La metamorfosis del mundo es un libro escrito por el sociólogo alemán Ulrich Beck (1944-2015), inspirado en el cuento La metamorfosis del escritor checo Franz Kafka (1883-1924) en el que argumenta que vivimos en un mundo cada vez más difícil de entender. No solo está cambiando: está en plena metamorfosis. La metamorfosis implica una transformación mucho más radical en la que las viejas presunciones de la sociedad moderna se derrumban y surge algo distinto, nuevo. Para entender esta metamorfosis del mundo hay que explorar nuevos principios.
Es necesario leer el libro El crimen perfecto del filósofo y sociólogo francés Jean Baudrillard (1929-2007), es el crimen perfecto del gobierno con la sociedad para disminuirla “es decir, sin criminal, sin víctima y sin móvil. Un crimen cuya verdad habría desaparecido para siempre, y cuyo secreto no se desvelaría jamás por falta de huellas”.
Cada país vive la pandemia del Coronavirus de acuerdo a su realidad y le da su tratamiento, el tiempo dirá si las respuestas fueron las adecuadas; el problema es cuando el gobernante pierde su propia realidad para enfrentar la crisis como parte de su pensamiento mágico-religioso o científico que es parte del discurso político en la disputa por el poder para dirigirse al pueblo.
Una prueba del crimen perfecto es el proyecto de la Guía Bioética de Asignación de Recursos de Medicina Crítica para la Asignación de Recursos de Medicina Crítica, enviada al Consejo de Salubridad General en México; el medico tendrá en sus manos decisiones de vida o muerte, deberán decidir quién vale la pena salvar, una vez iniciada la fase 3 de esta pandemia.
Por consiguiente, el sabio tiene conocimiento de sus limitaciones y de su propia ignorancia, por lo mismo en el discurso político se dice que “el pueblo es sabio, tiene conciencia, es el despertar, es el cambio de mentalidad, se lleva un proceso de transformación de México…cada mexicano es un medio de comunicación para romper el bloqueo informativo, correr la voz, así la verdad se abre paso. Confiemos en el pueblo, él no se equivoca”; por ello, cuando no obedece a sus gobernantes es porque no tiene confianza, intuye problemas políticos he aquí la polémica, el pueblo fortalece el sentido común y sostiene “la pandemia del Coronavirus, es el crimen perfecto”.
Buscamos lo monstruoso, el secreto, la metamorfosis, la ilusión, la apariencia, el desafío, el duelo, donde la mirada corre más rápido que la palabra. Por lo mismo, es importante saber que le da validez al conocimiento científico en un régimen totalitario en una pandemia universal puede justificar el uso de la violencia generalizada utilizando argumentos como verdadero todo lo que digan los positivistas lógicos.
Sabemos que la ciencia considera que lo verdadero no puede ser confirmado como verdadero por las probabilidades de no ser verdadero, porque la historia humana es impredecible; en el que toda verificación por muy precisa que sea puede ser refutada, porque no hay verdades absolutas.
Por ello, decía el filósofo griego Sócrates (Atenas, 470-399 a.C): “yo solo sé que no se nada”, es una vieja lección para científicos, políticos, comunicadores, más ahora cuando existen publicaciones e información que circulan a gran velocidad que es imposible seguirle los pasos, por lo que ignoramos muchas cosas ya publicadas y esto permite que el conocimiento científico solo sean conjeturas que se someten a duras pruebas ya que pueden ser ciertas o no, así pues está en constante revisión, en vías de probar y de comprobar, por ello, el crecimiento de nuestra ignorancia es infinita a pesar de saber más cosas que en tiempos de Sócrates.
El pueblo suele decir, si se le sabe escuchar, que el distanciamiento social conduce a nuevas olas del caos económico, la brecha de la riqueza se ampliara a pesar del intento de entregar un crédito de 25 mil pesos a cada uno de los 645, 102 pequeños y medianos beneficiarios pagaran intereses bajos, nuevas formas de violencia interfamiliar, aumenta la tasa de mortalidad y natalidad, es la eliminación de los más débiles (edad, diabéticos, insuficiencia renal, males cardiacos, tratamientos de cáncer, etc.)…
Además, vivir fuera de la ciudad es de animales; por cierto, ya están regresando los animales en los espacios vacíos que está dejando el ser humano por la ecología de la enfermedades, donde la enfermedad, virus, bacterias tiene una explicación ecológica y evolutiva, creando zonas de riesgo para el brote de enfermedades, que fortalece la zoonosis, enfermedades que se transmiten de animales a humanos.
Cuando se borra la frontera entre el hombre y el animal, cuando se admite que no todas las vidas tienen el mismo valor, se describe una humanidad agotada que no aspira a otra cosa que a su propio final; en consecuencia, el poshumanismo no tiene como objetivo crear una nueva humanidad, un superhombre.
Que no salga de sus casas y ser sustituidos por otras de mejor condición y habilidades, es la resignación de morir, aceptar su propia desaparición para darle paso a otra generación de seres vivos más resistentes, es el nuevo hombre que anunciará Zaratustra de Nietzsche, que está obsesionado por la salud. La felicidad es tener salud a toda costa, a pesar del exceso de placeres, tener sueños y muerte agradable, quiere caer en el abismo viviendo intensamente. Por lo tanto sale a la calle a pesar del peligro.
Buscando la inmortalidad, luchamos para no morir ese es nuestro miedo y temor; ser vencidos por la muerte, soñamos con vencer a la muerte a través de la inmortalidad, “cuando la inmortalidad es siempre el más terrible de los posibles destinos” señala el filósofo y sociólogo francés Jean Baudrillard en su libro La ilusión vital.
Este conflicto hombre-naturaleza, miedo y dominio es tratado por los filósofos alemanés Max Horkheimer (1895-1973) y Theodor Adorno (1903-1969), representantes de la Escuela de Francfort y de la Teoría Critica, coautores del libro Dialéctica de la Ilustración, en el que los seres humanos han temido a la naturaleza, teniendo que fabricar un conjunto de artificios para dominarla y protegerse de sus amenazas.
En consecuencia, la opresión de los hombres es también dominio de la naturaleza; demostrando cómo el dominio de la vida natural deriva a una dominación de los hombres. Desde este ángulo, en el núcleo de este conflicto entre hombres y naturaleza se ubica el problema político de la vida, lo que vincula con la noción de biopolítica propuesta por Michel Foucault.
El problema biopolítico que se oculta detrás del largo proceso civilizatorio es que ha negado la vida de la naturaleza para proteger la vida humana, está vinculada con el progreso y profundidad de las tecnologías de poder que terminan destruyendo la vida del mundo.
Por lo mismo, hasta el actor y director inglés Charles Chaplin (1889-1977), anuncia: “No os entreguéis a esos que en realidad os desprecian, os esclavizan, reglamentan vuestras vidas y os dicen qué tenéis que hacer, qué decir y qué sentir. Os barren el cerebro, os ceban, os tratan como a ganado y como carne de cañón. No os entreguéis a estos individuos inhumanos, hombres máquina, con cerebros y corazones de máquina. Vosotros no sois ganados, no sois máquinas, sois hombres. Lleváis el amor de la Humanidad en vuestros corazones, no el odio. Sólo lo que no aman odian, los que nos aman y los inhumanos…. En nombre de la democracia, debemos unirnos todos” (Película El Gran Dictador).
Es en este contexto Coronavirus, el crimen perfecto, el sufrimiento social adquiere una especial relevancia. “Pero, precisamente, el crimen nunca es perfecto, pues el mundo se traiciona por las apariencias, que son las huellas de su inexistencia, las huellas de la continuidad de la nada, ya que la propia nada, la continuidad de la nada, deja huellas. Y así es como el mundo traiciona su secreto… Así se ha realizado la profecía: vivimos en un mundo en el que la más elevada función del signo es hacer desaparecer la realidad, y enmascarar al mismo tiempo esa desaparición”. (Jean Baudrillard, El crimen perfecto).
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales,
Universidad Nacional Autónoma de México.