*Rogelio García Espinosa y de la Vega
En diferentes ocasiones hemos escuchado de la presidenta municipal, la repetida letanía en la cual, suplicantemente se dirige a los guanajuatenses pidiéndoles confianza y ofreciéndoles que ahora sí se va a presentar el “gobierno del cambio”. Que durante su gestión, no habrá mejores y mayores defensores del Patrimonio Guanajuatense que su cabildo y su equipo administrativo, (llámese síndicos, regidores y directores). Desde hace poco más de cuatro meses fue el pregón recurrente en esa ficticia, pero, enormemente truculenta campaña electoral. Desde aquellos momentos y ahora con mayor intensidad, el tema de la defensa del patrimonio ha sido enarbolado, pero, enormemente manipulado para tratar de justificar la impresionante cantidad de deterioros, destrozos, degradación, reducción y cambios significativos que le han provocado y le pretenden provocar al patrimonio histórico, (natural y cultural), de los guanajuatenses.
A solicitud de algunos grupos de la sociedad civil y ciudadanos en lo particular, el pasado mes de diciembre se llevó a cabo en el Jardín Florencio Antillón una reunión pública ya que, colectivos y ciudadanos manifestaban su preocupación por la forma en la cual, se trataba de disfrazar el deterioro y la degradación que a los emblemáticos cerros guanajuatenses se pretendía y pretende realizar, de tajo y por sus pistolas, el ayuntamiento y la alcaldesa eliminaban al Cerro del Hormiguero de la histórica e identitaria trilogía serrana conocida como: “Bufa; Hormiguero y Picachos”. Con argumentos muy poco convincentes, aseguraron que corregirían la omisión y que con prontitud harían del conocimiento público, el polígono definitivo del sitio y sus alrededores para su posterior reconocimiento como Área Natural Protegida. De la misma manera, se comprometieron a mantener informada a la población de los acuerdos o negociaciones que la autoridad municipal mantuviera con los particulares que detentan la propiedad de algunos predios.
Posteriormente, en las instalaciones de la Casa de la Cultura y con la intención de dar seguimiento a la consulta pública para la elaboración del PMDUOET, (Plan Municipal de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico y Territorial), el pasado primero de febrero se llevó a cabo una de las mesas de participación ciudadana en la cual, la intervención de la alcaldesa se centró en tratar de convencer a los asistentes, de que su administración se convertiría en el principal defensor del patrimonio guanajuatense. ¿Alguien le podrá creer?
Es evidente que no, ya que, como dice el refrán “…Del dicho al hecho hay mucho trecho…”, para ilustrar lo anterior y a manera de ejemplo mencionaremos que desde hace poco más de cuatro meses y de manera totalmente sorprendente e inexplicable, aparecieron en la emblemática y señorial Plaza de la Paz un par de objetos “escultóricos” que absolutamente nada tienen que hacer ahí. Un par de bueyes con una cornamenta que nada tienen que ver con el corazón de la Ciudad Histórica de Guanajuato y Minas Adyacentes, y mucho menos, con sus tradiciones y costumbres.
Además de la sorpresa e indignación que a los guanajuatenses ocasionó el despertar y encontrarse con dos elementos completamente fuera de lugar, la sorpresa e indignación se acrecienta, ya que, después de poco más de cuatro meses que han transcurrido ya, esos adefesios se mantienen y parece ser que a la presidenta municipal, poco le importa la dignificación de la Plaza de la Paz y mostrar con orgullo y dignidad, las invariantes arquitectónicas que le otorgan a la ciudad de Guanajuato el reconocimiento y la inscripción, en la lista del Patrimonio Cultural de la Humanidad. ¿Sera posible entonces creerle a la alcaldesa? Por un lado, nos dice que va a defender la riqueza patrimonial de los guanajuatenses y por otro, es la principal promotora, entre otras cosas, de la sensible alteración de la Plaza de la Paz y su emblemático paisaje.
Pareciera ser que la alcaldesa, se avergüenza de la riqueza patrimonial que los guanajuatenses tenemos y en lugar de mostrarla al mundo con presunción y orgullo, se apena de los bienes patrimoniales y considera que para que se vean “bonitos” hay que ponerles maquillaje, pegotes y agregados. Vamos, en pocas palabras, llenar de basura la ciudad. Mucho hemos insistido en que, para la defensa, conservación y socialización del patrimonio se deben considerar las recomendaciones y normatividad establecidas por ICOMOS, UNESCO e INAH y, además, por una buena cantidad de especialistas; parece ser que en Guanajuato todas esas reglamentaciones elaboradas por expertos y firmadas y aceptadas por las instituciones mexicanas responsables de la conservación del patrimonio, en la ciudad de Guanajuato no se consideran o pasan totalmente desapercibidas. La Carta de Atenas; La Carta de Venecia; Las Normas de Quito; La Carta de Centros Históricos Iberoamericanos; La Carta Internacional sobre el Turismo Cultural y Ley Federal de Monumentos y Zonas Arqueológicos Artísticos e Históricos, por mencionar algunas, son totalmente ignoradas y sólo se atiende y ejecuta, lo que la autoridad en turno caprichuda y convenencieramente determina violentando en su totalidad todos estos principios. ¿Cómo es posible entonces que digan que están defendiendo el patrimonio? ¿Será posible creerle?
Nuevamente hacemos un llamado a las autoridades municipales y por este conducto exigimos que: YA DEJEN EN PAZ AL CENTRO HISTÓRICO Y SUS POLÍGONOS PATRIMONIALES; Ya dejen de poner y promover la colocación de basura, pegotes y consérvenlo atendiendo a las recomendaciones de carácter internacional, sí, consérvenlo y exhíbanlo “…En toda la riqueza de su autenticidad…”.
Mucho se ha divulgado por algunos vivales, la idea de que, si no se acepta o entiende el arte contemporáneo es porque somos unos tontos o unos ignorantes, pareciera que a la actual administración le ha calado a fondo esa charlatanería y con tal de no parecer tontos e ignorantes y en aras de la contemporaneidad, han llenado de basura y pestilencia las Plazas, Calles, Callejuelas, Parques y Jardines. Nos parece que resulta bastante claro que no es motivo de las presentes reflexiones, mencionar la “calidad plástica o artística” de las piezas en mención, en el momento que quieran lo podemos hacer, pero, en este momento lo que mucho nos preocupa, es el lugar en el que, de manera totalmente forzada y ofensiva se presentan y la violenta y agresiva degradación del paisaje que esas tonterías están ocasionado al Patrimonio Guanajuatense.
Nos parece también que con tantas aberraciones y mentiras que las autoridades municipales promueven y presentan en las calles, están deformando es su totalidad la experiencia del visitante, ya que, estos, en gran medida vienen a Guanajuato a partir de la recomendación que ofrece ser una ciudad Patrimonio de la Humanidad, y en lugar de explicarles los criterios que reconoció la UNESCO para tal distinción y las costumbres y tradiciones auténticas e identitarias de los guanajuatenses, con tanto pegote, con tanta basura y con tanta mentira, engañan al visitante y alteran en su totalidad la experiencia que estos se pudieran llevar.
Además de lo anterior y no contentos con estas aberraciones, exactamente a un costado de la también emblemática escalera monumental de nuestra querida Universidad, han permitido la colocación de otros dos adefesios. En plena vía pública y sin importarles un comino la degradación del patrimonio o lo que pudiera ocurrir, han avalado la colocación de esas estructuras que obligan a los peatones a bajar al arroyo vehicular y caminar por ahí, poniendo en riesgo la vida o la integridad de los transeúntes.
¡¡¡DEJEN EN PAZ AL CENTRO HISTÓRICO!!! Lleven y expongan sus objetos extraños fuera de los polígonos patrimoniales o en otras comunidades municipales. Seguros estamos que, así como la gente va a París a ver, entre otras cosas, la Mona Lisa, como los turistas van a Florencia para apreciar y disfrutar el Ponte Vecchio; así como van a la Alhambra de Granada y disfrutan las maravillas de ese monumento citadino, orgullo de los granadinos y del pueblo español. Si son tan guanajuatenses, valiosas, representativas e identitarias esas cosas extrañas a las que hacemos referencia, nuestros visitantes irían sin pensarlo y en tropel a: La Sauceda, Yerbabuena, Santa Teresa, Puentecillas o Noche Buena a ver “esas maravillas”. ¿O No?
*Doctor en Pensamiento Español e Iberoamericano
Universidad Autónoma de Madrid, España.