Por Diego Villegas
El aumento en los índices de calidad de vida, el mejor manejo del tiempo libre y la conectividad en la comunicación y en el transporte han permitido que muchas personas puedan viajar favoreciendo al turismo social y a los prestadores de servicios que entienden el fenómeno del turismo “lowcost”. Guanajuato tiene gran variedad de tipos de turismo, migrando desde el clásico turismo cultural histórico al turismo de negocios y cada vez introduciéndose con mayor fuerza al turismo deportivo, nocturno y comercial.
El cambio de actitud de los guanajuatenses en donde la mayoría de sus municipio ha trabajado en el área de productos y ahora cambian a ser embajadores turísticos, ofrecer servicios o tener contacto con turistas nacionales o extranjeros que visitan nuestro estado para ver un partido de fútbol o disfrutar un espectáculo, se dificulta, pero al mismo tiempo está siendo forjador de la sociedad, factor de potencia económica y protagonista del ordenamiento territorial y del desarrollo local.
Los visionarios en temas comerciales invierten en ofrecer experiencias en plazas renovando e innovando en lo que ofrecen a sus visitantes con el objetivo de tener centros comerciales atractivos para los habitantes de la misma ciudad o visitantes nacionales y extranjeros; también al incorporar tiendas de renombre, hoteles, centros de salud, pistas de hielo, acuarios, zonas temáticas y áreas de comida, para los usuarios.
Como habitantes tenemos la responsabilidad de entender el sentido y desarrollo de cada proyecto que pasa en nuestra ciudad; tenemos que ser partícipes en atender a los visitantes que llegan y que posiblemente somos el primer contacto con nuestros hermosos municipios; identificar que todas las actividades generan impactos positivos y negativos en cuestiones sociales, ambientales y económicas y que existen acciones de mitigación para la prevención, control, atenuación, restauración y compensación de impactos negativos que acompañan el desarrollo de un proyecto, a fin de asegurar el uso sostenible de los recursos naturales involucrados y la protección del medio ambiente.
El sentido de pertenencia muchas veces sale a flote hasta que alguien más se interesa o quiere obtener un beneficio, cuando durante años hemos ignorado el potencial que tenemos los residentes. Tenemos que fortalecer los valores para poder ser buenos anfitriones turísticos; tenemos que eliminar la corrupción, los malos tratos, venta de boletos falsos, las amenazas y peleas por preferencias distintas a las nuestras; exigir claridad en la generación de eventos, programas o proyectos y lo anterior no clasifica en buenos o malos, porque para el turismo y el ambiente no existe esta diferencia, lo que hay es planeación, qué hay antes, qué hay después y qué hay detrás de bambalinas.
Los festivales, conciertos y eventos deportivos generan una importante cantidad de residuos sólidos urbanos, pero también dejan una atractiva derrama económica, es por ellos el interés de este giro, entonces tenemos que involucrar el desarrollo sustentable y poder equilibrar todas las acciones, gestiones y sus resultados por el bien del turismo, del ambiente y de nuestra sociedad porque la “sustentabilidad está en manos de todos”.
