswagen.

Así que para sacar conclusiones más objetivas y fundadas falta todavía ver cómo se comportan la afición mexicana y alemana en otras dos sedes: Leverkusen y Sinsheim. Eso nos proponemos, en las próximas entregas de esta serie.

Con información de DPA

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