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viernes, abril 19, 2024

Animals

Después del viaje nostálgico y recriminatorio de Wish You Were Here ¿Qué fue lo que hizo que Pink Floyd se decidiera por Animals? No existen muchos datos sobre la grabación del material ni del porqué de sus canciones. Y la historia bien se ha encargado de olvidar ese pasaje en la banda; nada extraño si consideramos que este álbum vive a la sombra de dos gigantes en ventas posterior y a priori de su existencia.

¿Por qué Animals no comparte esa misma suerte?

Animals fue un álbum difícil de vender porque ni siquiera obtuvo un sencillo. Claro que eso te ganas al tener 5 canciones de las cuales dos son introductorias y las demás resultan ser épicas de más de 10 minutos que se volvían la pesadilla de una estación de radio, su única venta fue en parte a su nombre y al misterio del material.

Ese cerdo volando entre la inmundicia de una fábrica sería una alegoría de la situación del álbum: un gran mensaje y producto que no fue apreciado en su tiempo.

Animals sería la primera vez que el grupo analizaría su entorno con una mirada más agresiva. Mucho se ha mencionado de la fascinación de Roger Waters con George Orwell y del cómo esto se manifiesta en el álbum –Rebelión en la Granja para ser exactos- pero creo que no hay una visión esperanzadora pero sí una más desencantada con todo nivel social.

El viaje es un encapsulado generado por Pigs on the Wing (Part One). Suele entenderse como una canción de amor, pero no creo que sea el caso, ya que la intención es más de advertencia, no habla de una situación de pareja ni del cómo se han alejado. Roger Waters nos previene de deterioro social que vamos a sentir en un momento de nuestras vidas porque nunca nos interesó y por lo que vamos a terminar buscando “cerdos en el aire”, es decir: quimeras.

Y aparecen los tres animales.

Dogs es la avaricia pura. Sea desde un hombre de negocios, hasta en un ser de la más baja sociedad y tristemente lo veo reflejado en la mentalidad de nosotros, los mexicanos… en serio. Esa idea de aprovecharse, de no pensar en el otro, de tener un éxito personal para después morir olvidado y avejentado por una sociedad decadente que tú mismo formaste, es muy aterradora. Es para el cuarto verso –porque en los anteriores se nos trazó el ciclo de vida de este “perro”- que hay un cambio en el punto de vista. Es ahora “el perro” el que se cuestiona, del que está siendo usado y remata con un descorazonado pensamiento: que aquel “perro” no va a cambiar y de que todos son enemigos. Es la canción más larga de Animals pero en ningún momento fallece el interés, en parte por la voz de Gilmour y su estructura dramática que parece salida de una pesadilla, repleta de texturas y evolución de acorde a su letra.

Un gruñido seguido de un disparo estelar nos transporta a otro animal: Pigs. Pink Floyd se encuentra por primera vez en una canción anti “establishment”, en donde las soluciones no imperan la letra, pero sí la denuncia de tres figuras políticas que asocia con los cerdos de la novela de Orwell (grandes villanos de la literatura). Es muy interesante porque tiene una cantidad insuperable de elementos peculiares, como el uso de un cencerro (tal y como le gusta a Christopher Walken), un solo con talk box y los acompañamientos perfectos del teclado de Richard Wright y una agresiva batería por parte de Nick Mason que lejos de aplastar todo este abanico sonoro, le dan tempo, mientras que Roger Waters alimenta su petulante sentido de inconformidad con un David Gilmour en forma de transmisión de radio que insulta con un tono seductor.

Y si el caos de Pigs no era suficiente, con Sheep se le da cierre a la temática. La decadencia de las otras dos obras impera con los que suponen son el punto más bajo de la cadena social. Y en un giro, estos se cansan de su situación, deciden arrasar con los perros… pero con resultados poco agradables. Waters ve patéticos los intentos de formular un nuevo orden en este mundo, considera que las “ovejas” terminarán siendo nuevos “perros”, y volverá el mismo posicionamiento de injusticias y estupidez a un grado incrédulo. Debe de ser una de las canciones más agresivas del grupo, porque no se tienta el corazón en plasmar blancos y negros, todos son cómplices de la falla de nuestro mundo, incluso la religión en un momento en donde aparece el salmo 23:1 desvirtuado de la fe y apuntando más al control de masas (ganándose de inmediato el odio de los grupos religiosos que mencionaban a Pink Floyd como “adoradores de Satán”).

Después de desmoronar los conceptos de justicia y progreso entre los animales en el final de Sheep cuyo desenlace evoca al caos que logrado por parte de una rebelión sin éxito, Animals culmina con Pigs on the Wing (Part Two). Mismo tono, mismo  uso de guitarra acústica, pero aquí, el mensaje deja de ser advertencia, y es uno de esperanza, algo extraño considerando que durante todo el disco la música fue opresiva. Al final queda todo claro: “And any fool knows a dog needs home/A Shelter from pigs on the wing”. Waters nos menciona de que debemos estar tranquilos con nuestros cercanos, y así, esos cerdos volando dejarán de ser amenazas y volverán a ser lo que siempre debieron ser: sueños.

Animals es mi segundo disco favorito del grupo. Lo recuerdo haber escuchado durante mi adolescencia y quedar cautivado tanto por la estructura como por ser único dentro del catálogo de Pink Floyd. Jamás volverían a tener esa agudeza política, ni esa actitud más punk que el propio punk de sacar canciones extremadamente largas sin fines comerciales de tener éxitos en la radio; fue parte del descontento del grupo con los estudios discográficos pero también un avance de desprecio entre los propios miembros y del control masivo de Roger Waters en el grupo quien terminaría construyendo un “muro” de aislar con sus fanáticos, su familia, y sus amigos. Todo eso queda capturado en 5 canciones.

Pero lo más destacable, es que Animals no ha envejecido. No es una trama ficticia ni una ópera rock de animales, es nuestro mundo, nuestros gobernantes… nuestras injusticias. No hay un orden entre las masas, la imagen falsa del control se está perdiendo en todas partes, nuestros líderes son unos imbéciles y es curioso cómo es el tiempo, pues ahora Animals deja de ser un material olvidado entre la sombra de gigantes para volverse un himno sobre nosotros: se ha vuelto moderno.

Podemos aprender de sus perros, cerdos, ovejas, y anhelar a esos cerdos que vuelan. Felices 40 años Animals.

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