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martes, abril 16, 2024

Es tiempo de reflexionar

Recordemos que la relación del gobierno con los empresarios es permanente, así debe ser, el historiador y antropólogo austriaco Friedrich Katz (1927-2010), realiza un estudio en su libro Servidumbre agraria en México sobre la época porfiriana, las condiciones sociales en las haciendas mexicanas a fines del siglo XIX y comienzos del XX.

En otro libro del autor, La guerra secreta de México, trata del desarrollo de la revolución mexicana hasta la caída de Carranza. Katz desentraña las actividades de los grupos económicos que influyeron sobre la revolución mexicana de 1917.

En estos dos libros podemos entender el papel importante que juegan los empresarios en la vida política de México, sobre todo las ideas tecnócratas en el ámbito financiero en esta relación entre empresarios y gobierno operan en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, que se encarga todo lo relacionado con la recaudación tributaria, administración financiera y fiscalización de recursos del gasto público, así como la regulación y vigilancia de las instituciones bancarias y de valores del país.

Después, tienen vínculos en el Banco de México, Banco Central de México fundado por decreto como sociedad anónima el 25 de agosto de 1925; participan activamente en Nacional Financiera que se crea en 1934, para promover el mercado de valores y propiciar la movilización de los recursos financieros hacia las actividades productivas, proporcionando liquidez al sistema financiero nacional mediante la desamortización de los inmuebles adjudicados como garantía en la etapa revolucionaria.

Se organizan en la Confederación Patronal de la República Mexicana, creada por el empresario Luis G. Sada el 26 de septiembre de 1929, como sindicato patronal para defender los intereses de los empresarios de la industria, minería, agricultura y ganadería afiliados, ante los distintos órdenes y poderes de gobierno.

Por ello, el gobierno se convierte en el árbitro de controversia entre estos grupos empresariales para ello debería existir un gobierno fuerte en la resolución de los conflictos, porque de una u otra manera afecta a las ambiciones egoístas económicas del sector empresarial más ahora que participan en política.

Desde los años ochenta se vive una ruptura entre lo que la gente desea y las políticas públicas. Es fácil verlo en el caso de los impuestos. Las encuestas muestran que la mayoría quiere impuestos más altos para los ricos, pero esto nunca se lleva a cabo, pues los negocios no quieren mercados libres, quieren mercados cautivos y salarios miserables. De otro modo, colapsarían.

Ya sabemos que el capital no tiene patria, no acepta el proceso de renovación democrática como forma de gobierno ni sirve a los intereses del pueblo que están escritos en la Constitución Política. A los empresarios no les preocupa la estabilidad del país solo en cuidar y agrandar sus riquezas, por ello, son enemigos de la democracia y de una mejor distribución de la riqueza. ¡Cuidado, con algunos de ellos que fomentan la violencia!

Refuerza la famosa frase bíblica religiosa política: “Sus jefes en medio de ella son como lobos que desgarran la presa; derraman sangre para destruir las vidas, para obtener ganancias injustas” (Ezequiel 22:27).

El gobierno siempre apoya a los empresarios, los alienta a invertir y si no pueden o no quieren cumplir con sus responsabilidades económicas, ya que algunos son irresponsables, interviene para apoyarlos es el caso del rescate bancario a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), creado en 1995 por el gobierno mexicano, fue un hecho doloroso para la sociedad pero una gran alegría para los empresarios que se beneficiaron de ello.

Las políticas económicas impulsadas por el gobierno permiten la acumulación de capital e industrialización del país y con la creación y apoyo de los bancos, nace un sector financiero bancario que disminuye la tensión entre empresarios y gobierno al establecer una relación financiera dependiente de la asistencia gubernamental, al intercambiar líderes del sector público y privado, por ello, algunos están enojados porque viven en el confort de la dependencia gubernamental no quieren cambiar. Se hacen lorenzos como en el INE.

Los modelos económicos instrumentados en el país permiten ampliamente la participación de los empresarios en el control de la política económica, reducen posibilidades de conflicto con el gobierno. La tensión aumenta cuando se aplica las metas sociales constitucionales que afectan la acumulación de capital de los empresarios, por lo mismo, son violentos.

Por supuesto que son agentes en el desarrollo del capitalismo en México como también es la clase trabajadora que con salarios miserables está siendo sacrificada, en mejorar las condiciones de acumulación de capital para estimular la inversión privada y no la inversión social.

Por ello, los empresarios están divididos, un pequeño grupo de empresarios que se han beneficiado desde hace 36 años con el modelo económico neoliberal vinculados a la política, principalmente del  sector financiero bancario. Existen pruebas de que detrás del empresario corrupto, hay un alto funcionario corrupto en la administración pública local y federal en México.

Por lo tanto, buscan un administrador-empresario como jefe del Poder Ejecutivo, rondan como buitres la silla presidencial. El 80 por ciento de los medios para generar riqueza está en el 10 por ciento de la población, el 90 por ciento solo tiene el 20 por ciento.

¡Cuidado con los empresarios!, porque existen datos históricos que muestran cómo Porfirio Díaz padeció presiones de una parte de la oligarquía económica regionales que motivan movimientos armados, fue un caso, el norte del país.

Recordemos que parte de los empresarios en descontento era la familia Madero, ricos terratenientes e inversionistas en comercio, minería e incluso a la banca, llegando a tener grandes empresas en Coahuila; Francisco I. Madero asumió el liderazgo político de México y compartió el poder político con empresarios que simpatizaban con su movimiento hasta su asesinato en 1913.

Los mexicanos están enojados, tienen ira, es tiempo de reflexionar, de detener al grupo de empresarios que quieren violentar al país, ¿el color rojo también es violento?

 

Octavio Aristeo López
Octavio Aristeo López
Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Nacional Autónoma de México. Correo electrónico: oaristeolopez@gmail.com

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