Señala el pensador político inglés Edmund Burke (1729-1797): “Cuando el hombre público no llega a colocarse en situación de cumplir su deber con eficacia, esa omisión frustra los propósitos de su mandato casi en la misma forma que si lo hubiese traicionado abiertamente”.
¿Cuántos de los hombres públicos, de funcionarios públicos, traicionan al no cumplir con la constitución y los programas de gobierno?, ¿cuántos de ellos aconsejan subir impuestos para que la clase política gobernante viva con lujos y privilegios, aparte de enriquecerse con los puestos públicos, en lograr una sociedad productiva?
La corrupción es la campeona de la discordia, es el malabarismo retórico de los involucrados e involucradas, bendiciones y declaraciones recorren los medios de comunicación, se piensa que el sistema político mexicano corrompe.
Ejemplos existen, algunos líderes estudiantiles de 1968 y 1971 se incorporaron al servicio público y terminaron con prácticas muy similares a las que tanto se opusieron en su activismo como estudiantes.
Antes luchaban por la democratización del país; hoy su lucha es por solo por el poder, se olvidaron de sus raíces por estar enfermos de poder, quieren conservarlo al costo que sea, a costa incluso de asesinatos y secuestros, no piensan que son delincuentes, creen que son políticos profesionales.
¿Dónde está la justicia social?, ¿A dónde se desvían millones de pesos del presupuesto público para financiar campañas políticas? Por ejemplo, se transfiere dinero a estados gobernados por políticos amigos o enemigos, presentándolo como parte de una necesidad presupuestaria.
Los dirigentes de los partidos políticos olvidan que existe una constitución que señala: “considerando la democracia no solamente como una estructura de jurídica y un régimen político, sino como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”; no se puede ir en contra de este espíritu constitucional que es revolucionario, origen de las demandas sociales del pueblo, y que no ha sido escuchado en la actualidad por aquellos que repiten la frase: “no los oigo ni los escucho” y obstaculizan el apoyo democrático.
Los dirigentes de los partidos políticos están preocupados que si las encuestas ubican a sus candidatos presidenciales en primer, segundo y tercer lugar, el antecedente viene de 2016; otros luchan por no ser partidos en la extinción, por caudillos políticos enemistados, los Duarte son el arquetipo de ello, de aquí, las gubernaturas no serán de un solo partido, es decir, no existirá “carro completo”.
Este es el asunto de un gobierno que cada día se está alejando de los gobernados, prefieren cometer crímenes de lesa humanidad, reprimir, desaparecer o asesinar a miles de luchadores sociales y se olvidan que la obligación de un gobierno, de cualquier partido, es proteger la vida y la libertad de sus gobernados.
Por lo que observamos con preocupación que el ciudadano tiene hambre no solo de alimento, también de justicia, deseo de vivir en libertad y que le respeten la vida; tener educación con maestros de calidad formadores de estudiantes competitivos y no sólo vivir en la sociedad del conocimiento; acumular capital humano creativo, dinámico y volátil, no sólo de riquezas.
Las universidades públicas y privadas están en problemas financieros y de credibilidad, tiene en su nómina a ex funcionarios y políticos, es el caso de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, esto muestra la decadencia de las universidades; otra muestra es la balacera producida el viernes 23 de febrero de 2018 en la Universidad Nacional Autónoma de México, en una de las universidades más importantes y de prestigio de América Latina, por confundir política con ciencia.
Los dirigentes de los partidos políticos están perdiendo bases sociales, los cooptan grupos guerrilleros financiados por el narcotráfico y están rescatando su autonomía para sobrevivir.
Es cierto, en México existe empobrecimiento, desigualdad, unas veces controlada y otras se intensifica en momentos de recesión económica como es el caso de los años de 1980 y 2007, que amenazan a la democracia, motivo del financiamiento global y la expansión económica; esto dificulta construir avenidas de crecimiento y diseñar estructuras políticas resistentes a las crisis económicas que permitan elaborar un escenario estable y sustentable: difícil tarea porque existen intereses de ciertos grupos que prefieren el estancamiento económico.
Por lo que los dirigentes de los partidos políticos tienen que instrumentar a debates y hacer viable los corredores del poder con la crítica y difundir las propuestas para consolidar la democracia.
Existe una tregua por la transición democrática, no sabemos cuánto tiempo durará pero sí sabemos que México está en movimiento a gran velocidad; cuando la tregua ya no exista, posiblemente esto puede crear cierta desmovilización ante la movilidad existente y puede existir un periodo lento en este año, peligroso son los políticos lentos ante la dinámica social.
Después afrontemos los dolores y los partos de la vida democrática; del vientre de la democracia nace, respira, vive el espíritu democrático del pueblo. Estos grupos ya se están manifestando, con nuevos actores sociales, con proyectos políticos e ideológicos, el cual se mostró en la ceremonia conmemorativa del Día de la Bandera en Campo Marte del 24 de febrero de 2018, el escudo del águila estaba de cabeza.