¡Hola apreciables lectores! Tengo ya tres semanas en Chile, el país del mundo que más quería conocer, historia que conté en mi última columna para Zona Franca Noticias. Esta ocasión no podía haber elegido otro título que no aludiera a la canción “Latinoamérica” de Calle 13, pues explicaré porqué es que ese verso es justo el que creo que resume la magnitud de cosas que en mi mente y en mi corazón se anidan después de que como dije, llevo tres semanas ya en la tierra de Pablo Neruda y Los Andes nevados.
Creo que cuando la gente de mi edad viaja lo hace sólo en calidad de turista, sin implicarse un poco más en los contrastes, o en siquiera conocerlos y saborearlos. Pero para mí esta experiencia que está siendo genial, y que será de tres meses tomando en cuenta desde cuándo llegue, ha sido genial y me ha brindado mucho aprendizaje.
He aprovechado para conocer todo cuanto he podido, y para hacer contacto con la gente, la cultura, el diario vivir y las costumbres del extraordinario país en el que estoy. Y por más que me maravillo con las diferencias… ¡No dejo de encontrar similitudes! Pero eso es lo que somos: ¡Países que no han sabido potenciar su hermandad cultural, histórica, lingüística, y social!
Chile está viviendo una inmigración importantísima, pues su estabilidad económica ha sido atractiva para los venezolanos que han decidido salir de su patria por la supervivencia propia y de los suyos -los familiares que se quedan-, siendo también una nación que históricamente ha recibido a muchos peruanos. Pero además hay colombianos, y una cantidad importante que va en crecimiento de haitianos, pues según he leído y me han contado chilenas y chilenos, Michelle Bachelet abrió las fronteras para el país caribeño de par en par en apoyo a su delicada situación económica que además se agudizó con los desastres naturales sufridos en la última década.
Sin embargo Chile -a diferencia de México- tiene poco tiempo, aproximadamente una década para ser exactos, recibiendo extranjeros para radicar en su país. Los extranjeros radicados aquí, al igual que chilenas y chilenos, aceptan que son un país que discriminan racialmente, pues de hecho en Chile nunca se había visto a personas de raza negra radicando acá, simplemente no está en los orígenes del país, a diferencia de naciones como Colombia, Brasil y Venezuela, quienes les recibieron desde épocas de la colonia por las embarcaciones que España y Portugal traían de África.
Pero en lo personal… ¿De qué podría asustarme? Si México se ríe y discrimina a Yalitza Aparicio, nuestra actriz oaxaqueña que está triunfando en Hollywood y en la ONU.
Me hablaba Salvador -un buen amigo chileno- hace dos semanas, “del pago de Chile”, lo que se refiere a la forma en la que Chile trata a sus conacionales. Me refería que son un país que no contiene a artistas, ni a grandes patriotas, ni a talentos académicos o a liderazgos importantes… Y recuerdo que me lo platicaba sintiendo a flor de piel lo “mal que su país hace”, mientras yo pensaba: “¿Cómo? Me habla del pago de Chile como si fuera mi país el que estuviera siendo descrito”.
Y si, es cierto, Chile desterró y exilió a Gabriela Mistral, que por cierto supo ser aprovechada en el mejor de los sentidos por México, a través de Vasconcelos, el entonces Ministro de Educación del Pdte. Álvaro Obregón, a quien le debemos el programa curricular de la educación primaria, después de que profesionalmente se dedicó a recorrer México completo para hacer una propuesta aterrizada.
Las y los cantantes chilenos… ¿Dónde triunfan?, por ejemplo, sabemos que en México.
¡Pero cuidado hermanas y hermanos mexicanos! ¿Se nos olvida dónde ha triunfado Iñarritu, Del Toro y Cuarón? ¿Se nos olvidan los atletas que han tenido que nacionalizarse australianos por falta de oportunidades y apoyo en México para destacarse olímpicamente?
¿Alcanzo a expresar y a dar entender mi punto? ¡Estamos tan “ensimismados” en América Latina! ¡Y por ello estamos reduciendo tan estúpidamente las posibilidades de integración, que nuestras dificultades crecen al solucionar aisladamente nuestras problemáticas, porque además nos negamos la oportunidad los unos a los otros de compartir nuestros aciertos y el cómo de nuestros logros! ¡Qué carajo podemos crecer con un Maduro que oprime a un pueblo militarizando a todo el Estado venezolano para afianzarse en el poder! ¡Qué queda del liderazgo de México en América Latina con un Presidente que no nos presenta en el extranjero y que desde que llegó carece de una estrategia acertada para atender los índices de violencia?
¿Cómo podría Chile tener un desarrollo integral si no reduce sus elevados índices de desigualdad y de contaminación medioambiental?, ¿Cómo podría Brasil potenciar su influencia con un Bolsonaro que se enfrenta con todo el mundo con soberbia y “supremacía” ?, ¿Qué hay de una Argentina que no “ve la suya” desde hace años sin poder salir de la crisis económica que hunde y hunde cada vez más a su moneda?, ¿Qué sucederá con un Perú y su sistema de justicia tan lento y lleno de corrupción?… ¡Caray! ¿Qué podría suceder con una Centroamérica que se pelea entre sí?
¿Nos damos cuenta? Pareciera que nuestro ADN está tan arraigado y homologado en todos los sentidos, que mientras México, Chile y cualquiera de los hermanos latinos no priorice a su gente y no deje la integración como un concepto a citarse en discursos de Cumbres Presidenciales de la región, rezagaremos por más tiempo el desarrollo y el combate a la pobreza, a la corrupción, a la desigualdad social, y a un mounstruo que nos destruye hasta la médula: La producción y el tráfico de drogas.
Mexicanas y mexicanos, desde acá un compatriota que viene a servir a su país hermano después de trabajar en León, en una comunidad suburbana por seis años con lo que más nos duele, la desigualdad social y todo con lo que de ella se desprende. ¿Saben que acá me he dado cuenta de lo mucho que la Reforma Educativa en México benefició y nos puso a la vanguardia internacional?
En Chile no hay educación socioemocional en el modelo educativo nacional, y la educación pública simplemente no está por ahora interesada en el tema. Además, no hay formación en cuanto a la identidad nacional… ¡La cultura es tan importante! Es ella la que te permite saberte de un lugar para poder ser después ciudadano de un mundo globalizado.
Pensaba “al no salir de mi metro cuadrado” que México se estaba consumiendo solo en el tema del consumo de drogas. De cierta forma “es un decir” pues conocía que es un problema mundial, y latinoamericano arraigado… Pero al venir a trabajar a Chile como profesional voluntario para el tratamiento y la prevención, me encuentro con un País que está perdiendo a miles de jóvenes, de una agresiva y desmedida manera.
Que quede claro apreciables lectores, que jamás escribiría yo en función de una crítica al país que me ha abierto las puertas y a través de cientos de personas increíbles me ha abierto su corazón… ¡Además de que no vengo de “Méxicomagicolandia”! Pero caray, dejemos el malinchismo, al menos de mi país y de Chile me he percatado de que se piensan con enormes problemas a enfrentar en soledad…
¡Seamos honestos! Como ya lo dije, la integración ha sido un tema ridículo de discursos llenos de saliva política, por eso seguimos sin tener referentes actuales de liderazgos que busquen en realidad lo que el gran Simón Bolívar soñó con la Gran Colombia…
Por supuesto, hay mucho que cada país ha ido logrando tanto en indicadores de crecimiento económico, como de creación de instituciones y de estrategias en favor de atender sus respectivas problemáticas sociales, pero si algo me ha enseñado este viaje, es justo que sería bueno que América Latina volteara a ver más a la Unión Europea… ¡Nosotros a diferencia de ellos compartimos el idioma! Tal vez salvo Brasil, incluso con él somos uno en todo lo anteriormente referido.
Llámenme soñador, pero es justo con ideales que se inician las cosas. Estoy contento de haber realizado mi primer viaje internacional distinto al de la mayoría de mexicanos… ¡Estados Unidos no lo es todo!
Ser voluntario y turista en Chile me ha recordado lo mucho que amo mi sangre latina y lo mucho que me inspira el ideal de la justicia y la equidad social.
Nos leemos la siguiente, no sin antes decirles que las chilenas y chilenos, al igual que a las mexicanas y mexicanos, también les enorgullece su solidaridad mostrada después de cada terremoto… ¿Así o más claro? Somos tan similares que nos han unido y hecho crecer, circunstancias y dolores similares…
¡Enfatizaré más en el tema de educación y consumo de drogas pronto!
“Que la Esclavitud se proscriba para siempre, y lo mismo la distinción de Castas, quedando todos iguales, y sólo distinguirá a un Americano de otro el vicio y la virtud”.
Sentimientos de la Nación, Generalísimo Morelos.
Libertador mexicano.
