- Publicidad -
viernes, marzo 29, 2024

Ansiedad, contingencia, confinamiento y nutrición

Ana Oliva Caballero Lambert, MPC, NC, CN

¿Marzo? ¿Abril? ¿Desde cuándo estás guardándote y guardando a los tuyos en casa? Probablemente no has dejado de trabajar, pero al final del tiempo la situación no es muy diferente para todos nosotros. Parece ser que el mayor signo de los tiempos a partir de que iniciaron los casos de infección por SARS-COV-2, es la incertidumbre.

La incertidumbre puede enloquecer a cualquiera. No se sabe hasta cuándo se resolverá esta pandemia, no se sabe cuándo habrá una vacuna. Tampoco tenemos certeza de lo que ocurra con nuestras familias en un panorama donde cada vez tenemos más cerca a personas enfermas o fallecidas por esta enfermedad. ¿Habrá trabajo? ¿Me enfermaré? ¿Alguien en mi familia se pondrá grave o trascenderá? Con todo esto, no es extraño encontrar más de un caso de ansiedad, en sus distintas manifestaciones o grados de gravedad.

El Dr. Jeff Huarcaya-Victoria, psiquiatra peruano, publicó este año un artículo en el que señala que la pandemia ha traído alteraciones emocionales importantes, entre las que señala ansiedad por la salud, depresión y distintas reacciones por estrés. Yo agregaría a esto: ansiedad por la incertidumbre del futuro, exacerbación de la sintomatología de conductas alteradas de la alimentación asociadas a estados emocionales diversos (como incremento en el picoteo de comida, comer compulsivo o incluso dejar de comer). De hecho, en mi consulta se ha elevado la solicitud para el tratamiento de trastornos alimentarios francos. Parece ser que ya no puede pasar desapercibido lo evidente.

También ha habido un aumento importante en la consulta por obesidad. Los pacientes que no se sostuvieron en control durante los dos primeros meses, me han reportado incrementos entre 2 y 6 kg de peso. El consumo de jugos industrializados, galletas, frituras y pedidos de comidas a domicilio han sido una constante. No solamente lo digo yo por lo que veo en mi consulta. Recién se acaba de publicar la ENSARS-COV-2, encuesta telefónica realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública a población mexicana durante esta contingencia. En ella se muestra que cerca de la mitad de los encuestados (as) consumieron bebidas endulzadas y productos como dulces y botanas, durante la última semana, previa a la valoración. El Dr. López-Gatell ha hecho mucho énfasis sobre los inadecuados hábitos alimentarios en México y su relación con obesidad, diabetes mellitus tipo 2, hipertensión y, ahora, mortalidad por COVID-19. Urge un cambio en la forma como comemos, nos ejercitamos y cuidamos de nosotros mismos. Muchas personas decidieron hacer ejercicio mientras tenían la posibilidad de hacer “home-office”; sin embargo, en la misma ENSARS-COV-2, se señala: “Hubo un aumento del 15% en el sedentarismo. El número de personas que pasaron de estar sentados o reclinados de cuatro a siete horas por día previo y durante la cuarentena pasó de 29.3% a 44.7%, y de igual manera lo reportado de estar recostado o reclinado por más de ocho horas aumentó un 5% durante el confinamiento.”

Ciertamente en nuestro país hace falta educación alimentaria y la elección de alimentos. ¿Ustedes qué tipo de alimentación han llevado durante el confinamiento? En España, la Dra. Pérez-Rodrigo y colaboradores, publicaron este año un estudio en el que muestran que la población española incrementó el consumo de frutas 27%, huevos 25%, leguminosas 22.5%, verduras 21%, pescado 20%. En cambio, disminuyeron las carnes procesadas (como los embutidos) en 35.5%, la pizza en 32.6%, las bebidas alcohólicas en 44.2% y el chocolate en 25.8%. Recordemos que la indicación es consumir dos o más porciones de fruta al día, tres de verduras, carnes magras (bajas en grasa, como pollo, pescado y cortes magros de res como el bistec, la pulpa, la falda o el filete), lácteos desgrasados y grasas de origen vegetal (aceites y aguacate).

Estoy consciente de que la situación de estrés, las ocupaciones, el multitasking de muchas madres de familia (y padres también), puede generar resistencia a cambiar los hábitos alimentarios y de estilo de vida en estos momentos, pero nadie les pide que hagan todo de una vez. Se pueden ir dando pasos. Cambiar una conducta cuando se tenga oportunidad. Aquí comparto algunas estrategias que podrían serles útiles para esto:

  1. Revisar lo que hay en las alacenas y refrigeradores para evitar desperdicios.

  2. Planear los menús en familia antes de comprar los insumos.

  3. Hacer la lista de compras con base en los menús, para evitar comprar lo que no se empleará o que dará pie a que comamos de más.

  4. Solicitar la compra a terceros, para que no se antojen alimentos innecesarios.

  5. Hacer los pedidos solamente una vez por semana.

  6. Incluir en cada comida principal, fruta y verdura.

  7. Mantener horarios adecuados de alimentación: Desayuno, antes de 10 am, comida entre 3 y 4 pm y cena entre 8 y 10 pm.

Otras recomendaciones incluyen: tomar agua natural suficiente y evitar bebidas azucaradas. Dormir entre 6 y 8 horas en el caso de los adultos y 8 a 10 en el caso de los niños y adolescentes. Tomar el sol de 15-20 minutos diarios. Realizar ejercicio: una hora diaria los chicos, 150 minutos por semana los adultos. Limitar la compra de alimentos indulgentes, es decir, dulces, golosinas, frituras, bebidas con azúcares adicionadas, productos de bollería.

Específicamente para trabajar la ansiedad, el Dr. Huarcaya-Victoria indica que es necesario que evaluemos bien la fuente de información que estamos revisando. Abundan las noticias falsas (fake-news), así como las amarillistas o alarmistas. Una buena recomendación sería apegarse a lo que señalen los canales oficiales de las dependencias de los distintos niveles de gobierno. También requerimos mejorar nuestros sistemas de apoyo: acercarnos más y fortalecer los lazos con nuestra familia, nuestros amigos o con nuestra pareja, según el caso. Necesitamos eliminar el estigma asociado con la pandemia y mantener una vida normal en condiciones seguras. En los casos necesarios, hay varios canales para pedir ayuda: líneas telefónicas, videollamadas o la búsqueda de atención profesional.

En lo concerniente a nutrición, varias asociadas del Colegio de Nutriólogos de León están trabajando activamente en pro de la salud de la población, con consulta presencial y en línea.

Autor: Ana Olivia Caballero Lambert. Miembro y expresidente del Colegio de Nutriólogos de León. Nutrióloga clínica. Maestra en Psicología Clínica. Nutrióloga certificada por el Colegio Mexicano de Nutriólogos. Especialista en obesidad, diabetes, embarazo complicado y trastornos alimentarios.

ÚLTIMAS NOTICIAS

ÚLTIMAS NOTICIAS

LO MÁS LEÍDO