Cambio es acción o efecto de cambiar; en algunos casos se utiliza como sinónimo de reemplazo, permuta, cambalache, sustitución, trueque, dejar una cosa o sustituirla por otra.
Cambiar es intercambiar, trocar, evolucionar, innovar, renovar, distorsionar, modificar, reformar, trasladarse, marcharse, irse.
Por lo que se busca cambiar no el cambio de objeto o cosa, que buscan asociar algunos líderes y dirigentes políticos; cambiar es más transformar, pasar de un estado a otro, por lo siguiente.
Es cierto, existe un debate internacional de crisis financiera, hoy y siempre. En nuestro país, desde la formación del capitalismo en el México borbónico, los gastos imperiales en sus constantes guerras y los gastos de la Corte española eran excesivos.
En la Nueva España, la casta virreinal gobernante aplicaban en la real hacienda un modelo dinámico fiscal en la recaudación de impuestos regionales y diversos, para garantizar y sostener el sistema financiero imperial, estamos hablando de la segunda mitad del siglo XVIII.
La recaudación de impuestos en la Nueva España era muy importante en las finanzas españolas para manejar el déficit presupuestario durante el reinado de Carlos XV, lo cual provocaba auge o crisis fiscal en el México Borbónico, al grado de generar préstamos y endeudamiento en el virreinato.
Hacia fines del régimen colonial, los montos de la deuda colonial se acumulaban por cada sector productivo. Entonces, la deuda del gobierno virreinal en los primeros años de la insurgencia creció, llevando a la bancarrota el virreinato. José María Luis Mora, en 1833, ya proponía el arreglo de la deuda interior de la federación mexicana independiente.
En esta situación económica, existía descontento social y político que pedían reajustes: los propietarios de las haciendas, terratenientes, comerciantes, profesionistas, artesanos, banqueros, industriales, mineros y políticos, por supuesto, los trabajadores asalariados y no asalariados.
Los campesinos que vivían en condiciones de esclavitud extrema en un capitalismo embrionario y preindustrial, al servicio del capital comercial, el capital usurero y el capital industrial, que son fuerzas motrices del sistema colonial español, buscaban estar en el desarrollo de la expansión mundial del capitalismo, buscaban el cambio no cambiar, como ahora.
El despotismo tributario siempre ha existido en México desde el sistema tributario Azteca. Mejorando el comercio con el desarrollo del mercado. La economía del México prehispánico hasta la actualidad, tiene rasgos generales de la economía prehispánica, la tierra, el trabajo, el grupo doméstico, el barrio, palacio, las obras públicas, acumulación de tributos, con el principio de intercambio, reciprocidad, distribución y redistribución de la riqueza, y la replicación de principios de intercambio.
La amenaza, la coacción ha estado y está presente como instrumento financiero, igual los donativos y préstamos forzosos o forzados. Ante la crisis financiera, alguien tiene que ceder donativos, menos la clase gobernante que se encarga de realizar pactos, acuerdos con los banqueros para sobrevivir como clase gobernante.
Por supuesto, existía dependencia del fisco colonial de insumos importados, siendo beneficiado en las operaciones mercantiles el consorcio Hope/Baring, los contratos financieros y mercantiles de la real hacienda con el Consorcio Gordon y Murphy en 1806-1808, los acuerdos con Inglaterra y las remesas de plata de México a Europa.
La política hacendaria del gobierno (presupuestos, deuda pública, empréstitos, alcabalas, aduanas, bancos, moneda reservas, medidas de moralización) son motivos de preocupación para alcanzar el progreso económico de México, en sus problemas y soluciones, en el desarrollo, estabilidad económica, que buscan el cambio no cambiar.
Por ejemplo, en la gran depresión de 1929-1933, en la que se implementaron políticas de fomento del desarrollo, la reforma agraria, la expropiación petrolera, la formación del sistema financiero, fue para que el uso del gasto público formara capital y construir el crecimiento económico del México moderno. También, demostró que la baja productividad significa pobreza.
Problemas no resueltos, porque se busca el cambio y no cambiar, constituyen un obstáculo futuro en el crecimiento económico de México: concentrar el ingreso en pocas manos, el ahorro forzoso como instrumento de desarrollo, disminuir la tasa de crecimiento del ingreso real “per cápita”, la injusta distribución del ingreso, los desequilibrios regionales, entre otros.
En 1978, una cuarta parte de la población del país estaba en la mayor pobreza, ahora es más de la mitad, entonces, el progreso político y el desarrollo económico, van separados, porque buscan el cambio en lugar de cambiar, es uno de los rasgos de la historia mexicana, como continuar con la rectoría económica del Estado, la intervención del Estado en la actividad económica, la esclavitud del peón, los fraudes electorales y del salario.
Algunas de las hipótesis del pasado siguen en debate, todavía, está en revisión el proceso agrario y el crecimiento agrícola en México, la estructura y transformación agraria, la industrialización, la base de la estabilidad de la moneda, cómo crear un ambiente de confianza, cómo combatir la miseria, cómo construir el “granero de la República”, cómo evitar el fantasma de la estabilidad monetaria, cómo evitar la devaluación del peso y la devaluación, ¿Son los gastos públicos responsables de las devaluaciones?, ¿La industrialización es nuestra única esperanza?
Está en debate permanente el Petróleo, el conflicto petrolero, la política petrolera es parte de la política fiscal. El sistema fiscal como instrumento de redistribución del ingreso, la política fiscal para el desarrollo, ¿Es la inversión extranjera privada en México motor de desarrollo?, la deuda externa del gobierno mexicano, las causas del endeudamiento externo, las etapas del endeudamiento público externo, algunas consecuencias del endeudamiento público externo de México, etcétera. Pero, no está a debate si cambio es cambiar ¿A qué se refieren los políticos cuándo hablan de cambio o de cambios?, ¿Es más de lo mismo?
*Octavio Aristeo López es profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México.
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