- Publicidad -
viernes, abril 26, 2024

Aliados

En 1985, Robert Zemeckis dirigió Volver al Futuro. Eso fue el inicio de una bendición congénere a una maldición; no es que se haya dormido en su laureles, todo mundo recuerda a Forrest Gump, Náufrago e incluso dio de qué hablar recientemente con El Vuelo, es sólo que… la audiencia lo olvida. Se le tiene aprecio por la franquicia sobre viajes en el tiempo y por defenderla como perro guardián cada año que aparece el rumor de un remake –que es inevitable- pero sus números de ingresos de taquilla no reflejan ese aprecio, han ido decayendo. El cierre de una alianza con Disney a punto de hacer un remake sobre El Submarino Amarillo marcó una cicatriz de la que no se ha recuperado, en pocas palabras: Zemeckis es veneno para los estudios. Destinado a sacar películas en temporada final/inicio sin bombo y platillo desde hace una década.

Esta vez no es la excepción y llega un proyecto que deja en claro que Zemeckis es un director que le gusta tratar diversos temas… muy a pesar de no salir tan exitoso en esta ocasión.

Aliados proviene de un guión creado por Steven Knight. La intención de este era la de revivir el híbrido de suspenso y espías en aras de la segunda guerra mundial, y es ahí en donde encontramos el primer desatino del proyecto, porque su estructura y atención a detalle es desigual. Se divide en dos actos: previo al matrimonio y posteriori; el primer segmento resulta ser el más llamativo y bien logrado, porque se da el tiempo de intentar –palabra clave de hoy- generar una química entre sus dos personajes, que de alguna manera conocemos pero no en su totalidad (obviedades de ser un espía), y vemos la misión que deben llevar a cabo, me parece que de ser un filme dedicado a una relación perdida entre dos personajes que viven de mentiras y que se aman durante cierto segmento hubiese sido más interesante y mejor logrado, porque al pasar para el según acto, todo el desarrollo que por lo menos intentaba entregar a sus personajes queda muy anecdótico, y así es como la supuesta intriga no se aprovecha y los lapsos de tiempo resultan muy incoherentes, personajes aparecen y desaparecen sin peso dramático y.. pues no interesa.

Si parpadeas te pierdes de la aparición de un Matthew Goode que me hace pensar que hay material omitido en el corte de cine.

Y si en las bases no funciona, tampoco en la relación de sus dos protagonistas.

Brad Pitt es muy difícil de defender como actor, porque pasa de ser genial –12 Monos, El club de la pelea, Quémese después de leerse, Seven, El árbol de la vida– a desinteresado. Se siente indiferente ante su trabajo, ante un romance que de pronto surge, y con las sospechas de que su esposa es una espía. Caso contrario a una Marion Cotillard que no es el mejor papel que ha realizado en mucho tiempo, pero queda como anillo al dedo con la visión que tenemos de una “femme fatale” (curioso, ya que viene siendo la tercera ocasión en la que interpreta a este tipo de personaje), es sólo que resulta curioso ver cómo se abalanza para obtener la atención de su contraparte y así es como pierde la lógica de que existe amor… y de que debe interesarnos

Fácilmente la peor escena de sexo del año pasado.

Zemeckis se siente ausente en su estilo, que siempre es el de ser ingenioso con las tomas y efectos especiales que aportan a un filme, no lo consumen; incluso su más fiel compañero –Alan Silvestri– presenta un score simple, que no explota en las melodías comunes del compositor y que están, solamente eso. Aliados no es una película horrenda, es muy ambiciosa para su propio bien y al no tener fuertes cimentos comienza a derrumbarse lo que podría haber sido una película interesante del género.

Para la próxima mi estimado Robert Zemeckis… si es que hay otra, porque los tiempos son muy raros y no entiendo por qué tienden a olvidarte.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO