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viernes, abril 19, 2024

AMLO, la luz del mundo

El multimedia o internet están cambiando el campo de la comunicación, no solo en los aspectos tecnológicos, sino también en la esfera económica, por la construcción y avances de la autopista de la información. 

Se están produciendo gigantescas fusiones en telefonía, cable, informática, televisión, publicidad,  video, cine, etcétera; creando un mercado global de la información y la comunicación, integrado por las redes electrónicas y los satélites funcionan sin fronteras, en tiempo real y sin interrupción, semejante al modelo del mercado de capitales y de los flujos financieros que se mueven en forma permanente. 

Este es el futuro comunicacional por el éxito de Internet, red mundial de microordenadores que dialogan por los módems, es decir, en 2019 existen aproximadamente 4 388 millones usuarios de Internet activos; internautas conectados en un ciberespacio inmaterial, por lo que, la televisión y la prensa escrita no se encuentran al margen de la multimedia y la nueva utopía tecnológica. 

Es el monopolio de las redes de información, por ello, se recuerdan los llamados de alerta del escritor inglés Goerge Orwell en su novela política de ficción 1984, publicada en 1949, el Gran Hermano vigilante del pensamiento y de la neurolengua, y que en nuestros tiempos se vuelve realidad, es el caso de Un mundo feliz del escritor británico Aldous Huxley, publicada en 1932, anticipa el desarrollo en tecnología reproductiva, cultivos humano, manejo de las emociones por medio de drogas que, combinadas, cambian radicalmente la sociedad que estamos viviendo.

Este es el cambio que se busca, por hoy la información se considera como una mercancía, es el carácter predominante respecto a la misión fundamental de los media: aclarar y enriquecer el debate democrático, y solo existe sobreinformación que no significa siempre buena información y democracia. 

El asunto Andes Manuel López Obrador, es relevante, por la repercusión mediática que quiere alcanzar, como responsable político y espiritual quiere transformar. Intenta provocar un cortocircuito mediático, es decir, aumentar la intensidad de la información para llegar a un choque mediático total de globalización emocional. Especialista en el manejo de las emociones para entrar en la información global con un tema mediático planetario.

Este es el objetivo del movimiento que están haciendo los fieles de la Iglesia La Luz del Mundo y  la clase política gobernante de México que tiene destacados miembros; de acuerdo al censo general de religiones del INEGI en 2010, señaló que cuenta con más 200,000 afiliados, ahora creció gracias al gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

Quiere construir una nueva era de la información en México, piensa desencadenar una crisis de locura comunicacional incontrolada. Volver loca a la prensa escrita y a la televisión, utilizando la esfera de Internet como un nuevo media de información.

Por ello, el 15 de mayo de 2019, día del maestro en México, la Iglesia La Luz del Mundo rindió homenaje en el Palacio de Bellas Artes a Naasón Joaquín García, “Apóstol de Jesucristo”, que en estos momentos se encuentra preso en Estados Unidos, acusado de abuso sexual, pornografía infantil y trata de personas entre otros delitos. En México no se castiga se premia, por lo mismo ¿Dios esta triste o contento? 

Es el culto a la personalidad de Andrés Manuel López Obrador, sólo pongo tres ejemplos: 1) las conferencias mañaneras que son sermones sacerdotales, 2) sus vínculos religiosos como profeta liberador y líder supremo guía espiritual, 3) en las escuelas públicas, se leerá una carta suya a los maestros en la cual afirma que con él empieza la “Nueva Escuela Mexicana”. Una nueva Era.

La televisión ha dado la impresión de estar fuera de este juego. Las redes de televisión se han visto obligadas afrontar un dilema sencillo: como hablar de la ineficacia presidencial en cuestiones de seguridad y su acercamiento cristiano con el Estado, laico para resolver los problemas violentos en México. 

Las cámaras de televisión recorren las calles presentado imágenes de violencia, llegando al   paroxismo. Los periódicos publican todo lo que se les ocurre. La desproporción entre el supuesto acontecimiento y el estrépito de los media lleva hacer sospechar que están montando todas las piezas de la crisis de inseguridad y los casos de pobreza extrema. No es malo como gobernante es un líder carismático.

Ejerce dos parámetros de influencia determinante sobre la información: el manejo del mimetismo mediático y la hiper-emoción. Entendemos por mimetismo la propiedad que tienen algunos animales y plantas de modificar su apariencia para parecerse a otros seres, incluso el político tiene capacidad como animal político de cambiar de apariencia para producir un engaño y confundir, ¿es apóstol religioso o líder político?

La hiper-emoción, he existido siempre en los media, que juega fácilmente con lo sensacional, lo espectacular, el choque emocional. Ha establecido una nueva ecuación informacional que podría formularse así: la emoción que siente al estar viendo una imagen es verdadera, entonces, la información es verdadera: solo basta ver para comprender. 

Y, todo esto acredita la idea de que la información no importa de qué información se trate, siempre es simplificable, reductible, convertible en espectáculo de masas, divisible en un cierto segmentos-emociones. Sobre la base de la idea existe una inteligencia emocional, esta concepción de la información rechaza cada vez más el análisis y favorece la producción de sensaciones. El aprovecharse del trabajo y el esfuerzo de los demás como sucede con los 200 medallistas mexicanos de los Juegos Panamericanos Lima 2019, que son triunfo de los deportistas y no del gobierno.

La consecuencia principal de este mimetismo mediático y de este tratamiento mediante la hiper-emoción es que todo está preparado para la aparición de un mesías mediático. Como vino a anunciar el asunto de Andrés Manuel López Obrador. El dispositivo está listo, no solamente desde el punto de vista tecnológico, sino sobre todo psicológico. 

Alguien que transformaría la política en tele-evangelismo, que soñaría con cambiar el mundo sin pasar jamás a actuar en esa dirección, que plantaría la apuesta angélica de una evolución y transformación sin revolución, hacer la historia solo con la asistencia directa al acontecimiento por medio de imágenes. Los periodistas, los media, los ciudadanos se encuentran en la espera de una personalidad portadora de un  discurso de alcance planetario, basado en la emoción y la compasión: una mezcla de político y santo.

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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