Rogelio García Espinosa
Con mis mejores deseos para ustedes en este año que comenzando está, y con la seguridad de que, en cuanto las actuales y nefastas autoridades municipales se vayan todo estará mejor en “La Ciudad Histórica de Guanajuato y Minas Adyacentes”, me permito reiterar la intención de seguir con la defensa, rescate, conservación, investigación y socialización del Patrimonio Nacional Mexicano, y por supuesto, del Patrimonio Natural y Cultural Guanajuatense. ¡¡¡Año Nuevo y vamos pues, por la defensa y conservación del Patrimonio!!!
Los que estábamos convencidos de que, el puesto de alcalde le quedaba y le queda extremadamente grande al actual presidente municipal, no hemos visto defraudados nuestros convencimientos, al contrario, se ha reafirmado todo lo que desde hace tiempo ya sabíamos, la incompetencia y la ambición, serían los ejes que marcarían el comportamiento de la actual administración municipal. Desgraciadamente, para la mayoría de la población que suponía que era necesario conceder el beneficio de la duda a personaje de tan dudosa competencia, las cosas han resultado verdaderamente desconsoladoras. La semana pasada, cerrábamos el año con dos artículos publicados en Zona Franca y firmados por Tere Segura, en el primero de ellos, se hace referencia a que el alcalde no ha cumplido las promesas de su pasada campaña electoral, y los compromisos que asumió con la ciudadanía han sido total y socarronamente defenestrados. En el segundo, se menciona algo así como que, a contentillo del alcalde, desde hace tres meses el Órgano de Contraloría Municipal se encuentra sin titular.
Me parece que, aunque coincido en su totalidad con ellos, los comentarios vertidos se quedan un poco cortos, pues además de lo señalado en el sentido de que no se ha atendido el problema de la recolección de basura; el caprichoso y tendencioso proyecto para la construcción de un innecesario museo de las momias, que de ninguna manera se justifica y que el alcalde con desesperación hasta el último momento quiso atrincherase en él; la deficiente o nula gestión para el mejoramiento del transporte público y demás que se mencionan en los artículos de marras. Me parece necesario destacar, que la incapacidad del alcalde y del ayuntamiento para la integración de un Plan de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico y Territorial, ha sido fuertemente criticada por los que le apoyaron y por supuesto, por los que no le apoyaron.
Independientemente de las promesas incumplidas, me parece necesario mencionar las actividades que, aunque no las haya ofrecido en su campaña electoral, son acciones que merecen ser planteadas, reflexionadas y denunciadas con la mayor intensidad posible, ya que, de manera directa, atentan contra el legado patrimonial de los guanajuatenses.
Desde la llegada del actual cabildo, el alcalde se ha empecinado en desconocer la enorme riqueza patrimonial que la ciudad de Guanajuato posee, y ha encaminado sus esfuerzos e intenciones para alterar significativamente la autenticidad de sus bienes patrimoniales, naturales y culturales, tangibles e intangibles. Aquella anticuada idea de que los bienes patrimoniales son objetos curiosos y que para verse atractivos necesitan maquillaje, sin lugar a duda es la que ha permeado en la actual e incompetente administración municipal.
El ayuntamiento, y por supuesto su presidente con sus desconcertantes iniciativas, no han podido entender que los bienes patrimoniales lo son, no por su atractivo, sino por la riqueza histórica, antropológica, artística y cultural que el tiempo, la comunidad y el imaginario colectivo le han otorgado al bien, por lo tanto, el Patrimonio Natural o Cultural, más que maquillaje, necesita atención, protección y sobre todo, conservación; sí, conservación no sólo en cuanto a sus características materiales, características que a todas luces han sido sensiblemente alteradas, sino también, a todas aquellas iniciativas que vayan en contra de los modelos de pensamiento que predominaron en un momento histórico determinado, y que son el origen de nuestros bienes patrimoniales.
Otro de los aspectos a destacar de la actual administración municipal, es el cortísimo alcance que de la definición de patrimonio mantiene, ya que, no han entendido que los bienes más preciados del patrimonio guanajuatense, somos los guanajuatenses mismos y el territorio donde vivimos y nos desenvolvemos, vamos, el patrimonio no sólo se conforma por los bienes materiales, muebles e inmuebles depositados en la mancha urbana, el patrimonio es todo lo que nos pertenece e identifica y por supuesto, se integra también, (y pudiéramos considerar que en primera instancia), por la población y su territorio. Entonces y atendiendo a lo anterior, la función del ayuntamiento y del alcalde, no es sólo la de inventarse proyectos y obras que les reditúan pingües ganancias pero que poco benefician a la población. La función principal del alcalde y su ayuntamiento, y por supuesto su mayor responsabilidad, es la de diseñar e impulsar proyectos y estrategias para que los guanajuatenses vivan con dignidad y en armónica convivencia, en una ciudad reconocida por la UNESCO como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
¿Como es posible entonces que, atendiendo a las condiciones tan especiales que derivadas del virus caracterizó todo el año pasado, las autoridades municipales hayan tenido esa pésima gestión para la adecuada atención a la situación de contingencia? ¿Como es posible que en lugar de atender lo que sucede en ésta, nuestra casa y a nuestra gente, las autoridades municipales le otorguen mayor atención y traten de justificarse con lo que sucede en otras regiones del país? ¿Como es posible que hagan caso omiso a las constantes denuncias, que una buena cantidad de vecinos y particulares han estado implementando en contra del insoportable ruido, que desde la tarde y hasta altas horas de la madrugada principalmente en el centro histórico se mantiene? ¿Como es posible que, en lugar de vigilar el desarrollo armónico y la adecuada convivencia entre los vecinos, las autoridades municipales hayan expedido de manera totalmente irregular e injustificada, esa impresionante cantidad de permisos para el establecimiento de bares y cantinas? ¿Como es posible que, prestando oídos sordos a las quejas y denuncias de los habitantes del barrio, se hayan desentendido de la injustificada alteración que está sufriendo uno de los inmuebles más tradicionales del Paseo de la Presa? Me refiero a la casona conocida como: “Casa de Antonia del Moral” y que, para ser más preciso, se ubica en: Paseo de la Presa 142, esquina con Callejón de San Antonio.
Proyecto que, sin lugar a duda, repercutirá sensiblemente en los vecinos inmediatos y alterará también, la calidad de vida y las condiciones en las que tradicionalmente en ese singular e identitario barrio se vivía.
Vamos, ejemplos hay muchos: Santa Rosa-Cucursola; La Bufa, Hormiguero y Picachos; Las Lechuguillas; El Arañazo; El Paseo de la Presa; El Patrimonio Edificado; Los Espacios Públicos, etcétera. En cada uno de ellos estaremos profundizando con mayor rigor en nuestras próximas reflexiones, ya que, con la intención de defender y conservar el patrimonio natural y cultural de los guanajuatenses, no es posible seguir atendiendo a la absurda e irregular posición que como ya lo mencionamos, además de la pésima gestión para el control de la pandemia, es la que de alguna manera marcó también en el pasado 2020 la actitud del ayuntamiento; actitud impulsada fuertemente por el alcalde y más notoriamente por el todavía Director de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Ecológico y Territorial; para muestra un ejemplo claro: A la casona del Paseo de la Presa y a su actual propietario, por todo el daño que le ha ocasionado al inmueble, a su entorno y a los vecinos, solamente le cobraron una multa de 4,344.00 pesos, Sera posible entonces que: ¿Con una multa aproximada de 4,500.00 pesos todo se puede regularizar? ¿Ridículo no?
* Doctor en Pensamiento Español e Iberoamericano Universidad Autónoma de Madrid, España.
