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jueves, marzo 28, 2024

A propósito de la Fiesta de la Cueva en Guanajuato Capital y la No Declaratoria

Rogelio García Espinosa *

 

Hace aproximadamente diez años, después de múltiples reuniones de grupos organizados y de la sociedad civil, la población guanajuatense a partir de un plebiscito que se instrumentó nos manifestamos rotundamente en contra de la urbanización de los emblemáticos e identitarios cerros: la Bufa, el Hormiguero y Picachos. Obviamente, la demanda iba mucho más allá, además de la negativa multitudinaria a la urbanización, se acordó y con claridad se exigió, la declaratoria como Área Natural Protegida de esa singular y milenaria cadena montañosa.

A la fecha, se han elaborado cantidad de estudios, algunos de ellos muy profesionalmente presentados y son una muestra incuestionable de la necesidad que los cerros tienen, de contar con una protección adecuada y legislada para su conservación. Recordemos que La Bufa, el Hormiguero y Picachos, no son unos cerros más, no son cualquier cerro, son, ni más ni menos, la cadena montañosa que permite y proporciona los servicios ambientales y en gran medida, la calidad de vida que los guanajuatenses disfrutamos. Alterando la naturaleza de los cerros, se acabarán por siempre las bondadosas y benignas condiciones ambientales, que a diferencia de otras regiones del Estado y del centro del país, los guanajuatenses aprovechamos.

El dictamen que la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas presentó, consideraba que, por la naturaleza, particularidades, ubicación y competencias, la declaratoria se debería de emitir como Área Natural Protegida de carácter estatal. Es a partir de ahí que se detiene y se entrampa todo y de manera totalmente irresponsable y sin respetar lo que ya se había acordado, el Gobierno del Estado contradiciendo en su totalidad los acuerdos, transfiere la responsabilidad al Municipio de Guanajuato. Todos los funcionarios e instituciones dicen reconocer y querer entrañablemente a los cerros, pero, la realidad es que ninguno hace nada.

En lugar de que la administración municipal agilizara las cosas, de manera totalmente irresponsable hace todo lo posible para retrasarlas, y desatendiendo todas las recomendaciones elaboradas por los especialistas, trata de minimizar la situación y no otorga el reconocimiento exigido y demandado por la ciudadanía, que es al final de cuentas, la sociedad para la que trabaja y es a quien, en primera instancia, debería atender. Resulta enormemente preocupante que el actual Presidente Municipal, Sr. Alejandro Navarro, quien siempre se había declarado como uno de los más aguerridos defensores de la integridad de los cerros, ahora es de los que con mayor intensidad se oponen a la declaratoria y a respetar el polígono presentado por los especialistas.

Aunque todos en el municipio conocemos la facilidad del alcalde y de algunos funcionarios para cambiar de opinión, “así como dicen una cosa dicen otra”, es inconcebible que pretendan minimizar el estudio elaborado por profesores investigadores de nuestra máxima casa de estudios y expertos en el tema, y se la pasen jugueteando con que si son muchas o pocas hectáreas las que la poligonal considera y que cada quien, sin ser especialista, propongan la superficie que se debería de considerar.

Me parece que a diez años de distancia es necesario detener ese ritmo juguetón e irresponsable de algunos funcionarios y exigir que, por fin, se garantice la conservación integral de la Bufa, Hormiguero, Picachos y zonas aledañas. Ya que, mientras no se agilizen las cosas para publicar la declaratoria, seguirá, como ahora ocurre, la depredación, los destrozos y la intervención maquinizada en contra del patrimonio natural y cultural.

Me gustaría insistir y sin herir susceptibilidades, destacar que la Bufa, el Hormiguero y Picachos, no significan ni representan únicamente nuestra querida y tradicional “Fiesta de la Cueva”, que, por cierto, es a propósito de esa centenaria tradición que estoy denunciando la situación, ya que, además de la tradicional, sentida e identitaria festividad, la dimensión geológica, histórica, ecológica y cultural de nuestra cadena montañosa, va muchísimo más allá y es reconocida por propios y extraños.

Además de la “Fiesta de la Cueva” del 31 de julio a San Ignacio de Loyola, patrono de nuestra ciudad; esos cerros también, pero esos cerros todos, se han convertido por su historia y tradición en símbolos emblemáticos e identitarios de los guanajuatenses. Por lo tanto, digamos NO a la urbanización de la Bufa, Hormiguero y Picachos, y SI a la inmediata declaratoria como Área Natural Protegida.

Muchísimas gracias y seguiremos insistiendo en la necesidad de defender y conservar el Patrimonio Natural y Cultural de los mexicanos, y por supuesto, de nuestra querida ciudad de Guanajuato.

 

* Dr. en Pensamiento Español e Iberoamericano por la

Universidad Autónoma de Madrid, España

Patrimonialista, Museólogo y Museógrafo.

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